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No más violencia

Colombia ha sufrido desde tiempos inmemorables los rigores de la violencia. Muertes, secuestros, violaciones, bombas, fusiles; son apenas algunas de las situaciones con las que nos ha tocado convivir.

En Arauca, hablar de la guerra es el común denominador, en las esquinas y tertuliaderos no hay un día en el que no se hable de homicidios, robos y otras circunstancias propias del cruel conflicto armado que nos aqueja. Las cientos de víctimas que ocasionaron las FARC en esta región ven con esperanza la desmovilización y posterior tránsito de esa guerrilla a la vida política. Sin embargo, eso no ha disipado mucho el panorama de tranquilidad que esperábamos los araucanos.

El ELN, es una de las guerrillas con mayor presencia en esta zona de Colombia y se presume que han venido ganando espacios luego de la reinserción de las FARC. El gobierno Nacional y la ya mencionada organización insurgente pactaron tiempo atrás un cese bilateral al fuego, que contribuyó significativamente a la serenidad tan anhelada por todos. Lamentablemente el cese finalizó el pasado nueve de enero y con ello apareció nuevamente la arremetida terrorista.

Los últimos ataques de la insurgencia en contra de la fuerza pública y la población civil han sido rechazados categóricamente por la sociedad. Más víctimas, más personas inocentes han sido asesinadas, y otras han tenido que salir desplazadas de sus territorios. En una reciente entrevista transmitida por la Red de emisoras comunitarias de Arauca, le pregunté a Pablo Beltrán -jefe negociador del ELN-, qué si realmente estaban dispuestos a dejar las armas y seguir el camino de reincorporación, a lo que con un tono fuerte dijo que para eso estaban trabajando desde un principio y a su vez aclaró que dicho interrogante debía responderlo también el gobierno.

Pero hay escepticismo, dado que el actuar de la guerrilla no ha sido el mejor y sus despiadados atentados dejan correr un aire de poca voluntad. A todos los grupos armados les pedimos No más violencia. No más violencia porque la guerra genera atrasos, zozobra y muertes inesperadas. 

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