Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

¿Renacerá el Imperio ruso?

Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, Rusia pasó por un período de gran fermento político y social. Los años del Comunismo han dejado su huella en el carácter de muchos rusos. Parecen introspectivos y desilusionados, tal vez debido a la falta de ciertas libertades personales en la época de la Unión Soviética, una situación que también observé en Armenia hace varios años.

Como algunos jóvenes armenios me dijeron en ese momento, y como me contaron varios amigos rusos, durante los años de la Unión Soviética, aunque sus necesidades básicas estaban cubiertas, había una enorme coacción para no ser diferente y creativo, dando así a las personas un sentido de opresión que eventualmente influyó en su carácter.

Angela Sem, una joven rusa que ahora vive en Nueva York, me dijo: «Después de la destrucción de la Unión Soviética hubo un período de confusión, de falta de reglas y de falta de ética empresarial que las personas con una fuerte iniciativa personal aprovecharon para comenzar a construir grandes fortunas. Las personas cercanas al poder fueron obviamente las más favorecidas «.

El resultado es que hoy en día Rusia se está convirtiendo en una sociedad «bipolar», en la que una pequeña minoría posee una enorme riqueza y la gran mayoría de la población pertenece a la clase media o clase media baja.

 

El atractivo del exilio

Debido a la falta de oportunidades y a las crecientes dificultades económicas muchos jóvenes (entre ellos muchos artistas) se sienten atraídos a emigrar, particularmente a Europa y Estados Unidos.

Los que emigran son en su mayoría jóvenes que desean ampliar sus horizontes y tener mejores oportunidades. Se sienten restringidos por el clima de corrupción prevalente en el país. Por ejemplo, los comerciantes que se niegan a pagar sobornos son visitados por inspectores de incendios, auditores fiscales o por la policía hasta que se dan por vencidos y se dejan sobornar o se les cierra el negocio.

Se estima que 1.3 millones de rusos emigraron en la última década, un número aún mayor que aquellos que abandonaron después del colapso de la Unión Soviética en 1991. Una encuesta realizada en 2011 encontró que el 21% de los rusos quiere emigrar, en comparación con el 5% de 1991.

Camino por un suburbio de Moscú donde, a pesar del buen tiempo, encuentro poca gente caminando por las calles. De repente me siento desorientado, incapaz de encontrar la entrada al subterráneo que estaba buscando.

Detengo a una mujer que camina con su hija pequeña y le pido direcciones en mi ruso básico. Charlamos brevemente y le pido su opinión sobre la situación actual en Rusia, y ella me explica las dificultades que enfrentan los jóvenes que quieren tener un trabajo y un salario que les permita vivir bien.

De acuerdo al gobierno, le digo, Rusia tiene una muy buena situación económica. Ella me mira y me dice, en un tono de irritación y casi de desesperación en su voz: «Si somos tan ricos, ¿por qué nosotros somos tan pobres?»

 

Rusia como potencia económica

La economía rusa es la novena más grande del mundo. Su vasto territorio –que incluye 11 husos horarios- contiene enormes cantidades de valiosos recursos naturales. Los montes Urales están colmados de minerales, gas y reservas de petróleo, y hay mucho carbón y madera en Siberia y en el Lejano Oriente de Rusia.

Sin embargo, la mayoría de estas reservas se encuentran en regiones remotas y hostiles lejos de los puertos, una situación que hace que su explotación sea muy costosa y exija una gran inversión de capital. Además, la corrupción generalizada y la falta de inversión en infraestructura afectan negativamente a la economía.

El petróleo y el gas siguen siendo las principales exportaciones del país, lo que hace que Rusia sea muy vulnerable a los precios mundiales de energía, como lo demuestran las recientes y dramáticas disminuciones del precio del petróleo.

 

Un enigma llamado Putin

Vladimir Putin, oficial de la agencia KGB de la inteligencia rusa por 16 años, ascendió al poder al desintegrarse la Unión Soviética y el Partido Comunista. Rusia es probablemente el primer caso en el mundo de un país dirigido por un agente de su policía secreta.

En el Siglo XIX, Fyodor Tyutchev, considerado uno de los últimos grandes poetas románticos rusos, escribió sobre la dificultad de captar adecuadamente el alma rusa.

Esta dificultad de comprensión se aplica particularmente a Vladimir Putin, una de las personalidades más enigmáticas de Rusia.

En Rusia, las palabras y los símbolos son más importantes que la realidad. Putin, como presidente o como primer ministro, ha tratado repetidamente de usar símbolos para obtener apoyo para sus políticas. Uno de estos símbolos ha sido la idea de Rusia como una fortaleza aislada, rodeada de enemigos poderosos, particularmente los Estados Unidos.

Mucha gente cree que, aunque siempre ha habido corrupción en Rusia, nunca ha sido tan grande como ahora. Este sentimiento se ve agravado por las maniobras de Putin para mantenerse en el poder indefinidamente, lo que causa una gran preocupación entre muchos rusos.

 

El futuro de Rusia

Desde que asumió el poder, Putin ha exacerbado los aspectos negativos de su régimen: la consolidación del poder, el control estricto de los medios y la economía, la manipulación electoral y la persecución de quienes se oponen a su régimen. Sin embargo, él ha ganado popularidad después de la anexión de Crimea y su apoyo a los rusos étnicos que viven en Ucrania.

La sociedad rusa, orgullosa de su pasado, está más ansiosa que nunca por expresar libremente sus deseos políticos y crecer y prosperar en una atmósfera de paz y tranquilidad. Dadas estas circunstancias, es imposible predecir con certeza la dirección que tomarán los eventos. Sin embargo, es evidente que los líderes rusos enfrentan una amplia y compleja gama de problemas. La forma en que respondan a estos desafíos determinará el país en que Rusia se convertirá en el futuro.

Hey you,
¿nos brindas un café?