Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Si se te daña la computadora o el celular, ¿se lo darías a una mujer para que te lo repare?

Cuando se te daña el celular es como si te perdieras tú, o parte de ti, como si de pronto empezaras a andar abandonada por el mundo sin que a nadie le importe, con la sensación de que todo lo significativo que está sucediendo te lo estás perdiendo, porque quedaste fuera del juego… en dos platos, te sientes morir. Una sensación que se agrava según el desperfecto del teléfono y el tiempo que has de esperar para recuperarlo en buen estado. De modo que sacas tiempo de donde no lo tienes para pasar por el centro de reparaciones. Si lo tuyo es un i-phone, en el Genius bar de la Apple store encuentras a la disposición jóvenes de ambos sexos y todas las razas, para escoger… Y ahí es donde me descubrí en lo peor de mí misma: buscando a quien me atendiera, esquivaba a las muchachas, buscando la mayor confianza que me daban los muchachos. Lo confieso con toda vergüenza, por tratar de redimirme toda vez expuesta al escarnio público como castigo.

Entonces saco esta cuenta: si una mujer tan feliz de su condición de género, como yo, alerta siempre a defender lo que son los derechos de las mujeres que son sus hijas, sus abuelas, madre, hermanas, las mujeres de la casa que me hicieron, mis amigas, comadres, cómplices, colegas… es capaz de descubrirse en esa malversación de pensamiento, ¿qué quedará para el resto?

Según reporta el New York Times en artículo publicado el primero de Abril, –Female-Run Venture Capital Funds Alter the Status Quo, por Claire Cain Miller-, en Silicon Valley, el corazón de la capital del riesgo, una cosa llama inmediatamente la atención: el elenco gerencial es casi exclusivamente masculino.  Tal vez justamente por eso, han venido surgiendo en la industria, nuevas empresas dirigidas por mujeres, con inversionistas mujeres y empleadas mujeres: Cowboy Ventures, Aspecto Ventures, Broadway Angels, Illuminate Ventures, Forerunner Ventures, Partners Alineados.

El contraste con el resto de la industria es marcado. Estas nuevas empresas con predominio de mujeres incluso en las redes de inversión, además de contar con inversión significativa y la oportuna experiencia en operaciones, ofrecen una red más amplia y diversa para el reclutamiento y la búsqueda de nuevas empresas que apoyar, y una mucho mayor comprensión de las consumidoras mujeres, que son a menudo las usuarias dominantes de los nuevos productos.

Además de alentar con su éxito, a su vez estas empresas femeninas son también expresión de los problemas profundamente arraigados en la industria del capital de riesgo.

Un reciente juicio por discriminación de género en contra de la firma Caufield & Byers por demanda de Ellen Pao, aunque fue perdido por ella, sirvió para revelar importantes verdades de una cultura dominada por los hombres, en la que las mujeres están en franca desventaja: sólo 6% de los socios en las firmas de capital de riesgo son mujeres. Cifra menor aun que la que se ostentaba en 1999, cuando el 10% eran mujeres. El 77% de las empresas nunca ha tenido una inversionista mujer. Dos estudios son responsables de estas cifras y mas: el Diana Project en Babson College y los estudios de Paul A. Gompers, profesor de Administración de Empresas en Harvard Business School.

Lo bueno de todo esto es que el caso de Pao puso de nuevo sobre la mesa el problema de los prejuicios raciales y de género, que al margen del mérito, al parecer son el rigor en Silicon Valley y en el sector del capital riesgo en particular. Hay que decir que este sector es el que proporciona buena parte del financiamiento a las nuevas empresas de tecnología. Y aunque se trata de invertir en el invento del futuro, lo que podría sonar de avanzadas, lejos de lo que se pudiera imaginar, esta gente tiene la reputación de ser muy estrecha de miras y se entienden casi exclusivamente entre hombres. Son mucho mas sectarios que las empresas tecnológicas que ayudan a lanzar, a las que también se les acusa de sexistas.

No viene al caso ahondar en los detalles del juicio de Pao, pero me parece oportuno señalar algunos nombres: al principio, Pao trabajó para el socio John Doerr, quien participó en las primeras inversiones en Google, Amazon y una larga lista de exitosas firmas de tecnología. Doerr actualmente está en la junta de Google y forma parte del Consejo de Asesoría de Recuperación Económica del Presidente, Barack Obama. 5 años después, Pao se convirtió en socia junior con tareas de inversión en la empresa que finalmente demandara por discriminación de género, empresa que tiene como socio destacado al ex vicepresidente Al Gore. Todo esto por compartir una inquietud: ¿en manos de quién estamos… a nivel de tecnología, a nivel de país…?

Los capitalistas de riesgo son, en cierto modo, los guardianes de Silicon Valley, un grupo de hombres blancos que estudiaron en lugares como Stanford, de modo que no es de extrañar que la mayoría de los empresarios se ajusten el mismo molde”, señala Claire Cain Miller, autora del artículo referente de estas líneas.

Pero volvamos a las buenas noticias: las mujeres han empezado a reaccionar. Las empresas de riesgo con mujeres como socios, son 3 veces más propensas a invertir en una empresa con un jefe ejecutivo de sexo femenino, y tienen 2 veces más probabilidades de invertir en una empresa con las mujeres en el equipo de dirección, según el informe de Babson College. Aunque no todo es color de rosa: la falta de inversionistas mujeres afecta en detrimento de esta tendencia.

Un análisis reciente de Fortune encontró que de las 81 nuevas empresas que tienen un valor estimado en más de $ 1 mil millones de dólares, sólo un 5% tenía un jefe ejecutivo de sexo femenino y únicamente el 6% tenía una mujer en el tablero. Otros estudios han encontrado que los fundadores y directores masculinos son menos propensos a contratar a mujeres como ejecutivos e ingenieros, así como tampoco le pagan a hombres y mujeres por igual aunque ejerzan responsabilidades equivalentes.

Ellos se defienden diciendo que si hubiera más capital de mujeres inversionistas de riesgo, habrían mas mujeres en el juego; pero que las mujeres inversionistas sólo invierten en productos diseñados para mujeres y eso reduce aun más las posibilidades.

Mujeres del negocio, como Sonja Hoel Perkins, fundadora de Broadway Angels, una de las empresas de mujeres, desmiente estos mitos y acuña: “Me metí en esto sobre todo pensando que el trabajo entre mujeres es más divertido, después de haber trabajado con sólo hombres toda la vida… También pensé que esto iba a ser fuente de inspiración para mujeres y niñas que con derecho se preguntan “¿por qué entrar en el capital de riesgo y la tecnología, si a nosotras esa industria no nos quiere?”.”

Yo insisto en ser optimista: digan lo que digan, y hagan lo que hagan por mantenernos fuera del juego y de la toma de decisiones, se me antoja fácil presumir que la gestión exitosa de estas empresas de mujeres en la industria de la tecnología y las inversiones de riesgo, le va a cambiar el rostro a esa industria. Simplemente porque las mujeres en general se quieren divertir por encima de todo y no a costa de nadie. Y cuando se lleva el sentido del goce como norte, se llega más pronto y segura a puerto.

Hey you,
¿nos brindas un café?