Las noticias que texturan la web de escándalo y que nos mantienen entretenidos son de una vulgaridad que ofende hasta el espíritu más avisado. Sobre todo porque aniquilan cualquier posibilidad de opinión. Nos dejan sin nada que decir, sin pensamiento ulterior. No inspiran siquiera alguna conversación de comentarios desapasionados pero de actualidad, entre amigos. Son eventos tan contundentes o radiantes que simplemente no dejan espacio a nada más: ¿qué se puede decir de las declaraciones de Donald Trump? El lo dijo todo, la apología de su desgracia en sus propias manos, no hay que hacer ningún esfuerzo por contradecirlo, está hecho. Sobre todo para los que nacimos de Texas para abajo, pues nos atañe. Lo digo porque al encuentro con unos amigos franceses que se jactan de estar siempre muy informados, descubrí con asombro que no sabían del asunto. México les queda lejos, se entiende. En cambio todos los latinoamericanos estamos involucrados. Desde el momento de las desafortunadas declaraciones de Trump –por decir lo menos- todos nos volvimos mexicanos y con razón, gran logro de la malversa irracionalidad mezquina de Trump.
En cambio el video de las cuatro pastas de diente de Farmatodo, Caracas, que circula entre amigos y enemigos que lo postean y repostean como si se tratase de una epidemia, nos divide, nos maltrata, porque es la rabia la que toma el control. Una mujer se hace un video cuando llega al paroxismo del disgusto justificado ante la escasez y arbitrariedad leguleya que afecta a Venezuela, y arremete con las empleadas de la farmacia que repiten escasas, la misma frase una y otra vez en débil defensa de su quince y último. Empleadas que no son menos víctimas que la señora del video. Lo remarcable es lo que sucede después: el video se vuelve viral, en pro y en contra, pero sobre todo, la señora se convierte en heroína de opositores cansados… ¿qué le sucede a un país cuando se siente representado en semejante estallido de brutal vulgaridad? Definitivamente, si para alguna cosa han servido estos 16 años de gobierno ininterrumpido es para mostrarnos que la vulgaridad no es atributo exclusivo de ninguno de los bandos. Pareciera que tampoco la capacidad de análisis, el intento de comprensión, convertidos en animales estomacales, hablamos por la tapa de la barriga ¿y después? Aparecen los periodistas que hacen la noticia, entre ellos Carlos Flores para Newsweek, la contacta buscando alguna argumentación tal vez mas sesuda que justifique el exceso y que oriente el virus que se reproduce en la red como el mal olor que despide la basura cuando se pudre bajo el sol. Pero la señora se niega a hablar.
Carlos Flores/ FCBK:
“Mmm, curioso. Ayer intenté entrevistar a Vanessa Senior (quiero 4 pastas dentales en Farmatodo) para Newsweek. Hablé con la «asistente de su manager», quien se comunicó con su manager, quien a su vez se comunicó con esta nueva ¿heroína? venezolana. Yo quería que hablásemos de la pasividad del venezolano que, en el video, Vanessa tanto denuncia, además de la situación de locales como Farmatodo y Locatel (a los que ella llama «m….») y en líneas generales, lo que siente como venezolana, bla, bla, bla… pero la señorita Vanesa Senior se negó. Dice que ella -a pesar de todo lo que dijo en su ahora famoso video- no quiere hablar «públicamente nada de eso ni de política», pero que sí quería la entrevista sobre su carrera como comediante y sus «logros profesionales», chévere. ¿Logros profesionales?, yo ni sabía -ni sé- quién es esta mujer excepto porque quiere 4 pastas dentales. Otro show más.”
No tardaron en aparecer los posteos de los que temen que el gobierno tome represalias y metan presa a la señora Senior. Ya cabe preguntarse, ¿quién es Vanessa Senior?
Llego al Reto de los 20 Kilos, todos de la misma señora Senior que se esmeró en rebajar haciendo la crónica en el social media gramo a gramo, convertido en stand up Sambil Caracas, Maracaibo, Falcón, Miami… Vanessadas es otro show suyo, se trata de una mujer de ego bien puesto y kilos que van y vienen.
Encontré sin dificultad el video donde ella acusa, desde la más impudorosa homofobia, a Simón Bolívar de homosexual, a Sucre y a Miranda, con lo peor del glosario venezolano y con una vehemencia de delirio, una desesperación que sobrecoge, conmueve su rabia, asusta que le parezca que tildar al héroe patrio de homosexual es un insulto. Lo que menos me esperaba era encontrar luego su confesión de amor homosexual a DjNany, Daniela Vásquez o Rodríguez. Tuve que seguir buscando para saber que DJNany es una mujer que se ha dado a conocer porque pincha desnuda, sobre todo música electrónica, aparentemente, expuesta con orgullo de curvas voluptuosas. Ella habla ufana sin pelos en la lengua, desde la estatura que le da sentir que ella es de toda Venezuela, de todos los hombres de Venezuela y de todas las mujeres de Venezuela. De forma que si alguna la quiere, tiene que saber y respetar esa condición, ella es del país entero. Advertencia que le dio a la señora Senior cuando esta le confesó su amor. Las conductoras del programa nocturno Sábado en la Noche, Globovisión, la entrevistan con sublime tontería, y ella, tan encumbrada y enfundada en sus medias caladas, a sus anchas nadando en el terreno conocido de la tontería, dice lo que le da la gana, y ellas la aplauden por lo “instructiva” que fue la entrevista.
Abrumada ante el descubrimiento de esta suerte de subcultura, universo donde las reglas y personalidades son otras, otras las preguntas y los aplausos, otro país mi país, sigo navegando por saber más de lo mío que no sé. You Tube que decide por uno y va encadenando videos según un criterio de similitud, supongo, la oferta del ya que viste esto, te puede interesar también esto con que funcionan muchas aplicaciones, como si te estuvieran estudiando el cerebro en el Cyber espacio, me dispara el video de la historia de Lila Morillo. Para mi gran sorpresa, de pronto escuché su voz tan conocida, tan de siempre, tan de un color demasiado brillante para mi gusto pero definitivamente afinada, y me reverbera el gentilicio. Para la inteligencia de You Tube, la secuencia va de Vanessa Senior, DJNany, hasta llegar a Lila Morillo, ¿origen de un final infeliz?
La desolación que deja ver el video que muestra al concejal descamisado bailando borracho con sus escoltas armados en una terraza frente un terraplén… Más videos y videos de malandros armados que esgrimen sus pistolas y ametralladoras con orgullo y ostentación de poder en minoría de edad… El trans o draga que canta frente a la camarita de su computadora en muy mal inglés pero con muchas ganas de agradar, batiendo su melena de un lado a otro para beneplácito de la burla de muchos que comentan y se carcajean con emoticones de mandíbulas batientes… ¿De qué se trata todo este remolino? ¿A dónde podemos llegar? Es como si lo peor de lo que somos hubiera tomado la web por asalto, instalándose como un velo sucio, turbio, cortina de humo que no nos deja ya ver lo verdaderamente importante. Me asusta y me entristece.