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Nuestros médicos

A mi médico de cabecera

¿Por qué se le ocurrió al presidente agraviar con sus dichos a los médicos mexicanos en estos momentos en que muchos de ellos exponen su vida? Que no se ha dado cuenta del número de galenos que han enfermado y muerto por exponerse al contagio del coronavirus?

¿Por qué Lopez Obrador, generaliza de una manera tan burda al afirmar que: « en el periodo neoliberal “fueron (los médicos) “mercantilistas”. (¿Quiere decir que con el ascenso de López Obrador al poder, los que fueron “mercantilistas” dejaron automáticamente de serlo?)

¿Por qué las disculpas que ofreció resultaron tan pobres y tan vacías (el daño ya está hecho), después de haber menospreciado a los médicos al decir que: “antes los médicos sólo buscaban enriquecerse. Llegaba el paciente, ‘¿qué tienes?’ –le preguntaban. ‘Me duele acá, doctor’ –respondía. No, ¿que tienes de bienes?”. Qué ejemplo tan ramplón y tan elemental. Parece como del programa de Polo-Polo.

Resulta innecesario mencionar los nombres de tantos y tantos profesionales de la medicina mexicana, por citar algunos, allí están los reconocidos internacionalmente: el Dr. Ignacio Chávez, el Dr. Gustavo BAZ, el Dr. Guillermo Soberon, el Dr. Salvador Zubiran, el Dr. Jesus Kumate, el Dr. David Kershenobich, etc, etc. Prefiero no mencionar a mis médicos de cabecera porque a lo largo de mi vida he tenido muchos y todos muy profesionales. Así como aquellos que orgullosamente pertenecieron y pertenecen a mi familia.

No quiero imaginarme como se habrán sentido centenas de médicos mexicanos en estas aciagas circunstancias al escuchar las palabras con el dejo despectivo de López Obrador. Se han de haber enfurecido por el agravio y grosería del presidente, de allí que varias sociedades y asociaciones médicas se hayan visto obligadas a exigirle públicamente una disculpa, por haber: “dañado su integridad ética, moral y profesional, además de contribuir a generar un ambiente adverso en la sociedad con un mayor riesgo para los profesionales de la salud”.

Qué mal tino, qué imprudencia y qué falta de sensibilidad por parte del mandatario. Para él, los únicos médicos que valen la pena fueron Ernesto Ché Guevara y Salvador Allende. ¿Por qué no mencionó a la pediatra Michèle Bachelet, quien también es chilena? ¿Por qué no mencionó al Dr. Bernardo Houssay, premio Nobel de Medicina y argentino, como el Ché? ¿Por qué no los menciono? Por ignorante y tendencioso.

Justamente, ahorita es cuando los médicos y enfermeras necesitan cada día que pasa más de aliento y de estímulo por parte de la ciudadanía y las autoridades. A estas alturas pertenecer a ese gremio, es casi heróico. ¿Que dirán las nuevas generaciones que quieren estudiar medicina (como mi nieto) cuando el presidente se refiere a los doctores de « antes » como mercantilistas y neoliberales? ¿No le parece a López Obrador que sus juicios contra los médicos es incitar al odio? ¿No le basta con las manifestaciones tan agresivas que padecen constantemente en la calle los vestidos de blanco? ¿Que dirán los jóvenes internos y residentes ante expresiones de ese tipo aún cuando están exponiendo su salud y hasta su vida durante jornadas extenuantes de trabajo? ¿Qué habrá pensado el Dr. Hugo Lopez Gatell cuando escuchó la mañanera del viernes? ¿Le habrá valido?

¿Por qué esa tentación de Lopez Obrador de generalizar obsesivamente a cualquier gremio como: periodistas, empresarios y periódicos nacionales e internacionales o lo que se le ocurra en una de sus peroratas matutinas? Es como si yo dijera: “Todos los tabasqueños son unos necios”. “Todos los líderes de izquierda son unos amargados”. “Todos los de Morena, son mediocres. Y, todos los políticos son ladrones”.

Me pregunto si el presidente tiene una somera idea de lo que significa en tiempo y esfuerzo estudiar para poder ejercer como profesional de la medicina. Cinco años de universidad, un año de internado, un año de servicio social, de dos a cinco años de residencia por especialidad, un año más, de servicio social por especialidad, todo esto incluye guardias, desvelos, actualizaciones, y muchas renuncias a la vida familiar. Los médicos que cobran y ganan bien pasaron por toda esa preparación. El hecho de que cobren por sus servicios, no por eso los hace abusivos. Además, la gran mayoría de los médicos mexicanos no están bien pagados. Hablar de “mercantilismos” en esas condiciones, me parece sumamente injusto y hasta agresivo.

Por último, y con todo respeto, le recomendamos al Señor Presidente, encarecidamente, que acuda a un médico especialista en trastornos de la personalidad.

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