¿Cuáles son las características básicas de un abrazo? ¿Con qué intensidad se debe abrazar?¿Cuánto debe durar el encuentro?¿Son tres minutos suficientes? Mi inclinación inicial es pensar que un abrazo de tres minutos se puede sentir largo.
Tal vez es porque me hago estas preguntas desde un lugar privilegiado, que me permite tomar la decisión de comprar un ticket de avión para viajar a donde quiera que esté mi familia, únicamente para abrazarlos tantas veces como me provoque por el tiempo que desee.
Seguramente, para cientos de miles de familias mexicanas divididas por la frontera con los Estados Unidos, condicionadas por la falta de estatus legal, la posibilidad de abrazar a sus seres queridos nunca llegará. Tres minutos de contacto cuerpo a cuerpo marcarían un antes y un después en sus vidas, haciendo del abrazo un elemento restaurador de esperanza y fuerza para continuar con el día a día.
El documental ‘A 3 minute hug’ (Netflix, 2019) es una prueba de ello. Dirigido por Everardo González, este corto registra el momento en el que decenas de familias mexicanas tienen la oportunidad de abrazarse por tres minutos en el marco de la iniciativa “Hugs, not walls” que tuvo lugar en la frontera entre El Paso (Texas, Estados Unidos) y Ciudad Juárez (Chihuahua, México) en mayo de 2018.
Se trata de una crítica a la intención del presidente Donald Trump de construir un gran muro a lo largo de la frontera para evitar la migración ilegal. Sin embargo, la política es un elemento que pasa a un segundo plano en el documental, pues la protagonista es la emoción, encarnada en un poco más de una decena de rostros que se vuelven reconocibles a medida que los tres minutos del abrazo, alargados a seis minutos en una pieza de un poco menos de media hora, transcurren.
En medio del surgimiento de los documentales como un formato para atrapar audiencias, ofreciendo historias reales contadas de la manera más cinematográfica posible, buscando hacer de ellas un producto de consumo y casi de entretenimiento, este documental busca ir en dirección contraria. No es una pieza que le hará sentirse más inteligente por toda la nueva información que ha recibido sobre algún legendario asesino en serie, o la más reciente tendencia del fitness en el mundo.
Lo que sí garantiza ‘A 3 minute hug’ es la posibilidad de conectar con una realidad que va más allá de la política y asuntos internacionales: la necesidad de resolver los problemas de la sociedad desde nuestra naturaleza de seres humanos y no seres políticos.
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