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Nelly Guinand

Nelly Guinand: «Lo primero que hice fue no irme a una mercería»

Nelly Guinand es una diseñadora brillante e ingeniosa. De capital en capital, estudió Moda en París y actualmente cursa estudios en el Fashion Institute of Technology en la Gran Manzana. Dinámica y activa, ya sus accesorios han sido exhibidos en desfiles de firmas tan reconocidas como la de Ángel Sánchez, en el Mercedes-Benz Fashion Week Spring/Summer 2015, que tuvo lugar en Nueva York. Nelly Presenta una propuesta lúdica y avant garde, con piezas esculturales basadas en materiales no convencionales y colores vibrantes. Ya perfila su propia marca y no siente ni un ápice de miedo en trabajar por lo que quiere. Al terminar de hablar con ella sientes que todo es posible. Interpreta la ciudad transmitiéndola a través de sus piezas para que las mujeres se sientan empoderadas, listas para salir a la calle. Gracias a su talento, determinación, y arduo trabajo se consagra como una de las diseñadoras venezolanas emergentes más importantes del momento. Pronto nos volverá a deleitar en el próximo Fashion Week Fall/Winter en Nueva York.

– ¿Siempre quisiste diseñar? ¿Cuándo tuviste tu primera máquina de coser?

Yo siempre he querido diseñar. A los 12 años me dieron mi primera máquina de coser. Mi mamá sabía que me iba a dedicar al diseño, por eso me fueron entrenando antes de que fuera a la universidad. Las mamás latinas son muy devoted. Yo vivía en los Estados Unidos, entonces todas las clases extracurriculares eran a beneficio del niño, tenía muchas clases: escultura, pintura en óleo, pintura con acuarela, costura, escultura, todo. Tenía una inclinación muy artística. Todas estas actividades me prepararon para la técnica del diseño, pero todavía no sabía qué estudiar. Cuando decidí estudiar Diseño de Moda a mi mamá le pareció obvio. Toda mi preparación había sido acorde con ello. 

– Entonces te fuiste a París, a estudiar Diseño.

Si, empecé estudiando a los 18 años en París en Esmod (École Supérieure des Arts et techniques de la Modees una de las escuelas más viejas de la ciudad, con una técnica muy tradicional. Me encantó, estuve ahí un año. 

– ¿Te afectó el cambio de idioma y cultura?

Bastante, aunque había estudiado muchísimo francés. Ahora lo entiendo y lo hablo un poco. Fue fuerte mudarse de Venezuela a París a los 18 años. Después entendí la cultura francesa. Me di cuenta de que era algo que me gustaría hacer más adelante en mi carrera… esa ciudad es mucho más seria. Ya yo hablaba Inglés, entonces pensé que era mejor empezar en Nueva York, y por eso decidí transferirme al Fashion Institute of Technology. Aquí me siento más enfocada en mi carrera, en vez de estar adaptándome culturalmente. Ya había vivido en los Estados Unidos, por lo tanto, resultó más fácil.

– ¿Te gustaría volver a Francia?

Si, totalmente. Me encantaría hacer unos cursos de bordado, o trabajar en Italia. Me encanta el Fashion que se usa en Europa. El Neoyorkino es más deportivo, más minimalista, mientras que el Europeo es más tradicional y más recargado, que es lo que me fascina. O de repente Asia, quién sabe (risas).

– ¿Cómo es la experiencia de estudiar moda en una ciudad como Nueva York?

Estudiar en Nueva York es lo mejor que te puede pasar. Porque no es nada más la Universidad que brinda muchas herramientas, sino la ciudad misma que te hace mucho más competente en la industria. No se trata solo por las pasantías, que he hecho millones, se trata de vivir acá y ser independiente. Yo siento que aquí no hay edad, todo el mundo está compitiendo por el mismo trabajo. Puedes tener 19 años y una persona de 35 o 40 puede estar optando por el mismo puesto que tú. De igual forma los museos, las cosas que pasan acá, los cambios, la misma ciudad culturalmente o políticamente, todo lo que pasa es demasiado global. Estás al tanto de todo, es impresionante, pero un poco overwhelming.

