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Rebeca Vargas: Educación para construir futuro

En ella encontramos la síntesis perfecta entre pasión y seriedad profesional. Rebeca Vargas, Presidente y CEO de US-Mexico Foundation, antes de dedicarse a esta encomiable actividad filantrópica, ha desempeñado importantes cargos en el mundo económico y en particular en el sector bancario.

Su carrera empezó en el BBVA inmediatamente después de haber concluido los estudios en el Instituto Tecnológico Autónomo de Mexico (ITAM). Había alcanzado ya una posición prestigiosa en el sector del mercado de derivados cuando decidió tomarse un tiempo para profundizar estudios en Estados Unidos.

– Era algo que deseaba mucho – cuenta Rebeca Vargas – mi hermana y yo estudiamos en una escuela francés y cada año nuestro padres nos enviaban a pasar los veranos en Francia. Fue algo que me abrió nuevos horizontes, siempre me gustó conocer diferentes países, hablar con personas de otros lugares, así que, si bien me encantaba el trabajo que estaba desarrollando en México decidí venir a Estados Unidos para cursar un MBA en Tulane University de New Orleans.

Siguiendo los pasos de la Universidad que preparaba a los alumnos a enfrentar las entrevistas de trabajo, Vargas, más para asumir un reto consigo misma que por una real convicción de querer quedarse en Estados Unidos, envía algunas solicitudes y asiste a citas de posibles empleos. Es casi con sorpresa que recibe varias ofertas, entre ellas una de Citigroup en Nueva York. Si bien significaba volver a comenzar de cero y dejar una carrera ya avanzada en México, decide aceptarla.

 

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USMF CEO and President Rebeca Vargas

 

– Al principio fue difícil porque venía de un ambiente completamente distinto y aquí nadie me conocía, pero fui creando mi espacio y tuve la oportunidad de llevar a cabo muchos proyectos en los ocho años en los cuales trabajé para esa institución.

La preparación, creatividad y determinación de Vargas son un boleto hacia el éxito y va escalando posiciones hasta ocupar el cargo de “managing director” y transformarse en una de las latinas más jóvenes y de más alto rango dentro de la institución bancaria. Uno de los proyectos más interesantes que desarrolló en esa época fue el de crear, dentro del Banco, un grupo dedicado a los mercados étnicos y en particular al mercado hispano.

– Yo sabía que muchos latinoamericanos no tenían cuenta bancaria, algo que resultaba muy negativo porque no les permitía tener acceso a crédito, así que me propuse cambiar esa situación. La idea surgió cuando el Citigroup adquirió Banamex. Escribí un mail a la CEO, quien aceptó mi propuesta, y empecé a trabajar en la creación de un grupo que, aún hoy, sigue llamándose “multicultural segment” y está enfocado en crear nuevos productos dirigidos esencialmente a las comunidades latina y asiática. Me dediqué también a un trabajo adicional, la creación de una red de empleados hispanos, algo muy hermoso porque empezamos a cambiar la cultura dentro del banco y los mismos empleados pudieron realizar actividades vueltas a mejorar la relación con los bancos dentro de la comunidad latina. Paralelamente trabajamos con la oficina de recursos humanos para que se reclutara a un mayor número de empleados latinos.

Rebeca Vargas permitió y difundió el uso del español también en las oficinas del banco y recuerda casi con emoción la charla que tuvo con una secretaria, quien, en voz baja, le agradeció lo que estaba haciendo para los hispanos dentro y fuera de la institución. Le confesó que para ella era muy importante poder vivir su identidad latina también en el trabajo y superar así una difícil dicotomía entre la vida privada y la profesional.

Fue tan positivo el trabajo de Vargas que se regó la voz y la llamó el CEO de Chase para realizar un proyecto similar. Era un nuevo reto que asumió con la misma energía de siempre dando comienzo a otra etapa muy productiva de su vida profesional. Surge así, gracias a Vargas, el segmento multicultural también dentro del Chase. Confiando plenamente en su capacidad los dirigentes le permiten crear campañas de marketing innovadoras y exitosas como la que desarrolló junto con Telemundo a través de la integración del banco en una telenovela, para la cual crearon también finales alternativos en una página internet.

– Fue muy divertido e interesante. Cuando dejé esa posición entre el 24 y el 27 por ciento de las nuevas cuentas pertenecían a hispanos.

Será con J.P. Morgan cuando Vargas empezará a incursionar y apreciar el mundo de la filantropía así que, cuando la llaman de la Fundación México-Estados Unidos, acepta con gusto.

– Estoy feliz porque es un reto mucho más complejo de lo que imaginaba. La búsqueda de fondos es lo más difícil pero la parte creativa y sus resultados en la vida de las personas son profundamente satisfactorios.

En un primer momento la Fundación tenía como objetivo el de recaudar fondos para financiar programas que desarrollan otras asociaciones sin fines de lucro, en México, sobre todo en el área de la educación. Tras la llegada de Vargas a la presidencia, se ha mantenido esa actividad pero también se han sumado otras que la Fundación realiza directamente en Estados Unidos.

