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Nisman: el fiscal, el presidente y el espía

Una nueva serie de televisión de Netflix trata sobre la muerte del fallecido fiscal argentino Alberto Nisman. La serie contiene varios archivos secretos y desconocidos para el público en general, incluyendo testimonios de primera clase de personas relacionadas con el caso, como es el caso del actual presidente de Argentina, Alberto Fernández. La serie no proporciona evidencia adicional que permita una conclusión definitiva sobre si se trató de un suicidio o de un homicidio. Sin embargo, los elementos reunidos en el caso hasta la fecha hacen más probable la segunda alternativa.

En julio de 1994, se llevó a cabo un ataque terrorista contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita en Argentina) que dejó 85 muertos y cientos de heridos. Se considera el ataque terrorista más mortífero en la historia de Argentina, dejando de lado el terrorismo de Estado de la dictadura militar que asoló el país entre 1976 y 1983. Las probanzas parecen indicar que el Hezbollah puso la bomba en una trama que parece haberse urdido en Siria y Líbano, aunque todo lo relacionado con Hezbollah importa alguna intervención iraní.

En 2013, durante la presidencia de Cristina Kirchner, Argentina e Irán firmaron un Memorando de Entendimiento. El objetivo de dicho Memorando nunca fue claro, aunque presumiblemente bajo el supuesto establecimiento de una Comisión de la Verdad se levantarían las alertas rojas emitidas por Interpol sobre unos diplomáticos iraníes acusados por Nisman, quien desde el 13 de septiembre de 2004, estaba a cargo de la Unidad Fiscal que investigaba el caso AMIA.

En un episodio de la serie, Diego Lagomarsino, empleado de Nisman y uno de los principales sospechosos de su muerte, es visto llegando desde su casa a 40 kilómetros de distancia para encontrarse con el fiscal. Durante esa reunión, Nisman le había pedido una pistola, según Lagomarsino, tras lo que volvió a su casa y  regresó más tarde al departamento de Nisman, trayendo una pistola Bersa, calibre 22 que fue la que finalmente produciría la muerte del fiscal. Es muy curioso que si Nisman quería un arma, lo hubiera hecho viajar a Lagomarsino hasta su casa, para recién entonces decirle el motivo de la convocatoria, obligando a que aquel tuviera que volver a recorrer los 40 kilómetros de regreso y nuevamente viajar hasta el departamento del Fiscal. La lógica diría que la hubiera pedido cuando lo convocó. Lagomarsino es co-titular de la cuenta que el fiscal tenía en los EEUU donde había depositados algo más de 600.000 dólares.

Cuando Lagomarsino regresó al departamento de Nisman y tomó el ascensor, estaba junto con otro hombre, presumiblemente uno de los guardaespaldas de Nisman. Esta doble aparición en el ascensor es un hecho interesante, porque en la querella que llevaban  adelante las hijas de Nisman, estas habían aportado una extensa y fundada opinión experta de criminólogos que respaldaban el hecho de que dos personas, y no solo una, estuvieron involucradas en la muerte de Nisman. La pericia realizada por la Gendarmería confirma esa teoría.

Nisman muere el 18 de enero de 2015, cuatro días después de su acusación pública a la presidenta Cristina Kirchner y al fallecido ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timmerman. Un día antes Nisman tenía previsto informar sobre sus hallazgos al Congreso Nacional. La acusación de Nisman contra Kirchner y Timmerman se basó en el hecho de que el pacto con Irán tenía una disposición que garantizaba la inmunidad para los iraníes involucrados en el ataque a AMIA a cambio de petróleo iraní para Argentina.

La presidenta Cristina Kirchner y su gobierno fueron sospechados sobre su participación en la muerte de Nisman. El país estaba y sigue estado seriamente dividido entre los que sostienen que Nisman fue asesinado y los que sostienen que se suicidó. Pocos días después de la muerte de Nisman, la acusación contra el gobierno de Cristina Kirchner fue desestimada rápidamente por el juez que la recibió.

Sin embargo, la situación alcanzó un nuevo punto cuando tras haberse apelado la decisión de subestimar la denuncia, la Cámara de Casación ordenó reabrir el sumario terminando con el procesamiento de Kirschner, Timmerman y otras personas que deberían enfrentar ahora el juicio oral.

La discusión sobre la muerte de Nisman ciertamente influyó en el resultado de las elecciones presidenciales que llevaron a Mauricio Macri al poder en 2015. Después de cuatro años de problemas económicos, Macri perdió las posibilidades de reelección, y una vez más, un gobierno peronista llegó al poder, con Cristina Kirchner como vicepresidenta del presidente Alberto Fernández.

Tanto Cristina Kirchner como el presidente Alberto Fernández ahora están cambiando su opinión sobre la causa de la muerte de Nisman, y ambos apoyan la teoría del suicidio. Será interesante ver la forma en que el nuevo gobierno de Argentina manejará este asunto, en donde su vice presidenta debería concurrir al juicio oral que hasta la fecha no se ha abierto.

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