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Alejandro Varderi

Viaje por los Bestiarios (I)

Lo que nos salva de los domadores
es que amamos a las fieras domadas;
es imposible temer aquello que se admira.
Rafael Arévalo Martínez

Ante el aumento indiscriminado de las intolerancias, los autoritarismos, la violencia sexual y de género, y el desbordamiento de la pandemia del coronavirus por ineficacia de quienes controlan, manejan e imponen, vale la pena devolvernos a los Bestiarios del pasado, cuyo catálogo de animales y fieras se queda corto al compararlo con el comportamiento de muchos gobernantes.

A primera vista, quizás lo que más nos sacude de un Bestiario es la imaginación desbordada puesta en todos estos seres llenos de vida, y simultáneamente tan alejados de ella. Y es que, si recorremos toda esa zoología fantástica, las descripciones allí contenidas, que desde la mitología clásica hasta los bestiarios contemporáneos han llegado hasta nosotros, pertenecen al terreno de la ficción, pero con una vuelta de tuerca: su cercanía al comportamiento humano en lo que a las acciones y las pasiones respecta.

El de Brunetto Latini, por ejemplo, autor italiano, amigo de Alfonso X “El Sabio”, maestro de Dante, y amante con quien Oscar Wilde se compara en el deseo, al decirnos que “preferiría ser como Brunetto Latini, un hombre que amaba a otros hombres, que como Dante quien los envió al infierno, en tanto él se fue a aquel afectado lugar llamado paraíso”. Latini lo incorporó a su magna enciclopedia Tesoretto, quizás por ese afán de poner orden a través del lenguaje a un tiempo signado por la oscuridad y el caos. Su Bestiario carece, desde el punto de vista mítico, de la fertilidad e inventiva que tienen los bestiarios pertenecientes a culturas anteriores —Grecia, Roma, México, India— tal vez porque para Latini lo fundamental era su fascinación por los animales mismos, más que por su poder de ocultar la forma humana de los dioses.

De ahí que podamos decir que el Bestiario de Latini trabaja el desorden medieval y se constituye en el punto intermedio entre la riqueza expresiva del imaginario clásico, y la fuerza social del bestiario hispanoamericano puesto a recoger las fábulas de animales fantásticos con mucho de mortal. Y aquí es interesante destacar Un paseo entre las jaulas de Julio Cortázar, escrito desde el terror como instigador de nuestro animal particular en los seres humanos a quienes llamó “criaturas de incierta ecología”, dirigiéndose a ellos desde una óptica que caracteriza buena parte de la literatura hispanoamericana, es decir, desde la punzante ironía hacia nuestro modo de ser. “Las fieras del trópico”, cuento de Rafael Arévalo Martínez o Ciertos animales criollos de Guillermo Morón son otros ejemplos, cuya mitología tampoco tiene mucho que ver con los amores de Sigfrido o las hazañas del Cid; sus proezas provienen más bien de esa sagacidad o viveza para incautar al ingenuo y doblegar al más débil, que transforma a nuestras ciudades en zoológicos urbanos donde las fieras están del otro lado de las jaulas.

Si tomamos en cuenta que un Bestiario se articula desde el hechizo que las pasiones generan en el otro, evidentemente la mayor o menor libertad con que esas pasiones se hagan en el objeto del deseo, y lo que es más importante puedan manifestarse, contribuirá sobremanera a la seducción que todos aquellos animales tengan. Es por eso que en la mitología egipcia Horus toma la forma del halcón, el ave más peligrosa del cielo egipcio, e Isis la de la vaca, símbolo de fertilidad, que en su acepción mortal Io tomará para ser amada por Zeus.

Latini distingue siete linajes de halcones con la particularidad común de tener “los pies gruesos & la catadura esquiva & encendida como llama & los ojos espantosos & las alas gruesas diyuso, & las uñas negras & los guchielos de las alas luengos & bien agudos”.

Tomando como base su Bestiario, resulta interesante crear un catálogo donde podrían incluirse las criaturas siguientes:

ÁGUILA. Símbolo de autoridad, se asocia con Zeus. En el Rig-Veda de la mitología indo-iraní figura como el portador del sagrado soma, una bebida intoxicante destilada por la planta del mismo nombre, y en el Avesta, libro sagrado de los persas, se dice que habita el árbol de la vida. Los indios Pueblo al norte del Río Grande realizan una ceremonia anual en julio, donde se mata a las águilas que fueron conservadas por las familias durante un año a fin de que lleven sus mensajes a los dioses.

HALCYON. Ave fabulosa que se suponía se reproducía entre los vientos del medio en un nido que flotaba sobre el mar. Para llevar a cabo el proceso de fecundación se dice que el viento y las olas se calmaban por siete días, “los días del halcyon”.

ABEJAS. Símbolo del trabajo, fueron frecuentemente mensajeras de los dioses. De acuerdo con una historia bretona, las abejas saltaron de las lágrimas derramadas por Cristo en la cruz, y en Europa se las consideró como el vaticinio de una muerte en la familia si abandonaban el panal.

PELÍCANO. Los escritores cristianos lo consideraban como símbolo de resurrección. San Jerónimo por ejemplo, lo interpretaba como la muerte y resurrección por la sangre de Cristo. Proviene de Egipto “do dizen los antiguos que fieren los fijos a los padres de las alas en los rostros, fasta que los ensañan y los matan. Et quando los vee la madre muertos, llora & face muy grant duelo tres días, & a la encima llegasse con su pico en el costado & esparce su sangre sobre sus fijos, asi que por razón de la sangre los torna vivos a vida”. Shakespeare en King Lear, refiere a los desagradecidos Regan y Goneril como “hijos de pelícanos”; pero por centurias el pelícano por su piedad ha sido en heráldica el símbolo de la noble virtud, heroicidad y auto sacrificio, tal como aparece en el escudo del Corpus Christi College de Cambridge.

