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Yemen es la Guernica de hoy

El 26 de abril de 1937, día de mercado, a instancias del general Francisco Franco, tuvo lugar un bombardeo de la ciudad vasca de Guernica. Fue llevado a cabo por los aliados del gobierno nacionalista de España, la Legión Cóndor de la Luftwaffe alemana nazi y la Aviazione Legionaria italiana fascista. El ataque, bajo el nombre clave de Operación Rügen, en el que murieron cientos de personas, se convirtió en un grito de guerra contra el asesinato brutal de civiles inocentes. Sin embargo, 80 años después, se lleva a cabo una acción aún más criminal contra civiles yemeníes, principalmente por Arabia Saudita, con la complicidad de los Estados Unidos.

La guerra civil yemení comenzó en 2015 entre dos facciones que dicen representar al gobierno yemení. Los soldados houthis aliados con las fuerzas leales al ex presidente Ali Abdullah Saleh, enfrentados con las fuerzas leales al gobierno de Abdrabbuh Mansur Hadi. Una coalición dirigida por Arabia Saudita lanzó operaciones militares contra los houthis, y los Estados Unidos proporcionaron apoyo logístico y militar para la campaña.

Los houthis constituyen casi un tercio de Yemen y han gobernado el país durante cientos de años. Desde el comienzo de las hostilidades, los houthis avanzan hacia el sur de Yemen y se han encontrado con el constante bombardeo de Arabia Saudita y sus aliados, lo que ha provocado una dramática crisis humanitaria. Miles de personas han muerto, muchas de ellas civiles, y miles más se han visto obligadas a abandonar sus hogares y están tratando desesperadamente de encontrar comida y agua potable.

El agua contaminada, como resultado de un colapso sanitario casi total, ha provocado un brote de cólera considerado el peor en la historia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado más de 815,000 casos sospechosos y 2,156 muertes. Según la tasa de infección actual, los expertos estiman que el número de casos llegará a las siete cifras para fin de año. En la actualidad, casi 20 millones de yemeníes -más de dos tercios de la población- no tienen acceso a agua potable y saneamiento.

Desde el comienzo del conflicto, las necesidades de atención médica de emergencia de la población han sido tan grandes que los trabajadores de salud no pueden brindar ni siquiera atención médica básica. Cuando la lucha se intensificó en algunas áreas, no hubo servicios de rescate formales, por lo que los residentes y parientes de los heridos tuvieron que sacar a sus seres queridos de los escombros de los edificios dañados.

Un informe de Amnistía Internacional, «Yemen: la guerra olvidada» describe las consecuencias de los ataques perpetrados por la coalición de Arabia Saudita: más de 4.600 civiles muertos y más de 8.000 heridos; tres millones de personas obligadas a abandonar sus hogares, 18.8 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, incluidos alimentos, agua, refugio, combustible y saneamiento, y dos millones de niños sin poder asistir a la escuela.

Sin embargo, el flujo de armas continúa sin cesar. «El flujo irresponsable e ilegal de armas a las partes en conflicto en Yemen ha contribuido directamente al sufrimiento civil en una escala masiva», declaró James Lynch, de Amnistía Internacional. A medida que Irán continúa apoyando al ejército irregular de los houthis, los informes indican que Arabia Saudita comprará armas por valor de 7.000 millones de dólares de los EE. UU.

Mientras tanto, los establecimientos de salud siguen siendo afectados por las bombas y los trabajadores humanitarios son cada vez más blanco de ataques. En una escena que pareciera ser de Guernica, Amal Sabri, un residente de Mokha, una ciudad portuaria en la costa del Mar Rojo de Yemen, describió un ataque aéreo de Arabia Saudita que mató al menos a 63 civiles: «Fue como algo salido del Día del Juicio Final. Cadáveres y cabezas esparcidas, envueltas por fuego y cenizas».

En Yemen hoy, Saudi Arabia y los Estados Unidos no han aprendido la lección de Guernica.

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