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Nereo López

Adiós Maestro Nereo López ¡No le olvidaremos!

Cuando escribimos esta entrevista el Maestro Nereo López Mesa estaba a punto de cumplir sus 94 años. Fue nuestro regalo de cumpleaños para un fotoperiodista excepcional, un ser humano como hay pocos. Transcurrimos con él un día intenso en el cual no nos cansábamos de escucharlo, de aprender de sus labios la historia de casi un siglo narrada con increíble lucidez, ironía, profundidad.

Nereo no era hombre para olvidar. No lo era en vida y mucho menos lo será ahora que ya no está físicamente entre nosotros. Sus imágenes, su sonrisa, sus palabras traspasarán tiempo y espacio.

Adiós Maestro ¡No le olvidaremos!

 

Nereo López Meza - 1953, Carnaval de Barranquilla
Nereo López Meza – 1953, Carnaval de Barranquilla

NEW YORK: Cuando la sonrisa se expande en su rostro y la mirada pícara y seductora ilumina sus ojos claros, los años abandonan el cuerpo de Nereo y no es difícil imaginar la cantidad de mujeres que deben haber quedado prendadas de esa sonrisa y esa mirada a lo largo de su vida. Joven a pesar de una edad que poco encaja con la brillantez de su cerebro y un cuerpo erecto que no presta mucha atención al calendario, Nereo es una leyenda entre los que amamos el periodismo y en particular entre los que aman escribir con las imágenes.

Aun hoy anda siempre con su cámara a cuesta y no deja de escudriñar la realidad que lo rodea con la curiosidad ávida con la cual la ha mirado siempre, descubriendo detalles que pasan desapercibidos a la mayoría. Odia elogiarse a sí mismo pero admite tener un don, “sé ver”.

Ver y contar lo que vio, es lo que Nereo ha hecho durante años y sigue haciendo hoy. Ver lo que nadie nota y dejar su testimonio en fotos.

Recientemente, en el Lincoln Center, escribió con imágenes la historia de un perro escuchando un concierto. Es un perro lazarillo que se le sienta al lado mientras parece esperar con elegancia que la música comience. Solamente hacia el final, arrullado por la notas, se duerme.

Otra serie de fotos, hecha también en estos últimos meses, tiene como título “Gala para un concierto pop”. El objetivo de Nereo retrata a cuanto joven entra en un concierto pop engalanado con la misma coquetería del público que acude a escuchar música clásica, aunque sus estilos difieran considerablemente.

Son solamente dos de los muchos trabajos que sigue realizando hoy, a pesar de haber superado los 90 años, y a pesar de que, en algunos momentos, el cansancio físico lo obligue a descansar porque, dice riéndose de sí, “yo estoy bien pero mi cuerpo es como uno de esos edificios viejos que mantienen apuntalados.”

Las fotos de Nereo nos cuentan la historia de casi un siglo de vida principalmente colombiana pero no solo, y él ha pasado sin mucho esfuerzo de los rollos en blanco y negro a los adelantos de la tecnología que maneja con la rapidez de un jovencito.

“La digitalización ha quitado mucho trabajo al fotógrafo que ya no tiene que lavar cubetas y preparar químicos. Eso le permite pensar más en la fotografía, ser creativo”. Nereo no le teme a la masificación de los que toman fotos con sus celulares, iPad etc. “Los celulares documentan, la fotografía narra.”

Sin embargo, cuando la digitalización no existía, cuando no existían tampoco las cámaras que ayudaban a retractar el movimiento, Nereo lograba maravillas. Gran maestro del revelado, aún recuerda con emoción las fotos con las que logró inmortalizar, único entre los fotoreporters colombianos, el júbilo del pueblo la noche en que cayó el dictador Rojas Pinilla. “Tomé fotos de la multitud que celebraba ese momento en las calles o desde sus casas. La luz era muy escasa, pero yo sacaba fotos y más fotos y pasaba los rollos a mi asistente Sevillita. Luego, en la cámara oscura, dejé que los químicos actuaran durante media hora, casi una hora, en vez de los ocho minutos de rutina y así salieron las fotos. No eran perfectas pero allí estaban, único documento de esos momentos tan especiales. Cuando empezó a aclarar y llegaron los otros fotógrafos ya todo estaba en orden”.

Nereo López Meza - 1959, San P. Pscador-Atlantico
Nereo López Meza – 1959, San P. Pscador-Atlantico

La vida ha llevado Nereo de un lugar a otro. Nunca se negó a los cambios.

– Nereo es dueño de su vida desde los 11 años. – Nos dice perdido en recuerdos lejanos y hablando de sí en tercera persona– A los cinco murió mi padre, a quien casi no recuerdo, y a los 11 mi madre a quien sí recuerdo claramente. Desde entonces son muchos los altibajos, pero evitemos los bajos.- Y la sonrisa ilumina su rostro mientras sus ojos se humedecen al recordar a un hombre que cambió su vida, Miguel Arena, un empresario de cine que creyó en ese muchacho con afán de conocimientos y que no le tenía miedo al trabajo.

