Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Sex data

Un recién graduado de 24 años, de Denver, quiere casarse. Algún día. Está casi seguro de que lo hará. Pero no pronto. Alega que no ha terminado de ser estúpido. Todavía quiere salir y tener relaciones sexuales con muchas mujeres. Ya que ha descubierto cómo hacerlo… «Las muchachas son más fáciles de engañar que los hombres. Basta mentir o simplemente, que no te importe. Si sabes lo que ellas quieren no se lo des hasta que llegue el momento adecuado. Esa es la estrategia para tener lo que quieras, una relación, sexo o lo que sea. Porque así tú tienes el control». Esto según lo reporta el Dr. Regnerus, profesor asociado de sociología en la Universidad de Texas, en sunuevo libro, «Sexo barato: la transformación de los hombres, el matrimonio y la monogamia«(Oxford University Press), del que escribe un extracto en The Wall Street Journal del 4 de junio.

Para su libro, entrevistó a 100 hombres y mujeres, de distintas comunidades estadounidenses, hace cinco años, en un intento por comprender cómo los norteamericanos entre 20 y 30 años asumen sus relaciones sexuales. Y concluye que el matrimonio se les presenta, cada vez menos, como una opción. Hasta el año 2000, los casados​ (entre 25 y 34 años) eran el 55%, mientras los solteros eran el ​​34%, (según datos de la Oficina del Censo del estado). Para el 2015, el año más reciente para el que hay datos disponibles, las personas que nunca se han casado ascienden al 53%, mientras que los casados son el 40%. En 5 años se invirtieron los números. ¿Por qué?

Economistas y sociólogos sostienen que este repeluco hacia el matrimonio se debe a la baja en los salarios, que les resta la confianza a los hombres como para casarse. Sin embargo, investigaciones recientes de la Oficina Nacional de Investigación Económica (2017), enfocadas en las regiones de USA enriquecidas por el auge del fracking, muestran que el aumento de los salarios en esas regiones, no aumentó en nada las tasas de matrimonio.

La hipótesis más clásica, explica el declive del matrimonio por el miedo al compromiso de los hombres. Pero de eso siempre se ha hablado, ¿cuál es la novedad que explica el cambio? Aparentemente tiene que ver con que los hombres, perciben el matrimonio como un mal negocio. Habría que saber cómo es que sacan esa cuenta, los hombres, ahora que las mujeres trabajan cada vez más y pelean por ser remuneradas por igual, a igual esfuerzo.

Según Regnerus, la explicación de la falta de ganas de casarse tiene que ver con que el sexo se ha vuelto muy barato. “En comparación con el pasado, las mujeres hoy esperan poco a cambio de sexo, en términos de tiempo, atención, compromiso o fidelidad. Los hombres, a su vez, no se sienten obligados a suministrar estos bienes como solían hacerlo. Es la nueva norma sexual para los estadounidenses, hombres y mujeres por igual, de todas las edades.”

Lo que me inquieta de todo esto es que en ningún momento se habla de amor. El sexo por amor, no pareciera tener nada que ver con el tema. Se trata más bien de un intercambio de bienes: hoy te la doy, pero me llamas mañana ¿y vamos al cine?; me acuesto contigo, pero si me pones atención cuando te hablo, no te quedes dormido; vamos a la cama, pero… en algún momento, ¿tú te quieres casar, ¿verdad?; si te acuestas conmigo no te puedes acostar con otra después; abro las piernas, pero te quedas a dormir conmigo…Todo esto en el entendido de que la mujer es la que tiene lo que ellos quieren, y es entonces la que le pone precio. A la manera de una transacción, como la que se hace con billetes a cambio de pan o tomates. Como si el asunto del sexo tuviera más que ver con la economía que con el amor.

Otra explicación a los cambios de conducta sexual, la encuentra el señor Regnerus, en la píldora anticonceptiva, pues el control de la natalidad impulsó las posibilidades educativas y económicas de las mujeres, y eso por ende redujo su dependencia de los hombres. De nuevo, razones económicas. Como el riesgo de embarazo se redujo, entonces las mujeres ya no tenían que esperar a estar seguras para acostarse con el hombre que las atrajera.

Y si no había barriga, tampoco había escarnio. Entonces, ¿a la cama en la primera cita?

El proyecto «Relaciones en América» (2014) ​​-una encuesta nacional de más de 15,000 adultos entre 18 y 60 años, del Instituto de Austin para el Estudio de la Familia y la Cultura-, ofrece información más detallada. En relación al cuándo: ¿después de seis meses de citas? ¿Después de dos? ¿la misma noche en que te conocí? El 32% de los hombres menores de 40 años, tuvieron sexo con su pareja antes de que la relación comenzara. Aparentemente las mujeres arrojaron preferencias más tardías.

El porno en línea es otra novedad que ha afectado de manera definitiva la manera de conducirse en el sexo: una computadora nunca dice que no, y para muchos hombres, las mujeres virtuales compiten y en ventaja, con las mujeres reales.En la misma encuesta, el 46% de los hombres menores de 40 años, dijeron haber consumido pornografía en la última semana, y el 27%, el día anterior. El 16% de las mujeres, aparentemente también se aplica, una vez a la semana.

La encuesta muestra que las mujeres lo que quieren es que los hombres con los que salen, las traten bien y respeten sus intereses. Pero según Regnerus, las decisiones que las mujeres han tomado, han hecho que los hombres asuman inconscientemente, que ese comportamiento es noble y agradable, pero no necesario para acostarse con ellas. Las mujeres esperan encontrar hombres buenos sin acogerse a las normas sexuales que podrían hacer que los hombres mejoraran su actitud hacia el sexo. ¿De qué habla el señor Regnerus? ¿Será que está hablando de castidad? ¿A cuáles decisiones de las mujeres se refiere? ¿A la libertad de acostarnos con quien queramos y cuando queramos?

El análisis de Regnerus continúa en la comprensión de que, para muchos hombres, la transición de una actitud mercenaria hacia el sexo, hacia una relación más estableo amorosa, de proyecto, con futuro, o familia, puede ser difícil. Justamente porque si se consigue sexo tan fácilmente, para qué esforzarse. Como si solo de sexo se tratara. De la satisfacción física, hormonal, que no es distinta a la que obtiene el perro con la primera perra que pase en celo.

La alarma se le enciende porque, aunque la mayoría de los jóvenes de USA continúan casándose, -más tarde, pero se casan-, el número de aquellos que nunca se casan está aumentando. La norma histórica estaba por debajo del 10% y ahora asciende a un tercio de la población. Pero si les basta con el sexo, pues mejor así, ¡que no se casen!

La mayoría de los jóvenes estadounidenses todavía buscan los muchos beneficios personales y sociales que provienen del matrimonio, incluso cuando la dinámica del mercado actual de apareamiento conspira contra ellos.“Dinámica del mercado actual de apareamiento”, es una manera de hablar de la necesidad de buscar una compañera en la vida, que me para los pelos.Me horroriza. “dinámica de mercado de apareamiento” … Aunque entiendo que la nomenclatura le hace justicia a la triste soledad generalizada que busca satisfacerse con aplicaciones para dating.  Y es así que coincido con el señor Regnerus en que un mundo en el que es posible satisfacer nuestros deseos sexuales de forma mucho más inmediata, conlleva una serie de consecuencias desafortunadas e involuntarias. Vaya usted a saber qué es lo que él entiende por “desafortunadas e involuntarias”, que sin duda, es muy distinto a lo que yo, y muchas mujeres entendemos.

Hey you,
¿nos brindas un café?