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Reflexiones sobre la reforma inmigratoria en los Estados Unidos

Es un honor haber sido convocado para escribir en esta prestigiosa publicación. Corresponde entonces que primero me presente brevemente: soy abogado argentino, tengo 42 años y viví hasta hace unos meses en Buenos Aires. En Enero de 2013 obtuve una visa O1 y me mudé con mi familia a Nueva York para continuar el desarrollo de mi carrera profesional.

Durante estos meses he aprendido que la reforma inmigratoria es uno de los temas que más preocupa a la comunidad latina en general.

Actualmente el “Proyecto de Ley para la Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica y Modernización Inmigratoria” ( S 744) que cuenta con la aprobación del Senado de los Estados Unidos, se encuentra en la Cámara de Representantes para su debate y aprobación o para la introducción de nuevas modificaciones o reformas. Parece que esto último está ocurriendo ya que desde junio de 2013 la Cámara de Representantes se ha negado a tratar el Proyecto S 744 en forma integral. Por el contrario, han sido propuestos cinco nuevos Proyectos de Ley que modifican parcialmente distintos aspectos de la S 744. En definitiva, si bien se ha avanzado con dificultades en el trámite de su aprobación, queda aún bastante camino por recorrer.

Afortunadamente uno de los Proyectos de Ley introducidos por la Cámara de Representantes elimina la polémica enmienda Corker-Hoeven que disponía un aumento desmesurado del presupuesto de gastos de control en frontera en un 450 % y una fuerte militarización de la frontera con México.

Muchas de las disposiciones de la Reforma entrarían en vigencia con posterioridad a que esos controles en frontera sean definitivamente implementados. Otros puntos importantes para destacar son:

a) Se otorga el registro de Condición de Inmigrante Provisional (RPI) para aquellos inmigrantes que se encontraban en el país antes del 31 de diciembre de 2011. Una vez que se cumplen los 10 años con el status de RPI, la persona sería elegible para solicitar la  Residencia Permanente Legal o LPR (o “tarjeta verde”).  Adicionalmente un nuevo plazo de 3 años en este status se requiere antes de que las personas puedan solicitar la ciudadanía de Estados Unidos;

b)  En cuanto a los Dreamers, es decir, aquellos inmigrantes que entraron en los EE.UU. antes de los 16 años, se graduaron de la escuela secundaria en los EE.UU., y asistieron a por lo menos 2 años de estudios universitarios o sirvieron 4 años en el ejército, pueden aplicar para el status de RPI, y luego de 5 años, serían elegibles para solicitar el ajuste de estatus a Residencia Legal Permanente. Seguidamente podrán solicitar de inmediato la ciudadanía de Estados Unidos.

Vale la pena detenerse a revisar algunos datos estadísticos inmigratorios en el Estado de Nueva York para entender el impacto no solo social sino también económico de la fuerza laboral compuesta por inmigrantes en este territorio.

La totalidad de las personas nacidas en el exterior de los Estados Unidos que viven en el Estado de NY alcanzó las 4.320.062 en el año 2010, esto es el 22,2% de la población del Estado. El dato interesante es que dicho porcentaje representa el 31.2 % de la totalidad de los dueños de empresas o negocios en este territorio, generando 12.5 billones de ingresos anuales cada año para el Estado de Nueva York. La razón de este fenómeno está dado por el espíritu entrepreneur que los inmigrantes tienen, y que repercute directamente en la generación directa e indirecta de empleo.

Los inmigrantes también tienen un enorme impacto en innovación y desarrollo tecnológico dentro del Estado de New York. Por ejemplo, en más del 65 % de las patentes de propiedad de la Universidad de Cornell, aparece un inmigrante como inventor. Ese número crece al 75% de las patentes a nivel nacional entre las Universidades mejores rankeadas.

Se estima que una expansión del programa de visas de alta cualificación crearía aproximadamente 36,300 nuevos puestos de trabajo en Nueva York para el año 2020. Asimismo, para el 2045, esta expansión generaría cerca de $ 12 mil millones en el Producto Bruto Estatal y aumentaría la renta de las personas en más de $ 11 mil millones.

No cabe dudas que la sanción de una adecuada reforma integral inmigratoria que considere no solo la situación de las personas indocumentadas sino también la de aquellos inmigrantes que impulsan la economía de este país a través de la investigación y desarrollo y de la generación de puestos de trabajo, permitirá en definitiva que Estados Unidos pueda seguir liderando durante el Siglo XXI a las naciones que buscan superar las limitaciones impuestas por una economía mundial en crisis.

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