Soy solo otro tlacuache que yace en la carretera.
Soy solo otro tlacuache que yace en la carretera
soy un animal muerto en la carretera
nos bañan de sangre nos escupen
nos quieren muertos, mudos y sordos
allá en su trono impune se burlan de nosotros
nuestras almas hambrientas y desahuciadas
nuestras manos podridas de frustración
somos solo tlacuaches muertos en la carretera
descuartizados por cientos máquinas metálicas
así nos quieren, muertos, con el hocico partido…
Arboledas de los suburbios.
Vagabundearé por arboledas infestadas
de señoras baratas
las veré putear
taconear amorfas
escupir en las banquetas.
Luces de gris farmacia
árboles de piel polarizada
gendarmes de nobleza opaca.
Hombres hablan de nada
prostitutas sexagenarias
de piernas peludas
y arrugas no maquilladas.
Coyotes de anillo y reloj
controlan el comercio de cachorros
gendarmes de nobleza opaca.
En arboledas de los suburbios
locos se bañan en las fuentes
aves comen alpiste contaminado
albañiles fuman papeles carmesí
amos lamen llagas de sus perros con rabia.
Miedo.
Tengo miedo de salir de casa a una jungla de asaltantes
cobardes que se escudan con cuchillos y pistolas
tengo miedo que me asesinen por robarme
100 malditos pesos y un mendigo teléfono
que la policía me siembre pruebas y me muela a chingadazos
tengo miedo siempre camino nervioso volteando atrás
volteando a todos lados cuidándome de fantasmas
una vez me asaltaron cerca de mi casa muy cerca
3 cholos armados de puños y una especie de pico
“si te mueves te mato hijo de tu puta madre” dijo
mientras el más musculoso aplastaba mi cara a paso de hiphop
huyeron cuando una señora salió de su vivienda
quise levantar la denuncia después de la revisión médica
(parecía que tenía fractura de cráneo y ojos de sapo)
“si denuncia tendrá que venir a carease con quien encaje en el perfil”
dijo el trajeado del ministerio público con una sonrisa irónica
tengo miedo de salir de casa.
Parques industriales.
De nada sirven los rascacielos
llenos de ejecutivos
ni los parques industriales
de ingenieros poderosos
ni que los poetas succionen
los tronos de las Vacas Sagradas
cual monaguillos a sacerdote pederasta,
se transforman los bosquecillos
en cotos privados y seguros
nada sirve que votemos
por naranja o azul o tornasol
ni la queja ni la revolución
ni la bandera ni el amor
cuando la guerra estalle
cuando no haya oxigeno blanco
y el invierno sea de 40°c
cuando el caldo negro fluya sin remedio
desde la fábrica de robótica.