Gracias a él comienza su oficio de proyeccionista, en el circuito de Cine Colombia y una carrera con la cual va escalando posiciones.

Al mismo tiempo va descubriendo la fotografía y esa pasión entra en sus venas para no dejarlo nunca más. Su acuciosa curiosidad periodística, le permite ver y retratar momentos muy especiales para la vida de los colombianos. Recuerda las fotos que lo llevaron a ser corresponsal de la revista brasilera O Cruzeiro. “Un personaje muy querido, Alfonso López Pumarejo, murió siendo embajador en Londres. Cuando volvió el féretro a Colombia lo esperaban políticos, militares y millares de personas. Una gran bandera llamó mi atención. Ondeaba, se acercaba, empecé a sacar fotos. Al rato los que llevaban esa bandera lograron superar todos los cordones de seguridad y apoyarla sobre el féretro entre el asombro general. Yo tenía toda esa historia”.

Denso de satisfacción profesional fue el tiempo que Nereo pasó como corresponsal de O Cruzeiro. Anteriormente y a veces paralelamente, fue corresponsal de diarios como El Expectador, El Tiempo y de la revista colombiana Cromos. Con igual pasión retrataba un pasaje de la vida diaria bogotana y la arriesgada travesía de los colombianos quienes, pasando por los caminos verdes, trataban de entrar en Venezuela. Ha conocido Colombia de punta a punta, ha dejado testimonios de impactante belleza de la geografía de su país, ha seguido con una mirada llena de amor a sus trabajadores, a los campesinos, a los desplazados. Ha retratado los momentos en los que al país llegaron los Kennedy, Nixon y Kissinger. Ha conocido a más de un Presidente y obtuvo el más alto reconocimiento del estado colombiano a manos del Presidente Pastrana. Ha viajado por el mundo que ha escudriñado a través de su lente, robando a los paisajes y a las personas, lo que sería el bagaje de sus recuerdos. Sus ciudades preferidas son París y Nueva York pero también ama España. Alegre y enamoradizo, nos confiesa estar preparando un libro sobre sus “fracasos eróticos” pero, por su sonrisa pícara, intuimos que más numerosos deben haber sido los aciertos. Puntilloso con la estética de las fotos dice con una pizca de orgullo “una foto de Nereo nunca está mal compuesta. La foto tiene tres puntos básicos, el tema, la estética y la técnica”.

Nereo López Meza - 1957, Bogota-Monserrate
Nereo López Meza – 1957, Bogota-Monserrate

A los 80 años siente que está listo para vivir nuevas experiencias y acepta la invitación de una pareja de amigos que viven en Nueva York.

Desembarca en la gran manzana con la curiosidad de un niño, el alboroto de un adolescente y la madurez profesional de sus largos años de periodismo fotográfico. En consideración de su trayectoria artística y profesional el gobierno americano le ha otorgado antes la Green Card y luego la ciudadanía. Un primer libro de impactante belleza reúne las mejores fotos de sus primeros 50 años de vida profesional. En los próximos meses saldrá el segundo, compendio de fotos hechas en Colombia y en el mundo a lo largo de 65 años.

Muchos son los nuevos amigos que han aprendido a quererlo y admirarlo en Nueva York pero a veces lo asaltan oleadas de una soledad que es algo más profundo y doloroso del estar solo.

Hoy sigue mirando y retratando y sobre todo sigue renovándose “Nereo no está estacionario, Nereo sigue adelante, cambia”. No le gusta que le digan artista “Yo soy fotógrafo, un buen fotógrafo periodista. No hago esculturas ni pinturas sino buenas fotos. Algunos subestiman el trabajo de los fotógrafos, a veces, en los artículos ponen bien grande el nombre del periodista y más pequeño el del fotógrafo. Cuando lo ponen. Peor todavía es cuando escriben “foto de archivo” casi como si un archivo fuera capaz de tomar una foto”.

El tiempo vuela y cuando Nereo, con su sonrisa única, dice “si seguimos así saco un colchón y te quedas a dormir, me doy cuenta que han pasado horas”.

Antes de saludar confiesa con su característica ironía y una pizca de amargura “lo que me falta es tiempo, hay muchas cosas que quisiera hacer pero el tiempo no me rinde como antes.”

Y así lo dejamos, rodeado de fotos, libros y papeles, luchando contra las reglas de un calendario que quisiera encorvar su cuerpo y enturbiar su mente, por suerte sin lograrlo.

Hoy Nereo cumple 94 años. El equipo de ViceVersa lo celebra con él y le canta un Feliz Cumpleaños cuyas notas se elevan desde Colombia a Paris, Madrid, Barcelona, y Nueva York, las ciudades que él  más ama.

Por lo que a mi se refiere lo único que quisiera regalarle es tiempo. ¡Feliz Cumpleaños Maestro!

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