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Mariza Bafile viceversa magazine
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Querido Teodoro

A Teodoro Petkoff quien falleció hoy a la edad de 86 años.

Querido Teodoro,

qué difícil es aceptar que ya no estás entre nosotros con tu pluma afilada, tu gran sensibilidad social y una rectitud moral inquebrantable. Fiel a tus principios, profundamente honesto, no conocías la palabra compromiso. Tras luchar en la guerrilla, cuando la invasión de Checoslovaquia mostró las costuras de un régimen que se distanciaba de los ideales por los cuales habrías dado la vida, te alejaste enfrentando con valentía las acusaciones de reformismo que te llegaron de personajes tan influyentes como Sartre. Amabas Italia porque, en ese momento en el cual muchos te rechazaban, grandes personajes del Partido Comunista de ese país te recibieron con respeto y admiración. Respeto y admiración que quedaron intactos en el tiempo. Recuerdo cuán orgullosa me sentí cuando, en un viaje a Italia organizado por el Partido Democrático, pude compartir contigo unas reuniones con esos viejos amigos que te acogían con el entusiasmo de las amistades verdaderas.

Tus artículos, los editoriales en Tal Cual fueron durante años un faro para quienes asistíamos con angustia al lento deterioro de nuestra democracia, al surgimiento de un populismo que en ese entonces todavía no asumía las proporciones masivas que tiene hoy. A pesar de la persecución a la que te sometieron impidiéndote salir del país y obligándote a la humillación de presentarte cada semana a un tribunal y, peor aun, cuando levantaron las medidas cautelares “por razones de salud”, nunca te dejaste manipular y mucho menos comprar por nadie, nunca  perdiste la serenidad de tu juicio y nunca te alejaste de tus ideales de paz y de justicia social.

Para todos los periodistas que amamos la política fuiste un maestro invalorable, nos enseñaste a defender no solamente la ética profesional sino la integridad personal. No eras hombre de muchas palabras y rara vez la sonrisa iluminaba tu rostro pero era suficiente tenerte cerca, leerte, para agradecer a la vida poder contar con personas como tu.

Te vas cuando más te necesitamos, te vas cuando el mundo se vuelve cada día más oscuro y amenazador, te vas cuando nuestros sueños de justicia quedan triturados por la violencia de los populismos y el cinismo de quien vela solamente por intereses propios.

No puedo imaginar el dolor que habrás sentido tras los resultados electorales en Brasil, viendo como se desintegra la solidaridad y crece la violencia.

Querido Teodoro, te vas pero nos dejas tu ejemplo, tus escritos, el recuerdo de los momentos compartidos. Te vas, pero sigues en nosotros, en todos quienes seguimos tus enseñanzas, en todos quienes, con tu misma terquedad, estamos decididos a seguir luchando por esos ideales de justicia sobre los cuales se forjó nuestra amistad.

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