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Regreso a las aulas en México

Después de 17 meses con las escuelas cerradas, es tiempo de regresar. El costo que comporta el tener que preparar las escuelas para recibir de vuelta a los niños es cuantioso. Las dejaron sin mantenimiento, ni vigilancia y los ladrones aprovecharon para robar desde el equipo de cómputo hasta los cables. Ya no sabemos si roban por necesidad o por joder.

Muchas escuelas particulares con años de prestigio tuvieron que cerrar, los padres no pudieron pagar las colegiaturas y las instituciones no pudieron solventar los costos de su personal. Paola Gómez, encargada de Educación de Unicef en México consideró que el país no puede continuar con el sistema de la educación a distancia. Son muchas las comunidades en situación de pobreza que no cuentan con dispositivos para recibir las clases en línea.

Subrayan que niños y jóvenes están más expuestos a contagios en espacios públicos con aglomeraciones que asistiendo a la escuela. Al inicio de la pandemia la mayoría estuvo encerrada, pero, los obreros tuvieron que regresar a las fábricas, y solo una minoría puede seguir trabajando a distancia. La gran parte se traslada en trasporte urbano, de manera que no es congruente que los niños sigan confinados.

El costo de la pandemia es alto, los niños están enfrentando varios riesgos; el estrés de los padres se suma a los conflictos y la violencia intrafamiliar, situación que representa un riesgo para ellos. Además, por la crisis económica, muchos adultos perdieron su empleo, tuvieron que dejar sus casas para ir a vivir con familiares. Están sobreviviendo con carencias y sufriendo desnutrición. Se ha reportado un repunte de embarazos en niñas adolescentes, además, de un incremento en las cifras de drogadicción particularmente en comunidades en las cuales los niños permanecen solos porque sus padres salen a trabajar.

La Unicef recomienda presentar a las familias la información sobre las condiciones de la pandemia, el rezago educativo ya no puede esperar. La infodemia ha perjudicado mucho la salud mental de la población. Con las redes sociales tan activas a través de las cuales todos se creen expertos, los padres, temerosos, están renuentes a que sus hijos regresen a las aulas.

Es tanta la desconfianza que maestros y directivos en las escuelas exageran con la sanitización. Debería quedarles claro que los niños van a asistir a la escuela y no a un hospital. Se trata de enfrentar las cosas con tranquilidad para que los niños puedan aprender sin que los estresen más de lo que ya están. Las clases en línea fueron un buen recurso, pero no para todos. Niños, padres y maestros hicieron su mejor esfuerzo, a falta de apoyo los maestros tuvieron que invertir en su internet y en los dispositivos para las clases en línea. Pero los niños necesitan socializar, separar; la escuela es para adquirir conocimientos y su casa es para estar más relajados.

Un tema que ha molestado mucho a los padres es una carta de corresponsabilidad que la titular de la SEP Delfina Gómez pidió a los padres de familia entregar firmada al inicio del ciclo escolar. En ella aclaran que el regreso será voluntario y explica qué tienen que hacer los que no quieren asistir. La carta incluye diez compromisos que tienen que tomar los padres, entre ellos se encuentra: inscribirse a cursos de apoyo socioemocional en línea de la SEP-Salud, Retorno-Seguro. La SEP muy moderna, olvida que muchos padres no tienen internet.

La realidad es que México es uno de lo países que más ha tardado en regresar a las aulas. La desconfianza en el gobierno es notoria. El 68% de los mexicanos no percibe que el gobierno federal y las administraciones estatales hayan preparado adecuadamente un regreso seguro. En Dinamarca la suspensión de clases fue de 23 días, en Inglaterra y Finlandia de 50 días. Alemania, Francia, Holanda adelantaron el regreso a la escuela, así como Argentina y Uruguay, países en los cuales dieron prioridad a las escuelas rurales.

El reto es cómo evaluar los aprendizajes, uno de los desafíos pedagógicos a los que se enfrentan los docentes. Evaluar no solo es calificar, significa acompañar, orientar, ayudar a que los estudiantes aprendan de acuerdo con sus posibilidades. Es necesario valorar desempeños de comprensión que permitan resolver problemas críticamente. Dar prioridad a la salud socioemocional, en estos momentos es muy importante.

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