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Porqué Estados Unidos debe devolver Guantánamo a Cuba

La decisión del presidente Obama de restablecer relaciones normales con Cuba es un cambio significativo en la posición del gobierno de Estados Unidos con respecto a este país. El retorno de Guantánamo a Cuba es imperativo, considerando el desprestigio que las torturas e incluso muertes allí perpetradas representa para el gobierno de Estados Unidos. Esa medida no sólo sería hacer lo que corresponde, sino que sobre todo mejoraría la maltrecha imagen de los EE.UU. en el continente. 

Guantánamo tiene una historia complicada. El gobierno de Estados Unidos obtuvo inicialmente un contrato de arrendamiento de 99 años en un área de 45 millas cuadradas a partir de 1903. El resultante Tratado Cubano-Americano establecía, entre otras cosas, que para los fines de operar estaciones navales y carboneras en Guantánamo, los EE.UU. tenían «completa jurisdicción y control» de la zona. Sin embargo, también se reconoció que la República de Cuba retendría la soberanía definitiva.

En 1934, un nuevo tratado reafirmó la mayor parte de las condiciones de arrendamiento, aumentó el pago de arrendamiento hasta el equivalente de $3,085 en dólares estadounidenses por año, e hizo el contrato de arrendamiento permanente a menos que ambos gobiernos acordaran poner fin a este tratado o el gobierno de los EE.UU. decidiera abandonar la zona.

En la confusión de los primeros días de la revolución cubana, el gobierno de Castro cobró el primer cheque, pero dejó los restantes cheques sin cobrar. Los EE.UU. han mantenido que el cobro de la primera cuota indica la aceptación de las condiciones de arrendamiento. Sin embargo, como los pagos se hicieron al «Tesorero General de la República», una posición que dejó de existir después de la revolución, los cubanos consideran a estos pagos técnicamente inválidos.

Además, en el momento del nuevo tratado, los EE.UU. enviaron una flota de buques de guerra a Cuba para fortalecer su posición. Por lo tanto, un argumento adicional por parte de Cuba es que las condiciones de arrendamiento se impusieron por la fuerza, y por lo tanto carecen de validez en el derecho internacional moderno.

Los EE.UU. ha utilizado el argumento de la soberanía cubana sobre Guantánamo al negar garantías básicas de la Constitución de Estados Unidos a los detenidos en esa instalación, indicando que la jurisdicción federal de los Estados Unidos no se aplica a ellos. Como el gobierno cubano tiene la soberanía histórica sobre Guantánamo, sus pretensiones sobre el área son jurídicamente vinculantes y los EE.UU. están en consecuencia obligados a devolver Guantánamo a Cuba.

Desde 1959, el gobierno cubano ha informado al gobierno de Estados Unidos que quiere dar por terminado el contrato de arrendamiento de Guantánamo. Sin embargo, los EE.UU. han negado esta petición por considerar que la misma requiere el acuerdo de ambas partes.

Alfred-Maurice de Zayas, un abogado estadounidense y profesor de Derecho Internacional en la Escuela Diplomática de Relaciones Internacionales de Ginebra, ha señalado que el artículo 52 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados establece que «Es nulo todo tratado cuya concreción ha sido obtenida por la amenaza o el uso de la fuerza en violación de los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas».

En ese sentido, un tratado puede considerarse nulo en virtud de la violación grave de sus disposiciones, como se indica en el artículo 60 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. De acuerdo con los términos originales del contrato de arrendamiento, el territorio de Guantánamo sólo podría ser usado para estaciones navales y carboneras. Sin embargo, el uso de las instalaciones de Guantánamo como centro de tortura por parte de los militares estadounidenses, y como un campo de internación para los refugiados haitianos y cubanos indica una violación importante de este acuerdo, justificando plenamente su inmediata anulación. 

El Presidente Jimmy Carter devolvió el Canal de Panamá a los panameños, estableciendo así un precedente importante en las relaciones internacionales. El presidente Carter hizo lo que era legalmente correcto, y elevó el prestigio de Estados Unidos no sólo entre los panameños, sino en todo el hemisferio. 

Se puede argumentar que la propuesta de devolver Guantánamo a Cuba es irremediablemente ingenua, ya que aumentaría la reputación de los hermanos Castro y su control sobre el poder en Cuba. Sin embargo, devolver Guantánamo a Cuba permitirá a los EE.UU. cerrar uno de los capítulos más trágicos de su historia, y compensará a los cubanos por las miserias que han tenido que soportar debido al embargo de Estados Unidos y a la terquedad de los líderes cubanos. 


El Dr. César Chelala, un escritor sobre temas de derechos humanos y asuntos exteriores, es ganador de un premio Overseas Press Club de América.

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