 

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– Uno de los proyectos está dirigido a empoderar a los jóvenes mexicanos quienes viven aquí o en México, a través de programas educativos binacionales en las áreas de ciencia, tecnología y matemática y también del idioma inglés. Nos interesa mucho acercar la diáspora mexicana a su país de origen. Consideramos fundamental que los jóvenes conozcan México, que en sus mentes y corazones haya un espacio para nuestro país. Lamentablemente nuestra comunidad está muy dividida, hay mexicanos indocumentados, jóvenes de segundas y terceras generaciones, empresarios que han establecido aquí sus negocios y otros que vinieron a estudiar y son profesionales destacados. Nosotros tratamos de favorecer puentes de encuentro entre esos grupos y también entre ellos y México, para crear un sentido de comunidad así como existe entre otros inmigrantes europeos. 

Convencida de la importancia de la educación en el crecimiento humano y profesional de todos y en particular de las mujeres la Fundación que dirige Rebeca Vargas está desarrollando un proyecto dedicado exclusivamente a las jóvenes quienes viven en comunidades indígenas o en zonas rurales, y estarían destinadas a una vida dedicada al hogar y a oficios muy humildes. Luchando en contra de carencias económicas y costumbres culturales ancestrales, US-Mexico Foundation, ofrece un programa de mentoría en ciencia y tecnología a esta jóvenes, para ayudarlas a ingresar en las Universidades.

– Durante todo un año asignamos a cada una de ellas una mentora, una profesora con experiencia, quien les da entrenamiento y las prepara para aplicar a distintas carreras. A veces les presentamos casos de otras mujeres exitosas que vienen de contextos similares, y han tenido que superar muchos de los problemas que ellas mismas deben enfrentar. Son ejemplos que las estimulan mucho. También las llevamos a empresas, espacios culturales como museos y, al final del año, a quien ha terminado satisfactoriamente sus tareas regalamos un viaje a Nueva York. El año pasado trajimos a 60 chicas quienes estuvieron aquí 10 días. Son experiencias que les cambian la vida. Son muchachas quienes nunca habían subido a un tren, metropolitana, barco y mucho menos a un avión. Aquí quedaron en los dormitorios de CUNY viendo por primera vez como se desarrollaba la vida en un campus universitario. Lo más bonito es que la tasa de deserción de este programa fue del 1,5 por ciento. Perdimos solamente a una niña indígena que fue imposible rescatar porque ya estaba prometida en matrimonio. Las otras participaron todas y todas lograron entrar en la Universidad. El 85 por ciento está estudiando carreras relacionadas con ciencias, tecnología y matemática. Empezamos este programa en colaboración con el estado de Puebla pero se han ido sumando otros como Sonora y Nuevo León así que el programa está creciendo y podremos ayudar siempre a más jóvenes.

 

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Participants of the 1000 Girls-1000 Futures program, visiting Times Square

 

Otro proyecto que le regala igual satisfacción es el que dedica a los «dreamers», jóvenes quienes llegaron niños, crecieron en este país sin conocer otra patria y sin embargo no tienen derecho a la nacionalidad norteamericana. Con amargura Vargas recuerda la gran cantidad de deportaciones que ha caracterizado estos años a raíz de las leyes que emanó la administración Obama, aunque gracias al programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) muchos «dreamers», aún sin tener acceso a la nacionalidad, pueden vivir sin miedo y pueden trabajar legalmente.

El programa que US-Mexico Foundation dedica a ellos se llama “One Thousand Dreamers, One Thousand Leaders” y está dirigido a poner en contacto a los dreamers quienes han vuelto a México con aquellos que han quedado aquí. Ofrece asimismo el apoyo de un profesionista en el área de estudio de cada uno para ayudarlos a culminar exitosamente una carrera universitaria. Muchos de estos jóvenes son los primeros de sus familias en estudiar así que no pueden contar con ayuda dentro de sus casas. El mentor es su guía y, en la medida de lo posible, tratan de que sean docentes hispanos para empezar a romper algunas de las barreras que hay dentro de la comunidad mexicana.

– Somos todos inmigrantes, no importa cómo y por qué llegamos aquí, así que lo mejor es unirnos, trabajar juntos y apoyarnos como una sola comunidad. Con esta finalidad organizamos también eventos para que «dreamers» de distintas ciudades de Estados Unidos puedan conocerse y quedar interconectados entre ellos. En el programa están previstos asimismo viajes de «dreamers» a México para que descubran la cultura, las bellezas históricas y naturales de un país al que pertenecen pero que conocen muy poco.

El rostro de Rebeca Vargas se ilumina al hablarnos de los muchos proyectos que lleva adelante con US-Mexico Foundation. Su determinación, pasión y voluntad no conocen límites ni barreras. Convencida de que “ahora es cuando hay que echarle con más ganas a lo que hacemos y trabajar con mayor entusiasmo”, está dispuesta a superar cualquier muro y dificultad, con la misma sonrisa optimista con la cual ha enfrentado otros muchos retos durante su vida personal y profesional.

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