La inteligencia tiene que servirnos para adaptarnos a las circunstancias. No queda de otra. Hay que recuperarse de las pérdidas.
En tiempos modernos con tantas comodidades lo que falta es tolerancia a la frustración. No es una novedad, cada, diez, quince años, padecemos crisis económicas, el dinero como magia, cambia de lugar, los ricos incrementan su fortuna y la clase media y baja sufre las consecuencias.
La pandemia nos ha afectado en lo más valioso que tenemos; la salud. El dinero tiene alas, va y viene, a pesar de lo difícil que es recuperarlo.
Un ejemplo de perseverancia, resiliencia, y liderazgo fue la historia real de la tragedia que vivieron durante una exploración en la Antártida, realizada a principio del siglo XX, uno de los viajes más increíbles de la historia. La exploración hacia el polo sur fue liderada por Shackleton y se transformó en una lucha por la sobrevivencia que duró 522 días y concluyó con los 27 miembros de la tripulación a salvo. Resistieron temperaturas de 50 grados bajo cero, vientos de 300 km por hora, una costa sin puertos naturales. Fue una lucha del hombre contra la naturaleza. Era 1914 cuando Shackleton, un aventurero, partió al sur para realizar uno de los viaje más impresionantes, la travesía del continente. Cuando faltaban 160 kilómetros para llegar a tierra el barco, el Endurance, quedó atrapado en el hielo. La batalla por la supervivencia duró 27 meses y ni uno solo de los tripulantes perdió la vida. Sobrevivieron comiendo carne de perro y de foca. Lo que sorprende de la tragedia fue el liderazgo de Shackleton, quien pronunciaba discursos para alentar al grupo. El barco estaba hundido en el hielo, pero no se rindió, les aseguró que, con esfuerzo, trabajo duro, cooperación leal podrían abrirse camino hacia tierra firme.
Vamos rescatando algunas estrategias de esa enseñanza, de su liderazgo: *Nunca pierdas de vista la última meta, concentra la energía en objetivos a corto plazo. *Establece rutinas, objetivos mínimos y concretos que obliguen a concentrar esfuerzos, a mitigar la ansiedad y dar sensación de estabilidad. Cazar pingüinos y focas se convirtió en algo habitual. *Cuando todos estén desmotivados, conviértete en líder, da ejemplo personal, concéntrate en lo que se puede lograr y desecha lo superfluo. *Inspira optimismo y confianza, pero siendo realista. Es importante observar como la psicología de grupo influye para bien o para mal. No perder el optimismo, recordar la máxima de Shackleton: “cuando peor van las cosas, tienes que ser condenadamente optimista”. *Mantener la resistencia y dejarse de complejos de culpa. La culpa ocasiona que las personas se centren en sí mismos, el líder abandona a su equipo, pierde el objetivo y deja de enfrentar retos. *Reforzar el mensaje de grupo, el trabajo en equipo es fundamental. “Viviremos y moriremos juntos” lo repetía de manera constante. *Fomentar el sentido de pertenencia y de identidad. *Eliminar las jerarquías que no son necesarias, admitir las debilidades y disculparse. ¡Todos somos uno! No presumir de perfecto, muestra generosidad y empatía. *Aprender a dominar los conflictos y las luchas de poder. Lo sabemos, sucede en las campañas políticas y en las parejas. *Encuentra algo que celebrar. La desaparición del sol fue un acontecimiento depresivo, largos meses de oscuridad implican presión mental y física, pero no abandonaron la alegría cotidiana y un concierto por la tarde, se imaginaban estar en un hotel de cinco estrellas.
Los meses de confinamiento, han causado trastornos de ansiedad y pesimismo. A pesar del cambio de rutinas y de las pérdidas mientras estemos vivos, la imaginación y la buena actitud son el mejor tesoro. Asumir los riesgos, la desesperación por el confinamiento te puede lleve a tomar decisiones precipitadas, sé prudente. Respira siempre hay otra alternativa.
El éxito de la expedición se debió a la perseverancia y a la capacidad de encontrar soluciones creativas. Si ellos pudieron, todos podemos salir adelante.
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