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Venezuela-Guyana: otra vez

A inicios de año, el gobierno de Guyana entregó una nueva concesión de exploración petrolera, el Bloque Orinduik, a un consorcio integrado por la compañía británica Tullow y la canadiense Eco Atlantic. La Tullow ya participa junto con la española Repsol en el adyacente Bloque Kanuku. La concesión Orinduik se encuentra al oeste del reciente exitoso descubrimiento del campo Liza en el bloque Stabroek de la Exxon-Mobil, en sociedad con la China National Offshore Oil Corporation. La muy amplia concesión Stabroek abarca desde áreas claramente guyanesas hasta áreas de la zona económica exclusiva que proyecta el estado venezolano del Delta Amacuro, pasando por áreas de la zona en reclamación del Esequibo. La Exxon, inició su exploración en el Campo Liza, ubicado en aguas claramente guyanesas. Pero más recientemente ha empezado trabajos de exploración en aguas del Esequibo. La más pequeña concesión Orinduik abarca áreas guyanesas pero también áreas que forman parte de la zona en reclamación.

El gobierno venezolano, por lo menos por once años, mantuvo en el olvido y el abandono la reclamación esequiba, y no olvidemos que Maduro fue Canciller por seis de esos años. Hace sólo unos meses, en cambio, se puso de nuevo, por un tiempo, en el primer lugar de la agenda. Ahora es claramente evidente que el despertar de la “catalepsia” del gobierno en el asunto tuvo como objetivos:

1) Tratar de recuperar puntos en el apoyo popular en vista de las elecciones parlamentarias, manipulando el mensaje nacionalista.

2) Distraer la atención del desastre socioeconómico que las “ideas muertas“ del gobierno han producido

3) “Complicarle la vida” a la oposición exigiéndole unidad nacional frente a la supuesta agresión de la Exxon, el Imperio y sus “títeres” guyaneses.

4) Calmar y distraer al sector de la FAN preocupado por la reclamación y la defensa de la fachada atlántica.

En vista de la apabullante derrota electoral, es obvio que la estrategia no funcionó. Pero la reclamación y la defensa de la fachada atlántica son parte integrante de los intereses permanentes del Estado venezolano. Actualmente la reclamación, se encuentra en manos de Secretario General de la ONU, quien, según lo previsto en el Acuerdo de Ginebra de 1966, debe seleccionar uno de los métodos de solución pacífica de controversias que establece el art.33 de la Carta de la ONU. Mientras tanto el Gobierno debería estudiar la conveniencia de un decreto de fijación de la plataforma continental en nuestra fachada atlántica del Delta del Orinoco, salvaguardando nuestros derechos sobre la fachada atlántica del Esequibo. Mantener el patrullaje tradicional de la Armada en la fachada atlántica y declarar “urbi et orbi” que la salida libre al Atlántico de Venezuela no es negociable. El encargado de negociar con Guyana sigue siendo el embajador Roy Chaderton , que hasta hace poco, tenía cinco cargos que atender, lo cual demostraba la falta de seriedad y de interés real en el tema por parte del gobierno. En la actualidad, dado que ya no es el embajador ante la OEA y tampoco diputado principal al Parlatino, que su presencia como representante venezolano en las conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno colombiano está muy cerca del final y que la participación como miembro del Consejo de Estado, no absorbe demasiado de su tiempo, el embajador Chaderton, como Comisionado de la Canciller, podría seguir dirigiendo la acción del gobierno, en el marco del Acuerdo de Ginebra, conjuntamente con el nuevo Ministro de Fronteras, siempre y cuando fuese apoyado por un grupo de funcionarios y respaldado por un Consejo Asesor de expertos y coordinara su acción con la mayoría de oposición en la Asamblea Nacional.

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