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¿Por qué emprender… socialmente?

Además de encontrarnos en la era tecnológica, yo considero que estamos también en la era del emprendimiento, y no de cualquier emprendimiento. Estamos frente a una era en la cual los jóvenes no quieren ser unos simples asalariados sino por el contrario desean innovar, crear y sobre todo al hacerlo buscan resolver los principales problemas que hoy en día afectan a nuestra sociedad y al medio ambiente.

Estos emprendedores poseen características, temperamento y espíritu similares al de un emprendedor de negocios, pero además se sienten motivados a mejorar sistemáticamente una problemática social, en áreas primordiales como salud, educación, ambiente, derechos humanos, participación ciudadana o desarrollo económico. Hoy en día la frase “quiero cambiar al mundo” está cada vez más validada. No es una fantasía que genera burlas seguido de un “Umjum…si claro”

Estos emprendedores han demostrado que es posible tener una organización, generar ingresos y crear productos que generen tracción pero que al mismo tiempo tengan un impacto positivo en el mundo.

Lo cierto es que hoy en día existe un ecosistema en constante desarrollo ideal para emprender. Tenemos redes sociales que permiten compartir la información rápidamente, las mujeres están cada vez más involucradas como fuerza productiva, las empresas grandes han perdido capacidad para innovar, la responsabilidad social empresarial está cada vez mejor sustentada y las startups son cada vez mejor valoradas por el mercado.

Para apoyar este tsunami imparable se han creado un sinfín de organizaciones que apoyan al emprendimiento que van desde incubadoras pasando por aceleradoras, espacios de co-working y redes de emprendedores. Entre ellas tenemos a la pionera en esta área, Ashoka, organización global dedicada a promover el emprendimiento social desde desde hace más de 30 años. Le han seguido organizaciones como Agora, Unlimited, NVM, Echoing Green, Socialab, Nesst, Hera, Impact Hub, Schwab Foundation, B Corporations entre muchos otros.

Entre las empresas sociales más famosas podemos nombrar a Toms, que produce principalmente alpargatas y precursora del modelo de negocios “one for one”.  Cada vez que Toms vende un par de zapatos, se le regala unos zapatos nuevos a un niño que viva en pobreza.

Y Toms no es la única. La organización B-Corporations realizó un ranking con 92 empresas que generan gran impacto social y medio ambiental. Para verlas puede ingresar aquí.

Estamos frente a un cambio de paradigmas en lo que a emprendimiento y acción social se refiere. El que emprende hoy en día no es solo para ganar dinero sino también porque quiere tener un impacto que trascienda el simple hecho de tener un negocio. Por otro lado, aquellos que desean generar un cambio social y mejorar el status quo de nuestra sociedad y de nuestro ambiente ya no es visto como un“come flor” sino como una persona con gran fibra ética, capacidad para luchar contra miles de obstáculos, innovadora y con actitud emprendedora.

Lo cierto es que más allá de querer hacer dinero o tener una empresa grande, creo que no hay mejor ganancia que saber que cada día que pasa estas trabajando para dejarle un mundo mejor a las futuras generaciones.

Para Bill Drayton  “Los emprendedores sociales no se conforman con dar un pescado o enseñar a pescar a la gente. Ellos no descansarán hasta que hayan revolucionado la industria pesquera”. Creo que no hay mejor frase que ilustre la generación de emprendedores que tenemos hoy. Y yo, estoy orgullosa de ser parte de ella.

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