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Bobby Coimbra

Roberto “Bobby” Coimbra: “Se puede ser feliz en Venezuela”

Cree que la publicidad que tenemos, es un reflejo directo de lo que pasa en el país. Estima que siempre puede ser mejor, y por eso no para de trabajar. Dice que –a pesar de todos los pesares- es un hombre totalmente feliz, aún viviendo en el caos de Caracas.

Roberto “Bobby” Coimbra es el actual presidente y director creativo del grupo Ogilvy & Mather Venezuela, del cual forman parte las agencias Ogilvy & Mather y 141 Coimbra; a mediados de 2014 fue nombrado director regional para América Latina de 141 Worldwide.

“Acá en Venezuela, se llama 141 Coimbra Soho Square, porque yo soy socio, y es posible que en otros países, la marca esté asociada al apellido de algún socio, pero –por lo general- es 141 Soho Square Colombia, 141 Soho Square Panamá, etcétera”, abre fuegos, el alto portavoz.

“En el aspecto físico, separamos las oficinas, pero en el aspecto operativo 141 Coimbra Soho Square es una full service agency, con una estructura totalmente separada de Ogilvy & Mather Venezuela, si bien es una sister agency, y yo soy el presidente de las dos. Tenemos el back office de administración y finanzas en conjunto. Además, soy director creativo del Grupo Ogilvy & Mather”, se mete en el corazón de su negocio.

Y sube a las alturas: “Sigo metido de cabeza en el desarrollo creativo de la agencia, porque esa es mi línea profesional, claro que no con la intensidad de otros tiempos. Pero vengo de allí. Dentro del abanico de cosas que tiene que hacer el presidente de una agencia, me gusta el desarrollo creativo, y odio los números”, saca su cuenta.

Hace poco creó Geometry Global, una agencia adicional del grupo. 141 Coimbra Soho Square –la mayoría de sus clientes son locales- es una agencia full service, lo mismo que Ogilvy -la mayoría de sus clientes son internacionales-, pero Geometry Global –con casi un año de creada- es una compañía de Trading, es decir, está dedicada a desarrollar actividad publicitaria en el trade. Por eso, está separada de las otras dos agencias. La intención es abarcar toda la paleta con estas tres agencias.

El país contra la publicidad

“La publicidad que tenemos es un reflejo de la situación del país. Cuando cambie esa situación, nuestra publicidad también cambiará. No me refiero únicamente a la parte monetaria. Me refiero principalmente a la parte social. Hoy vivimos una situación bastante diferenciada de años pasados. Esa diferenciación entre el estilo de vida que tuvo Venezuela en años anteriores, y el que tiene hoy, se ve reflejado en la actividad publicitaria del país”, ata cabos, el legendario creativo.

Coimbra siempre ha sido un crítico de su propio trabajo. Cree que parte de su función es ser crítico de las cosas que hace, por muy bueno que considere el trabajo que está haciendo. ¿Por qué la crítica? Porque hace continuar buscando maneras diferentes de hacer las cosas.

Sabe que siempre puede ser mejor. “Yo creo que la creatividad publicitaria venezolana todavía no alcanzó –y está muy lejos de alcanzarlo- el objetivo que tenemos todos los profesionales que hacemos vida en las agencias venezolanas. Eso vale para el momento actual, pero también para épocas pasadas. No creo que la abundancia de épocas pasadas, haya hecho que la publicidad alcanzara algo extraordinario, comparado con otros países”, dice, en honor a la verdad.

Algo anda mal

Pero, ¿qué pasa con los Premios Anda? Lo primero –asevera- es que hay que definir qué cosa es un concurso de publicidad. “Siempre fui un defensor de la idea de que un concurso es un medidor del nivel de la publicidad que tiene un mercado. Y mientras más crítico y exigente sea el jurado, mejor desempeña esa función el premio, o el concurso. Un premio publicitario no debe ser un masaje en el ego de un creador, pero sí debe ser un incentivo para que sea reconocido el criterio creativo de esa persona”.

El curtido hombre de publicidad argumenta que la exigencia de un premio hace que el ganador continúe progresando, y haciendo esfuerzos por lograr la mejor publicidad. Pero si un premio –toma distancia- tiene la finalidad de satisfacer el ego de todo el mundo, pierde su valor. “Es un premio, entre un montón de gente premiada. El siguiente año no habrá interés en el creador, por hacer un esfuerzo, y ser nuevamente premiado”.

