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Rituales entorno a la muerte

Tenemos dos eventos importantes en la vida: el nacimiento y la muerte. Los mexicanos parece que no le tememos a la muerte, pero las celebraciones que hacemos parecieran querer esconder nuestros miedos. Todas las culturas ancestrales cuentan con ritos y ceremonias en torno a la muerte.

En el proceso evolutivo el hombre se vio en la necesidad de construir herramientas para sembrar y así garantizar su subsistencia. Otras acciones estaban dirigidas al camino que hubiera debido recorrer un nativo tras fallecer.

La mayoría de las culturas creían en la existencia de un más allá de la muerte. Los celtas realizaban ritos y ceremonias; incineraban a sus muertos con rituales funerarios de acuerdo a su posición social. Colocaban las cenizas de los más pobres en recipientes de cerámica, mientras que las de los aristocráticos las depositaban en un carro de cuatro ruedas con objetos valiosos. El símbolo del camino que había de recorrer, finalmente lo cubrían de tierra y piedras.

En la cultura sumeria los sacerdotes estaban encargados de todo lo relacionado con los sacrificios públicos y privados y el ritual funerario. Los oficiales llamados Druidas transmitían sus conocimientos a las nuevas generaciones y consideraban importante el proceso educativo de quienes aspiraban a volverse oficiantes. Para ello estudiaban materias de teología y ciencias durante 20 años. La transmisión era oral, debido a que era secreta.

Pasamos a Confucio. Su pensamiento influyó en la cultura china y representó una fuente de reformas importantes desde el punto de vista moral. Él afirmaba que la realización de sacrificios y ritos tradicionales formaba parte de la vida del hombre. Su filosofía dio origen a una forma de pensar y proceder en la política y la educación. Enfatizó, que las personas debían adoptar una posición moral y cultural dentro de su área social partiendo de la bondad. Para mejorar el gobierno, tenían que iniciar con un cambio personal, familiar y social hasta llegar al estado. “Cuando los estados formen buen gobierno, el reino estará en paz” destacó. Además de enfatizar en el sistema de enseñanza y aprendizaje como forma de mejorar la vida, advirtió; “el hecho de aprender es tan importante como respirar”. Confucio se enfocó en la moral, el trabajo, el aprendizaje y la respiración como forma de vida. Sus enseñanzas, el confucionismo, dejaron huella en la cultura.

Seguimos con Buda. Su doctrina se propagó como el culto más importante de la India. Siendo un gran pensador creó una conciencia humana diferente. Su legado se caracteriza por difundir la moral, la honestidad, la rectitud, el humanismo y los ritos, mitos y formas de manifestarse desde el nacimiento hasta la muerte: “todos los que nacemos, vamos a morir, la vida inicia con un suspiro y muere con él”. A las enseñanzas las llama Dharma. Sus 4 nobles verdades son: el nacimiento es dolor, la muerte es dolor, el deseo, es origen del dolor y la liberación del dolor es el Nirvana. La conducta ética estaba fundada en el amor universal y la compasión hacia todos los seres.

Ahora analicemos el presente. La cartilla moral, los dobles mensajes y las dádivas para obtener clientes, no son enseñanzas para lograr la paz en nuestro país. Después de revisar la importancia de los rituales de la muerte podemos entender lo que sufren los familiares de las personas desaparecidas, cuando se interrumpe el rito de despedida. El desconocimiento del lugar donde quedó su familiar, los deja devastados. Con indignación subrayamos que el 2019 fue el año más violento en México y la suma de desaparecidos en 14 años supera los 60 mil. Sin embargo, el presidente pareciera tener otros datos, está fuera de la realidad y no muestra sentimientos. Llevamos más de un año de promesas no cumplidas, y de verborrea moral diaria. Queremos paz, seguridad, economía que fluya. Basta de ahorros que perjudican. Una recomendación para los que no encuentran a sus familiares, realicen un ritual que les ayude a cerrar la herida, sé lo doloroso que es matenerla abierta. Encuentren sentido a su dolor.

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