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Karl Krispin
viceversa mag

¡Santas malas noticias Batman!

Quienes nacimos en los sesenta tuvimos la inseparable compañía de series de TV como Perdidos en el espacio, Tierra de gigantes, Viaje al fondo del mar, El túnel del tiempo, Lassie, El llanero solitario, Hechizada, El zorro, y la emocionante Batman. Crecimos con personajes que forjaron nuestra visión del mundo. En cada uno de ellos sus virtudes o miserias contribuyeron a distinguir entre lo correcto y lo ilegal. Si el doctor Zachary Smith de Perdidos en el espacio nos indujo con sus intrigas a rechazar el personalismo, Batman nos mostró lo respetable de la justicia. Decir que aquella TV era mejor no es más que un homenaje devoto especialmente en estos momentos estremecedores de Netflix. Aquella fue nuestra fortuna de niños y como la patria de todo hombre es su infancia, la nostalgia navega en nuestro derecho de preferencia. Los fanáticos de Batman recibimos el sábado una noticia devastadora: Adam West, quien interpretó al inolvidable hombre murciélago murió a los 88 años en Los Ángeles. Al menos los despachos noticiosos informan que falleció plácidamente. No podía ser de otro modo.

“¿Cuántos actores tienen la oportunidad de pertenecer a lo que se convirtió en parte de la cultura pop?” Se preguntaba West al cabo de los años. La serie de ABC se comenzó a transmitir en 1966,  tuvo tres temporadas y 120 capítulos. El elenco de villanos a los que Batman y el joven maravilla Robin afrontaron incluía bandidos de la talla del Pingüino, el Guasón, el Acertijo y la sensual Gatúbela. Bruce Wayne en inglés o Bruno Díaz en castellano llevaban una doble vida: la de un filántropo que en momentos de peligro para la ciudad cambiaba su identidad por la de Batman, duplicidad conocida por pocos, entre ellos Alfred el diligente mayordomo, porque ni la tía Harriet estaba al tanto. La serie incluía la voz de un narrador que le agregaba emoción a la trama y proponía una estética pop acompañada por imágenes del cómic en medio de las célebres peleas del dúo dinámico.

Batman desafiaba a criminales creativos con lo que la inteligencia y el ingenio eran las claves para resolver el crimen. El héroe tenía sin embargo una condescendencia particular hacia Gatúbela, por la que estuvo siempre cautivado. A la erótica y encuerada felina le dedicó frases memorables como la que recordó la BBC en su tributo al actor: “Me provocas curiosos remolinos en mi cinturón de herramientas”. Batman actuaba apegado al orden ético y a los representantes de la ley. Su actuación hoy no tendría sentido ya que los criminales de nuestros días se han refugiado en los gobiernos. Que tengas buen viaje Adam West, Batman. Hoy todos los ciudadanos de Ciudad Gótica estamos de luto.

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