De aquella letra de la conocida salsa, ya no quedó nada. Buscando vestigios, caminando por la calle 110, ubicando el edificio Nro 23 en Harlem, no hay tal edificio donde hubo fuego, por allá en mil novecientos cincuenta. Edificios de ladrillos, árboles secos por el otoño, y una cancha de una escuela pública es el nuevo paisaje urbano que nos acompañó en esta caminata.
Recordando entonces, a la Sonora Ponceña, un fragmento de “Fuego en el 23” que lanzara en 1969:
«Hay fuego en el veintitrés, en el veintitrés
Unos dicen, unos dicen que fue a la 1
Y yo les digo que fue a las tres…
…Hay fuego en el veintitrés, en el veintitrés
Miraba José
Miraba José Molina
Que lo pegaron con gasolina”