Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

En este mundo todo parece justificable

Un destacado profesor en la Universidad de Leiden preguntó a los asistentes si creíamos que la invasión a la privacidad era justificable cuando se lograba exponer la verdad. Luego de una larga discusión, la mayoría acordó que invadir la privacidad puede justificarse si se obtendrá la verdad. Con una sonrisa en su rostro el profesor continuó y dijo: “Supongo que todos estamos de acuerdo: en este mundo todo parece justificable.”

Luego de la clase estuve leyendo sobre el Deutsche Bank y su participación cómplice en los crímenes Nazis y decidí aplicar el mismo ejercicio. ¿Fueron las decisiones tomados por el Deutsche Bank justificables al punto de no considerarlas criminales?

Luego que Hitler tomó el poder, lo primero que hizo el Deutsche Bank fue despedir a sus tres miembros judíos de la junta directiva. A partir de entonces, el banco formaría parte del proceso de arianización de los negocios judíos (James, 2004), esto significaba, la expropiación por parte de las autoridades alemanas de los negocios, empresas y propiedades judías y su transferencia a propietarios y controles arios (Jewish Virtual Library). Según sus propios historiadores el banco estuvo envuelto en al menos 363 de estas confiscaciones para 1938, sin duda beneficiandose de la tragedia judía.

Adicionalmente, el banco estuvo envuelto en la apropiación de activos de aquellas instituciones financieras que cayeron en manos alemanas durante la ocupación, (Mattera, 2014), proveyó servicios bancarios a la Gestapo y financió a través de préstamos la construcción del campo de concentración Auschwitz-Birkenau y el complejo cercano de la IG Farben, donde se utilizó mano de obra esclava proveniente mayormente de Auschwitz. El Deutsche Bank reveló su participación en Auschwitz en el 99. (Schmidt, 1999).

De acuerdo a reportes originados a partir de una investigación llevada a cabo por la US Office of Military Government, Deutsche Bank asignó a algunos de sus representantes más talentosos para organizar el sector privado, beneficiándose de la arianización de la propiedad judía. (Simpson, 2002). De acuerdo a la investigación, el departamento internacional de la institución, tomó como suya la tarea de lavar dinero para el partido Nazi y las SS, así como el contrabando de oro y el colectar inteligencia en nombre del régimen. (Simpson, 2002). El banco explotó la campañá militar alemana para absorber los bancos rivales alrededor de Europa. (Simpson, 2002). La división de investigación estadounidense además reportó que el banco negoció cientos de kilogramos de oro proveniente de los campos de concentración. (Simpson, 2002).

El banco asignó a sus representantes más veteranos como enlaces con las SS y el partido Nazi. (Simpson, 2002). Se determinó que el banco no solo apoyó activamente al régimen Nazi sino que también mantuvo lazos estrechos con oficiales de las SS como Heinrich Himmler. (Mattera, 2014).

Es cierto que lo que los Nazis hicieron fue terrible. No dudaría ni un momento en llamarlo uno de los peores crímenes cometidos en la historia moderna, sin embargo en los días del régimen Nazi en Alemania, matar judíos y apropiarse sus activos no era un crimen. Un crimen es un mal que se comete contra la sociedad, proclamado y castigado por la ley. En la sociedad Nazi y en sus leyes, lo anterior no era un crimen, al contrario, era lo esperado.

La estructura creada por el estado Nazi no solo permitía sino que, aún más importante, exigía que las estructuras de poder cumplieran con los ideales Nazi. En este sentido, la estructura económica representada por el banco más grande de Alemania, no tenía realmente otra opción salvo cumplir. Políticamente hablando era imposible para el Deutsche Bank desobedecer las ‘sugerencias’ Nazis sin obtener represalias fatales en respuesta. Económicamente hablando era imposible para el banco darle la espalda a los Nazis sin darle la bienvenida a la bancarrota en tiempos de guerra.

Los soldados pelean las guerras a pie y matan para sobrevivir, las corporaciones pelean las guerras a través de decisiones certeras, esto significa: invertir en aquellos que tienen el poder y las oportunidades para hacer dinero. La meta final de una corporación es obtener ganancias y beneficios, si una corporación no obtiene ganancias ‘muere’. Así como el soldado necesita matar para vivir, las corporaciones necesitan tomar las decisiones que les permitan hacer dinero, algunas veces esas decisiones no son moralmente aceptables pero son financieramente satisfactorias.

Dicho de forma simple, el Deutsche Bank aseguró su supervivencia política y económica en los años de guerra, proveyendo apoyo financiero al régimen Nazi y removiendo a los miembros judíos de su junta directiva. No fue un crimen, fue una decisión financiera.

En una sociedad donde las leyes no solo regulaban sino que aplaudían una estructura dual y vertical, en donde los judíos se encontraban al fondo de la sociedad y los alemanes arios en el tope, el mensaje enviado a los miembros de esa sociedad era que el orden de las cosas había cambiado y les gustara o no, si querían sobrevivir el cambio, debían cumplir. El Deutsche Bank financió al régimen Nazi no solo porque economicamente era lo más sabio que podía hacerse, pero también porque la estructura legal del estado practicamente lo exigía. En conclusión, en la Alemania Nazi lo que el Deutsche Bank hizo fue legal, y cómo puede algo legal ser un crimen?

Ciertamente todo parece justificable y visto desde ese punto, ¿siendo el banco más grande de Alemania no habrías hecho lo mismo?

Isabel Roby

Hey you,
¿nos brindas un café?