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Una voz

Querida Frida:

Desde hace días pienso en ti, quería escribirte una carta (como las que ya te he escrito desde 1979). En esta ocasión, para contarte algo que ocurrió hace unos días, algo relacionado con tu voz. A mí, como a muchísimas personas, me hubiera encantado escucharte hablar. Me hubiera fascinado que me leyeras algunas de las cartas que le escribiste a Diego y a todos tus amigos. Me hubiera encantado escucharte cantar. Se equivocó la paloma, poema de Rafael Alberti que tanto te gustaba y cuya letra tenías en tu diario. Has de saber que tus amigos, familiares y alumnos han descrito tu voz como «cristalina» y «melodiosa». ¿Cómo habrás hablado, Frida? Sin embargo, mucha gente ni siquiera se había percatado de que no existía una grabación con tu voz. Pues resulta que hace unos días, la Fonoteca Nacional anunció que existía un audio de un programa de radio donde un locutor entrevista a Diego Rivera, al Dr. Atl y a Lupe Marín, y, en un momento de la grabación, se escucha una voz muy dulce, completamente acariciadora, justo como decían tus amigos que hablabas. Al terminar ese pasaje, el locutor dice: «Esta voz que ya no existe sino en la permanencia de sus palabras, la voz de Frida Kahlo, nos ha conducido a la niñez lejana del pintor». Entonces, el director de la Fonoteca, mi gran amigo Pável Granados, dijo: «Ésta es una posibilidad, no sabemos si se trata de la pintora, hacemos público este audio para convocar a más gente a esta investigación».

Desde entonces, me ha dado vueltas y vueltas esa voz. ¿Será cierto que es la tuya? Hay muchos argumentos a favor. En primer lugar, que fue encontrada en un programa piloto de W Radio producido por Álvaro Gálvez y Fuentes, el famoso Bachiller, que tenía muchísimo prestigio como creador de la radio cultural, y amigo muy cercano de Diego Rivera. Desde hacía meses, la Fonoteca suponía que si tu voz existía, la única persona que podía haberte grabado era él, ya que fue el primer periodista que salió a las calles con su grabadora de carrete abierto a tomar el registro de las voces más importantes de entonces. Alfonso Reyes, doña Adela Formoso, Xavier Villaurrutia, Julián Carrillo, José Revueltas, Carlos Pellicer y Agustín Lara, entre otros, fueron los personajes que esta institución ha descubierto en su archivo, el cual consta de más de 1,000 discos y cintas.

Por la fecha en que nos dejaste para siempre (1954), sólo había dos maneras de registrar tu voz: los discos instantáneos y las cintas de carrete abierto. Los discos se grababan en una maquinita que vendían para que la gente pudiera grabarse en sus casas, sólo que la calidad era mala y apenas duraban seis meses. La cinta de carrete abierto fue la nueva tecnología que llegó a México a principios de los cincuenta. Por esa razón, es probable que tu voz haya sido grabada de este modo. En la Fonoteca se le hicieron los estudios de autenticidad a la cinta, por lo que concluyeron que el programa debió ser producido entre 1955 y 1957 ya que Diego estaba todavía vivo (murió en noviembre de 1957). También se dieron cuenta de que tu supuesta voz no fue registrada en un estudio de grabación sino, probablemente, en una casa. Esto se desprende del análisis del voltaje, lo que significa que el aparato que se usó era portátil. No obstante, desde que se dio a conocer el audio, la gente pensó en otras voces. Es tan bonita esta manera de leer que se pensó en algunas actrices. Sobre esto dice la Fonoteca que se tiene que hacer una comparación de voz con todas ellas. Apenas esta semana una actriz de voz muy bella, Amparo Garrido, se reconoció en esta grabación. Dice que la escuchó y se estremeció. «Casi, casi estoy segura», dijo.

De inmediato Pável Granados se comunicó con ella para ofrecerle hacer los estudios necesarios para comparar las voces y, de ser así, darle el crédito que merece. Sin embargo, Amparo no ha sido la única candidata, pues otros han dicho que se trata de Carmen Molina, Rita Rey o Evangelina Elizondo. Lo más bonito de todo este enigma es que han revivido los años cincuenta, se vuelve a hablar de las actrices de las radionovelas, de la época de Diego y de la posibilidad de escucharte, querida Frida. Mientras tanto eres todavía como la venadita de tu cuadro, en donde apareces corriendo y detrás de ti va una supuesta voz. Si es la tuya, tendremos un único registro. Por lo pronto tengo tu supuesta voz en mi celular, la cual escucho constantemente. Es una manera de estar junto a ti.

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