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#3 Proyecto Postales: Pelar un ajo

Llego a Pai de noche, tarde, después de viajar en avión, tuc-tuc y bondi, y me voy a dormir. Me despierto por el calor, los rayos del sol se concentran en las paredes de bambú de la cabaña. Me visto con la ropa que usé ayer y salgo a recorrer. Sigo unos carteles que indican cómo llegar al mercado, seguro ahí encuentro algo para desayunar.

Después de un rato de caminar por una calle de curvas que va en ascenso, le pregunto a un viejo, que está sentado en el pasto, si falta mucho. Usa un delantal blanco de carnicero y me hace una seña para que siga derecho pero no habla; camino un poco más y llego.

Hay puestos montados sin ningún orden, gallinas en los pasillos y cientos de personas vestidas de cortos y ojotas, todo a la intemperie. Un señor que vende verduras está al lado de uno que vende bombachas y corpiños; el que alquila bicicletas está pegado al carrito de la mujer que vende grillos salteados, cucarachas fritas y escorpiones en brochette. Hay olor a pescado que, por momentos, se mezcla con el olor que largan las serpientes disecadas de un puesto del fondo. El señor que vende las serpientes pone música tailandesa que se escucha en varios puestos a la redonda y, sobre un tablón de madera, tiene barriles rebalsados de montañas de polvo rojo, verde y azul, vende especies de todos los colores.

Veo un puesto de frutas y me acerco. Sawaddii crap, me dice la mujer que lo atiende. Hola, le contesto en inglés y le digo no soy de ahí aunque seguro que ya se dio cuenta. ¿Desayunaste?, me pregunta, le digo que no. Yo te preparo el desayuno. Bueno, le contesto. Séntate al sol que te lo llevo en un ratito, me dice y se pone a cortar fruta; es muy amable como para decirle que no. Me siento al costado del arroyo que está a unos metros del puesto y, después de unos minutos, la veo venir con un plato hondo que rebalsa.

– Soy Gaew, –me dice mientras me alcanza un plato con yogurt, cereales, fruta de dragón, guayaba y castañas de cajú; se ve bueno.

– Gracias, Gaew, –le digo y empiezo a comer.

– ¿Qué te parece?

– Es el mejor desayuno del viaje y eso que vengo viajando hace tiempo.

– ¿Querés que te enseñe a cocinar?

– Bueno, no tengo planes para hoy.

– En un rato vengo y vamos juntas a la cocina que está en la otra cuadra.

– ¿Vos enseñás?

– Sí, aprendí de mi mamá y cocino desde que tengo memoria.

– ¿Qué llevo?

– Yo compro todo, vos vení con las manos limpias y el pelo atado.

Termino el desayuno y tomo sol. Cuando la piel me empieza a arder y me levanto para ir a la sombra, la veo venir a Gaew cargando unas bolsas de arpillera. La ayudo y caminamos juntas. Es acá, me dice y paramos frente a un jardín que en el medio tiene una carpa de techo de paja, sin paredes. Entramos, los ojos se acostumbran a la oscuridad y me doy cuenta que la carpa es la cocina. Hay ollas, sartenes y cucharones colgando de unos percheros y, de fondo, las montañas. En el centro están las hornallas y una mesa de acero inoxidable. Apoyamos las bolsas y Gaew empieza a sacar verduras. Tomá, picá este ajo, vamos a hacer sopa de coco al tom yam y pad thai. Bueno, dale, le contesto aunque no sé de qué habla.

Agarro el diente de ajo y lo miro, nunca piqué ajo. Gaew se da cuenta, me saca el diente, lo pone en la tabla de madera y le da un golpe seco con el lomo de la cuchilla. El ajo queda pelado por el golpe, lo pasa al mortero y en dos movimientos lo deja hecho pedacitos. Ahora vos, me dice y sonríe. ¿Cuántos ajos necesito pelar para hacerlo con esa precisión? ¿Cuántos golpes de cuchilla? Con la zanahoria hace lo mismo, un par de tajos, feteado ultra veloz y la corta en rodajas con forma de flor. Le doy varios golpes al diente pero termino sacándole la piel con los dedos, corto la zanahoria y me queda deforme.

Gaew me enseña trucos mínimos para resolver cosas simples que de tan simples parecen fáciles, pero cuando las hacés te das cuenta que no, que llevan práctica, paciencia y tiempo hasta que se logra el milagro en la simpleza. Gaew ve el desastre sobre la tabla de madera y me explica todo de nuevo con la tranquilidad de la hermana más grande que nunca tuve. Repite los movimientos, paso por paso, lento, paciente, y sonríe. Somos un equipo, ella está conmigo y si ella pudo, yo también. Me da la cuchilla y pruebo de nuevo; la sostengo firme y golpeo seco contra la madera. Listo, me dice y se pone a cortar el morrón en tiritas.

Terminamos de preparar el almuerzo y comemos lo que cocinamos, todos los platos van al medio de la mesa y se comparten. La sopa de coco es blanca con pintitas rojas y le asoman verduras que parecen barcos hundidos, derrotados por el calor. Es picante pero aguanto; trago y está rica. Gaew la revuelve y pincha una cebolla con los palitos, yo la sigo pero con el tenedor. Me cuenta que fue nómade, vivió en Bangkok, en Chiang Mai y no sé dónde más, hasta que encontró su lugar en este pueblito hippie de montaña.

Después de comer, me muestra fotos con sus amigos en la playa, con guitarra y fogón; le cuento que yo tengo las mismas pero en Buenos Aires y con mis amigos. Me pregunta si me molesta que fume, le digo que no y se da vuelta para buscar fuego; tiene un tigre tatuado en el hombro. Prende un bidi y larga el humo blanco.

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sandra mucharem
sandra mucharem
8 years ago

Hola Ani! Me estoy volviendo adicta a tus aventuras! Que simples y calidas. El relato atrapa por lo sencillo y cotidiano. Un poema. Igual que esas comiditas caseras que probaste. Quiero mas!!!

Lorena V. Giglia
Lorena V. Giglia
8 years ago

Ok. Ahora quiero ir a Tailandia sólo para visitar la cocina de Gaew y comer su delicioso desayuno.
Cada vez que leo una crónica del Proyecto Postales siento que viajo un poquito, pero no como turista sino como polizón de una aventura.

Sandra España
Sandra España
8 years ago

Felicidades de nuevo. Tus palabras son «delicias». Cierro los ojos y me imagino en ese lugar… Oliendo… Sintiendo. Gracias

soraya alvarez lopez
soraya alvarez lopez
8 years ago

Un placer leer tus postales. Sensibilidad en estado puro.

Begoña
Begoña
8 years ago

Que bonito es viajar contigo a sitios que no te imaginas que existen… Gracias por compartirlos de esa manera tan especial …
Deseando que llegue el siguiente relato!!!!!

Fabian
Fabian
8 years ago

Excelente Ani!!

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