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Sal y huye

Si tu marido o pareja te golpea y te violenta verbalmente durante esta cuarentena, no te quedes en tu casa. Si en este confinamiento te sientes atrapada con una pareja abusiva que no deja de insultarte, por no haber bajado la basura, porque la comida no está lista, porque ya no tiene trabajo, porque se acabaron los refrescos o simplemente porque ya no hay tortillas, y amenaza con golpearte, no te quedes en tu casa. Si al pasar de los días te agrede constantemente y no te baja de pendeja y de vieja inútil y temes que, en cualquier momento, puede pasar a los golpes, no te quedes en tu casa. Dadas las circunstancias de miedo y de incertidumbre laboral debido a la pandemia, si el padre de tus hijos es un agresor y expresa su frustración golpeándolos, insultándolos y atemorizándolos con su incontrolable violencia, y si por añadidura no canaliza su rabia a través de los programas de deportes, no te quedes en tu casa y huye con ellos a un refugio especial para las mujeres víctimas de violencia.

No hay duda que la violencia doméstica también es una pandemia. «Para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor precisamente allí donde deberían estar más seguras. En sus propios hogares. Así que hoy hago un nuevo llamamiento a la paz en los hogares de todo el mundo. Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el Covid-19. Pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas», nos advierte António Guterres, secretario general de la ONU sobre la lucha contra la violencia de género y el Covid-19. Guterres exhorta a los gobiernos de todo el mundo a aumentar las inversiones para crear sistemas de alerta de emergencia en farmacias o incluso en supermercados, ya que en estos momentos los centros para víctimas de violencia de género están cerrados o saturados debido a la cantidad de demandas. Desde que empezó el confinamiento, las llamadas a los refugios para mujeres víctimas en México han aumentado 60 por ciento en las últimas dos semanas. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, apuntó en una videoconferencia que las llamadas al número de emergencias 911 por violencia doméstica se han incrementado 25 por ciento. Sánchez Cordero aseveró que la red de apoyo a mujeres víctimas es muy completa, por lo que inmediatamente después de una llamada se canaliza a la persona a la instancia correspondiente. «El 911 hace la referencia inmediatamente al Inmujeres o a (las autoridades) estatales, a los centros de atención a mujeres víctimas de violencia. En fin, la red está muy completa para inmediatamente direccionar la llamada», agregó (Reforma).

Según la psicóloga y especialista en temas de género Karen Valdez, cuando el agresor está en confinamiento con la víctima, el episodio violento viene mucho más rápido. «Se acrecientan las emociones, los sentimientos y el enojo». Para Marilú Rasso, directora de «Espacio Mujeres»: «Se refuerzan los estereotipos de las labores del hogar y se pone a las mujeres en un lugar de servicio obligatorio. Cualquier cosa que no sale como los agresores están esperando se vuelve un pretexto para la violencia». A estas víctimas, Rasso les recuerda que la policía sigue trabajando y que su número es el 911. La Red Nacional de Refugios tiene una línea telefónica disponible 24 horas, su número es el 55-56-74-96-95 en Ciudad de México y 800-822-44-60 en el resto del país.

¿Qué hacer con un marido que siempre grita e insulta, pero ahora con el confinamiento, se le ha intensificado su machismo?: «¿Por qué no se han cambiado las sábanas?». «¡Eres negada para planchar camisas, además la casa está hecha un desmadre!». «¡Me vale madres que ya hayas visto esta película, yo la quiero ver!». «¡Estoy hasta la madre con tus hijos tan mal educados!». «¡Ni me pidas que te ayude en la casa y que lave platos, o pase la aspiradora, o cambie la bolsa del basurero! Nunca lo he hecho y no lo haré jamás. ¿No que eras muy chingona como ama de casa? Pues ahora te aguantas, chiquita…». Estos maridos tal vez no pegan, pero eso sí, saben dar trompadas verbales: «Eres una pésima cocinera». «¿Por qué carajos no sabes pedir correctamente el súper por teléfono?». «Qué chinga, ¿oooooooootra vez quesadillas?». «Por tu pinche culpa se acabaron las pilas del control, a ver cómo le haces y consigues otras…». «¿Que por qué no hacemos el amor? Porque no tengo Viagra. ¿Entiendes? ¡Via-gra!». «¿Qué todavía no te cae el veinte, idiota, que no podemos salir de la casa? Por qué no vas tú a la farmacia y de una vez te contagias de coronavirus…?».

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