Pasó de las aulas de la carrera de turismo a una maestría en Políticas públicas y se dedica hace siete años a fomentar la participación ciudadana
Habla de dos ciudades dentro de la suya y apuesta por hacer de ambas una sola
Cancún, Quintana Roo
Cuando Yeddelti Cupul Alonzo llegó a Cancún en 1997 no sabía que el liderazgo formaría parte de su día a día. Nació hace 30 años en el municipio Motul, en Yucatán. Su nombre es árabe y sus apellidos, maya y español respectivamente. “Muchos amigos de Mérida tienen también nombres árabes y apellidos mayas”, cuenta Yeddelti con nostalgia cuando recuerda los 18 años que han pasado de su llegada a Cancún. Para entonces, la ciudad turística del sur de México aún no calaba como epicentro turístico por excelencia y Yeddelti optó por estudiar turismo sustentable. “Yo vivía en una de las regiones más conflictivas de Cancún y trabajar en la zona hotelera era trabajar en otra ciudad que vas descubriendo conforme vas bajando del camión”, dice Yeddelti.
De aquel primer contraste de ciudad recuerda también cómo muchos de sus compañeros de escuela no llegaron a la universidad. “Alcancé a ver muchas desigualdades de gente que me es muy cercana; compañeros que tuvieron que empezar a trabajar; niñas de 15 años embarazadas y todo eso me llevó a no cerrar los ojos y entender que debía hacer algo”.
Vestigios de liderazgo
Atrás quedó su inclinación por el turismo y la problemática social pasó a ser parte de su agenda y sus actividades académicas conspiraron para su entrada al Observatorio de la Gobernanza para la Cooperación y el Desarrollo. “Por las mañanas era becaria en varios proyectos y en las tardes estudiaba; me la vivía en la universidad. Al graduarme, fui invitada a participar como asistente de investigación en un proyecto de indicadores del Observatorio y desde entonces me identifiqué en ese espacio de análisis y debates. Y heme aquí, siete años después”, cuenta sonreída.
Actualmente su trabajo consiste en fomentar la participación ciudadana mediante el programa Imaginario colectivo, que consiste en la formación de redes comunitarias y consultas ciudadanas para la toma de decisiones. “Estamos haciendo diagnóstico de opiniones no solo para la construcción de aulas, sino para acometer actividades que cubran las necesidades de la población. En conjunto con el gobierno del estado, trabajamos asesorías para evaluar dónde deben implementarse espacios públicos y de participación ciudadana masiva”.
Entrada a Kybernus
Su entrada a Kybernus se dio de la mano de Jaime González Mendoza, rector de la Universidad Tecnológica de la Riviera Maya (UTRM) y enlace de Kybernus en Quintana Roo, primer estado en conformar una comunidad Kybernus. “Conozco a Jaime por ser una persona muy congruente, y cuando me habló del programa me hizo creer en él. Reforzar valores y capacitar líderes son cualidades que me atraen mucho”, explica Yeddelti.
Su primer taller en Kybernus fue de Participación ciudadana, lo cual marcó un antes y un después en su carrera profesional. “Precisamente ahí radica mi inquietud y la dinámica fue tan gratificante que quizás, de haber tomado otro taller en lugar de ese, me hubiese costado más acoplarme. Las cosas se dieron por sí solas y hoy en día continúo involucrada en talleres y actividades colectivas”.
De aquella primera actividad, rescata también la pluralidad. “Nunca había estado en un mismo salón con jóvenes de distintos partidos políticos y posturas recias; fue muy interesante presenciar cómo durante el desarrollo del taller se fueron encontrando objetivos y causas en común entre todos”.
Mediano y largo plazo
Desde su trinchera, Yeddelti continúa apostando por un mejor Cancún y se mantiene firme en “promover el empoderamiento ciudadano en más regiones de Cancún y diseñar junto a un grupo de expertos, una guía de gestión comunitaria donde retomemos los casos de éxito que hemos ido encontrando en nuestros proyectos”.
A un año de culminar su maestría en Políticas públicas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Yeddelti vive entre Cancún y el Distrito Federal. Su día a día consiste en generar programas de participación ciudadana e investigar casos de violencia social y de género. Su proyecto a largo plazo es crear, a través del Observatorio, un centro de desarrollo comunitario gestionado por la comunidad “que se construya y ejecute con recursos propios y sea dirigido por los ciudadanos”.
RMS