FÉNIX. Tiene la medida de un águila, el plumaje violeta brillante, y un collar dorado o mezcla de rojo, oro y azul. Como en casi todas las mitologías su historia se inicia en Grecia, y su literatura proviene de las historias egipcias de Heródoto, quien cuando fue a Heliópolis y encontró el ave en numerosos cuadros. Se decía que aparece cada 500 años, renace de las cenizas de su padre muerto, vive en el sol y posee un edificio imaginario en el infierno.

CISNE. Su mitología comprende la transformación de los hombres en cisnes. Afrodita se representa en arte sobre un cisne, y Ovidio, llamado Cycnus, es transformado en cisne por su padre Apolo; este y Venus también viajan en carros tirados por cisnes. Zeus se transforma en cisne para casarse con Leda, y en ciertas zonas de Siberia e Irlanda matar un cisne significa mala suerte y muerte. Se habla de un hombre que observaba una bandada de cisnes sobre el agua, y al verlos liberarse de sus plumas se revelaron ante él como hermosas doncellas; robando la ropa de una vivió con ella, hasta que esta la encontró y poniéndosela desapareció para siempre. En la mitología irlandesa se dice que Agnus, hijo de Dagda, se enamoró de una hermosa doncella-cisne, Caer, quien se le había aparecido en un sueño. Viendo él una bandada de cisnes, notó que cada uno tenía una cadena de plata en el cuello y Caer cadena de oro y corona. Cuando la llamó ella dejó la bandada y él tomó forma de cisne, juntos volaron entonando cantos mágicos que adormecían por 3 días y 3 noches a todo aquel que los escuchara, esto explicaría el origen de su canto. Latini nos indica que “quando a de morir fincasele una péñola en la cabeça por medio del meollo, onde apercibe su muerte; & entonce comiença a cantar etan dulcemente que es maravilla de oyr, & así muere cantando”. Shakespeare, por su parte, escribió en Othello: “I will play the swan, and die on music”. Y en The Merchant of Venice: “He makes a swan-like, and fading in music!”

CUERVO. Por su color negro ha sido asociado con la muerte y el desastre. “Esta es el ave que non torno al arca de Noe, & esto fue porque falló muchas carnes muertas, o que morio en las aguas fondas”. De acuerdo con la creencia griega, cuando Apolo se enamoró de Coronis comisionó a un cuervo blanco para que la guardara mientras iba a Delfos, pero Coronis le fue infiel con Ischys. Antes de que el cuervo fuera a contárselo a Apolo, este lo adivinó y furioso de que el cuervo no le hubiese sacado los ojos a Ischys, volvió al ave negra.

CANGREJO. Algunas veces simboliza la unión entre opuestos porque su casa está tanto en la tierra como en el mar. En el Tarot, en la carta de la luna, un cangrejo emerge a la tierra desde una charca cual símbolo de la profundidad de la mente. En algunas tribus del Pacífico los cangrejos son dioses y sombras o mensajeros de los dioses.

LAGARTO. También se le asocia con el sol. En Egipto se le relacionaba con la fecundidad, probablemente porque incrementaba su actividad cuando el Nilo crecía, estimulando así el resurgimiento de la vida. En Dahomey se dice que el lagarto trajo el fuego del sol. En Australia los Aranda conectan al lagarto con los mitos del cielo y la tierra, y creen que el cielo se desplomaría si mataran a uno. Cuando envejece, “entra por algunt forado estrecho de alguna pared e despojase de la tenebregura de los ojos & de la vejez”.

SERPIENTE. En la mitología hindú existen semidioses con cuerpo de serpiente llamados Nagas. En la mitología griega aparecen a los lados de los antiguos dioses. Apolo combate con Python matándola en las laderas del Parnaso, en su cueva de Delfos, que más tarde sería asiento del Oráculo. En Dahomey el dios Da tiene una víbora en la boca. “Son frías de natura, nin fieren nunca si non son ante escalentadas, & por eso appece el venino dellas mas de dia que de noche, ca de noche están enfriadas & quedas por la friura del rocio”.

VÍBORA. Se le asocia con el rejuvenecimiento, inmortalidad, longevidad y sabiduría porque cambia su piel, y con la sexualidad por su forma fálica. Las víboras que habitan bajo las rocas o en hoyos en la tierra se conectan con el mundo de las profundidades y de la muerte. En el cristianismo se las asociaba con el diablo y el sexo por su rol de haber tentado a Eva. “Es una serpiente de tan fiera natura que quando el maslo se ayunta con la fenbra mete la cabeça en la garganta della; et quando ella siente el deleyte de la luxuria, aprieta los dientes & contra la cabeça. Et quando los fijos son en el vientre de su madre & quieren salir, derronpen & quebrantan por fuera el vientre de su madre & salen fuera, en manera que su padre & su madre son muertos por ellos”.

BALLENA. Llamada la madre del mar por los indios de la costa este de Centroamérica. Los árabes creían que una fabulosa ballena, Tahamut, sostenía el mundo y los terremotos eran resultado de sus movimientos. En la Biblia una ballena se tragó a Jonás quien pasó en su vientre tres días y tres noches. Es uno de los diez animales que pueden entrar al paraíso de acuerdo con la leyenda mahometana. Para algunas tribus indígenas de las costas occidentales de América, la ballena es considerada como un animal totémico con el poder de hundir las canoas enemigas. Sus dientes y huesos son extremadamente útiles como amuletos, y en ocasiones acompañan a las sirenas en sus expediciones para encantar a los marinos, tal cual veremos en la segunda parte de este artículo.

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