En Venezuela todo el mundo ha quedado en shock con lo del estado de excepción. Ahora les pregunto: ¿De qué se sorprenden, si desde siempre en el mundo se ha vivido un estado de este tipo?; paso a demostrarles porque es cierta mi afirmación:
¿Qué es lo contrario de la Excepción? Pues claro está la falta de excepción, es decir, el “Estado de Excepción” y todos, de una manera u otra hemos sido partícipes de ese estado, que, muchas veces nos ha beneficiado.
Por ejemplo, si usted no tiene champú para bañarse debe hacer la cola para comprarlo, esto es sin excepción. Ahora bien, si usted tiene un familiar bachaquero, compra su lugar en la cola, o incluso se “colea”, entonces se convierte en una persona en “Estado de Excepción”, pues claro, se saltó la regla y pudo comprar su producto.
Si usted va a realizar algún trámite y en lugar de seguir las normas, cae en el juego del gestor o del funcionario corrupto, usted y esa persona que “le facilitan” la diligencia, están contribuyendo al “Estado de Excepción”.
Esto del estado de excepción viene desde bien atrás, desde los tiempos no de las Fábulas de Esopo (y mucho menos del hisopo, pues eso lo inventaron después), viene de la época de Tío Tigre y Tío Conejo. De hecho según algunos registros históricos, Tío Conejo fue el primer caso demostrable de un ser vivo en “Estado de Excepción”.
Pero, ¿Quién era Tío Conejo? Este personaje, creación del escritor venezolano Antonio Arráiz , es de hecho el protagonista de “Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo” y de otras obras del autor. En fin, el mentado personaje, tiene como característica principal la llamada “viveza criolla”, pero este término en esencia lo que quiera decir es que “la astucia le gana a la fuerza”; pero lamentablemente se desvirtuó y devino en “aprovecharse de la astucia no para ganarle a la fuerza sino para aprovecharse del resto”.
Creo que llegó la hora ciertamente de acabar con los “Estados de Excepción” en general, pero ¿Cómo? usando esa Viveza Criolla, o mejor dicho esa astucia, a favor de todos. Es hora de que todos sin Excepción plantemos cara a las injusticias, a los corruptos, a los autoritarios, a los malos políticos (que los hay en ambos bandos) y a todos los males de nuestro maltratado país”.
Seamos vivos, juguemos vivo, y reclamemos lo que tenemos que reclamar, pues, el reloj corre y aunque el tiempo es eterno, las personas no lo son.