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Para el 2016 deseo política inteligente

“Y aquí aplicamos una observación anterior, que aquello que es propio de cada uno es naturalmente lo mejor y más agradable para él: esta es pues para el hombre la vida en acuerdo con la inteligencia pura (puesto que este principio es verdaderamente el hombre), y si es así, también es la más feliz”.

Ética a Nicómaco, Aristóteles.

El pasado 7 de diciembre de 2015 escuché al Gobernador del Estado Miranda (Venezuela) Henrique Capriles Radonski decir “El país clama para que le subamos un poquito a la calidad del debate político de Venezuela, dejar el ataque personal” y aunque aunque a veces Capriles no cumple mucho con su propia solicitud, no pude estar mas de acuerdo él.

En los últimos años hemos sido testigos de un debate político ofensivo, de mucha retórica y poco contenido útil, de populismo sin realismo, de muchas promesas que nunca serán cumplidas y de llamados vacíos a la paz, la unión y la reconciliación.

Mientras que en la generación de mis padres el tema político y los aconteceres en esta materia, parecían dar igual, en mi generación es algo que importa y cada vez son más los jóvenes, incluso menores edad, que están enterados e involucrados en lo que sucede a nivel político y social. Esto se evidencia en el decrecimiento de la abstención en la última década.

Solo por poner un ejemplo comparativo, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional Electoral, en las elecciones parlamentarias del 2010 la abstención fue de un 33,55%, mientras que para las pasadas elecciones del 6 de diciembre de 2015 la abstención fue de 25,75% con todo y que se estima que alrededor de 1,8 millones de venezolanos se encuentran en el exterior y muchos no pudieron ir a votar.

Que exista mayor conciencia política, mayor acceso a la información y más participación ciudadana también aumenta la demanda por políticos de mayor calidad.

La elección de una Asamblea Nacional nueva y más diversa promete brindar un debate político mas diverso también. Si bien la actual Asamblea Nacional cuenta con mayoría opositora, no hay que olvidar que es una coalición de varios partidos de diferente tendencias (progresistas, centro-izquierda, conservadores, social-demócratas, demócratas-cristianos, entre otros).

Los nuevos diputados deberán ofrecer una discusión que abarque las demandas de sus votantes, que en su mayoría dieron voto castigo al actual gobierno de Maduro, lo cual aumente la presión sobre el rol que deberán.

Los nuevos diputados tendrán la responsabilidad de brindar un discurso político coherente que agregue elementos que llevamos tiempo sin presenciar: sinceridad, respeto, fuerza para enfrentar los tiempos difíciles que vienen y argumentos llenos de contenido y razón. Para este 2016 espero no escuchar argumentos homofóbicos al mejor estilo de Pedro Carreño y mucho menos, ver salir diputados con caras sangrantes.

La politiquería del populacho no lleva a nada, ya lo decían los griegos hace muchísimos años. Venezuela lleva rato gobernada por un segmento del populacho, de la muchedumbre, que se convirtió en una oligarquía anárquica y que no cuenta con las capacidades para llevar al éxito a un país del siglo XXI.

Esperemos que este sea el primer escalón para impulsar un debate político inteligente y de buenas acciones basadas en la justicia, el desarrollo y el cumplimiento de los derechos civiles y políticos. La tarea no está fácil y las propuestas ya están sobre la mesa, tanto por parte de los mismos políticos como por parte de la sociedad a través de los gobiernos locales, organizaciones de la sociedad civil y la Academia.

Al venir de una generación decepcionada, despechada y golpeada a la que le “echaron gas del bueno”, cuya inteligencia ha sido despreciada, mal valorada y que por años llevamos escuchando debates políticos de pésima calidad, con líderes que para nada simbolizan los tiempos modernos, lo mínimo que esperamos para el 2016 es una muestra de política digna de la cual hasta el mismo Aristóteles pueda sentirse orgulloso.

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