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Zapatos por chancletas

No lo niego, para muchos en Venezuela, la palabra negociación resuena como una mentada de madre, como un escupitajo en la memoria de quienes han perdido la vida protestando en las calles tratando de restaurar la democracia. Y lo es, desde luego, si con ella se pretende mantener el estado de cosas. La propuesta del expresidente del gobierno español José Luís Rodríguez Zapatero es sin lugar a dudas, inaceptable. Aún más, resulta ofensivo para la inteligencia del ciudadano y a su legítimo deseo de que este despropósito acabe.

Mal negocio para la oposición es la aceptación de la prolongación del mandato de Maduro, a cambio de unas elecciones que debieron realizarse en diciembre del año pasado y renunciar a una constituyente violatoria de la soberanía popular. Sobre todo porque significa prorrogar sus políticas empobrecedoras. El negociador ofrece monedas sucias. Propone pagar la fianza impuesta por el juez con el dinero mal habido por el cual se le juzga. Mal negocio… y tonto aquel que crea que así se zanjaría la paz.

No voy a caer en la necedad de los radicales, que niegan la posibilidad de alguna clase de acuerdo para resolver una crisis que hasta ahora ha sido cruenta. Si la violencia puede cesar, bienvenida sean las propuestas. Sin embargo, consentir naderías no solo es un mal negocio para los sectores opositores, sino un camino limpio para agravar la conflictividad social que ya suma más de cien muertos y decenas de heridos. En aras de la paz no todo debe aceptarse. Una paz a ese precio no es paz. Así de simple. Así de drástico. La vida de millones de judíos y la soberanía de las naciones europeas no eran negociables, ni siquiera para prevenir una de las guerras más sangrientas que haya conocido la humanidad. Ese fue el error de Arthur Neville Chamberlain. Se humilló en pro de la paz… y debió tolerar la humillación y también la guerra.

La nación no puede perder de vista la razón fundamental de la crisis: la imposición de un modelo empobrecedor, de un sistema probadamente fallido, uno que desean desmantelar aun las naciones que todavía lo aplican. Ese modelo ha corrompido la economía y servido de mina para amasar fortunas deshonestas, y, sobre todo, ha mermado la calidad de vida de millones de ciudadanos. Hoy por hoy, la clase media es tan solo un eufemismo para ignorar la creciente pobreza. Por eso, la clase dirigente (opositora) no puede tolerar fórmulas que prolonguen la agonía ciudadana. La negociación no solo debe incluir el cambio de gobierno, sino lo que esto supone: un giro radical en la conducción de la nación. Si la élite se mantiene, las políticas económicas no solo continuarán menguando la ya precaria calidad de vida de los ciudadanos, sino que también barrerá las instituciones agónicas.

No niego la necesidad de un diálogo con la élite gobernante, pero sí rechazo que ese diálogo verse sobre la preservación del estado de cosas. La ciudadanía está exhausta y mucho peor, dispuesta a restearse, como el boxeador al que solo le queda ganar el combate por K.O, teniendo la pegada lo suficientemente vigorosa para hacerlo. Ningún pacto luce posible si no incluye la transición no solo de los gobernantes, sino de este modelo fracasado – reconocidamente fallido – a uno que respete los valores democráticos y fomente de verdad el desarrollo individual de cada uno de los ciudadanos.

El señor Rodríguez Zapatero no puede aspirar a que los venezolanos acepten como moneda de cambio que el gobierno deje de violar algunas leyes para que Maduro pueda permanecer en el cargo. La ciudadanía ya se ha expresado dos veces: el 6 de diciembre de 2015 dio un mandato expreso a la Asamblea Nacional (que el gobierno ha ido anulando con medidas judiciales al margen de la constitución), y el pasado 16 de julio, cuando más de siete millones y medio manifestaron su rechazo al proceso constituyente y al modo como se ha venido conduciendo al país, así como su legítimo anhelo por un cambio de gobierno. Las ofertas del señor Rodríguez Zapatero son solo baratijas inaceptables y tonto aquel que cambie zapatos por chancletas.

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