Trajeado de estricto flux y corbata, ofrece pormenores: “Yo siempre voy a ser crítico, por muy buena que sea nuestra actividad publicitaria. Nuestra profesión es lo que se llama un ‘on going’ business. Hablando de los Premios Anda 2014, me tocó compartir una experiencia sui generis con los otros miembros del jurado, para considerar que el Grand Prix fuera considerado desierto”.

El jurado consideró que el premio principal debía ser el más exigente, pero otros opinaban que no otorgar el gran premio era un desincentivo; hubo –no obstante- consenso en que el Grand Prix debía ser para una pieza de excepción, pero no la encontraron.

Lo importante es el mensaje

Consultamos a Coimbra acerca del revuelo que han causado en Venezuela las redes sociales, y la tecnología Mobile. Esto fue lo que disparó: “En comunicación efectiva, lo importante no es el medio utilizado, sino el contenido, o el mensaje. Si ese mensaje está bien concebido, se puede llegar a través de todos los medios que existan en el mercado, si bien será más eficiencia a través de algunos medios en específico. Eso es válido para las redes sociales, más allá de Twitter, o Facebook, o Instagram, lo capital es el mensaje”, ofrece una idea bien elaborada.

El presidente de 141 Coimbra Soho Square, estima que Caracas está muy descuidada, en todos los sentidos. Ve a una ciudad como Lima (Perú), extremadamente bien cuidada. Las personas allí –garantiza- están preocupadas por ser atentas. Calibra que Caracas está descuidada, no sólo en la parte visual, “si vas a un restaurante no eres bien atendido, todo esto de las colas en los supermercados”, enflaquece el gesto.

Pero de inmediato una luz le vuelve a la mirada: “Sigo creyendo que Venezuela es el país de las grandes oportunidades. Estamos pasando por un momento muy difícil, pero esto tiene que pasar. Incluso lo veo como un mal necesario. Cuando todo esto pase, estoy seguro que Venezuela va a ser mucho mejor de lo que era”.

Feliz como la lombriz

Viaja a Porlamar casi todos los fines de semana. Tiene una casa allá, en los Ranchos de Chana. Allá es Cónsul de Brasil. “Tengo 3 perros en Caracas, y 2 en Margarita. Son mis amigos. Yo no podría vivir en un lugar donde no fuera feliz. Yo soy un tipo afortunado, y yo sería injusto con la vida si no fuera feliz. Trabajo en lo que me gusta, y me pagan por eso. Tengo una familia, una esposa a la que quiero, tengo salud: no tengo razón alguna para ser infeliz. Se puede ser feliz en Venezuela. Lo único que me preocupa es la inseguridad. Pero puedo convivir con lo demás, puedo maniobrar”, se deslinda.

Bobby tiene una filosofía de vida, originada en el budismo, y es que se ocupa de las cosas que puede resolver, y trata de no traumatizarse por las cosas que no puede resolver. Es decir, se ocupa más de lo que se preocupa. Esto es una manera –relata- de buscar la felicidad.

“No es una fuga. Estoy consciente de lo que puedo solucionar, y me dedico 100% en eso. Otras personas gastan la vida en cosas que no pueden solucionar. Tengo el budismo como filosofía de vida, e incluso pasé un año –hace mucho tiempo- en un monasterio budista”, revela un dato.

Dice que fumar pipa tampoco es una fuga: la usa como un elemento de recreación, de desconexión. Es algo lúdico. Fuma puros de vez en cuando. Pero la pipa le permite concentrarse. Lo único que bebe –con mucho placer- es ron venezolano, y acompaña con la pipa. “Me gusta mucho la comida japonesa. El Ávila Tei me parece el mejor restaurante de comida japonesa del país”, no contiene las ganas de hacer publicidad.

Y remata promoviendo a la tierra de la Garota de Ipanema: “Nací en Sao Paolo (Brasil), y siempre regreso. Es mi tierra, y allá tengo muchos amigos. En realidad, tengo buenos amigos en todas partes del mundo. En Sao Paolo no me queda familia. Como buen brasilero soy un gran fanático del fútbol, aunque he tratado de buscar emociones en el béisbol: es el único deporte del mundo, en el cual todo el mundo aplaude, cuando la pelota sale fuera del campo”, revienta en una gran carcajada.

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