– ¿Cómo encuentras ese equilibrio? ¿Utilizas el arte como escape?

Viajando, porque la ciudad es muy pesada en cuanto al estrés y al nivel de exigencia. Yo veo a Nueva York como mi oficina, porque todo el día estoy trabajando. Mi cuarto es mi estudio. Mi universidad es mi trabajo, y mi pasantía es mi segundo trabajo, entonces no descanso. 

La única forma de descansar es ir a una ciudad más tranquila como Miami. En cambio, en Nueva York llegas a todos lados mucho más rápido y no hay momento para descansar. El arte es mi escape, y me imagino que se transmite por ahí, pero si estoy estresada es porque tengo que hacer arte (risas).

– Tengo entendido que te estás especializando en Ready-to-Wear

Si, lo que más me gusta en la moda es Ready-to-Wear, porque es el mercado más grande de la industria. Me fascina la alta costura pero no es algo muy comercial, es totalmente teatral. Lo que me gusta del Ready-to-Wear es que tiene muy buena calidad, muy enriquecida y sigue siendo ropa casual, como un buen suit o una buena camisa. 

Todavía no me interesan los vestidos largos, pero uno nunca sabe, yo antes decía que nunca iba a hacer accesorios… porque son tan pequeños. Además estuve tanto tiempo trabajando con telas que nunca pensé que al agarrar otros materiales se me iba a dar mucho más fácil, dije “nunca” y pasó.

– ¿Habías hecho accesorios anteriormente?

¡He hecho accesorios toda mi vida! Cuando vivía en Venezuela hice accesorios cuando estaba en bachillerato. Mi tía era orfebre entonces me la pasaba en su taller, pero nunca pensé que podía sacar una línea de accesorios. No noté que era mucho más fácil empezar por ahí, a empezar por una línea de ropa. Yo siento que todavía no estoy preparada para lanzar mi nombre como mi marca. De accesorios sí, porque es algo que me puede representar, mucho más pequeño, más personal. 

– Los accesorios llaman mucho la atención, por ejemplo, el vestido amarillo de Ángel Sánchez con el accesorio rosado

Fue perfecto porque la colección de Ángel quedó espectacular, como él: minimalista y fresh; lo que necesitaba era un pop of color or pop de distintos materiales. Yo utilicé plástico, madera, no eran materiales convencionales. Me preguntan ¿cómo hiciste? lo primero que hice fue no irme a una mercería, siento que hizo una buena combinación, con siluetas casi perfectas, casi lineales.

– ¿Y en qué te inspiraste?

Son cuffs hechas de plástico. Casi toda la colección está inspirada en esculturas de arte contemporáneo. Lo que más me llevó a encontrar esta colección fue una exposición de Jeff Koons, un artista de arte contemporáneo que hace unas esculturas como de unos perros inflados a gran escala, son bellísimos, es como el Andy Warhol de esta generación y trabaja mucho el color, lo infantil. Al final cuando vi mi colección me di cuenta que parecen juguetes, por el plástico y los colores tan llamativos. 

– ¿De ahí tomaste los colores?

No, los colores los tomé de la paleta de Ángel, considerando que tenían que haber tonos más oscuros y otros más claros. Me basé en la paleta que tenía él para la colección. Me parecía una de las mejores con las que he trabajado: infantil, juvenil; y terminó siendo muy positiva para lo que estábamos haciendo. Si ves mi Instagram hay una foto en que salen todos los accesorios de toda la colección y parecen juguetes. Cuando ves las esculturas y ves la colección dices “veo Koons, veo plásticos” y muchas piezas inspiradas en él pero llevadas al fashion.

– ¿También utilizaste madera?

Usamos madera cruda. Son esculturas de relieve en madera y van puestas en la mano. En la oficina cuando hacíamos experimentos, nos las poníamos para ir a almorzar y la gente decía “tienes una escultura en la mano” y literalmente no es una pulsera, sino una escultura, por eso es tan atractivo. 

– ¿Cómo te sentiste en el Mercedes Benz Fashion Week? ¿Alguna vez imaginaste que ibas a presentar tu trabajo en NYC?

No. Cuando empecé a trabajar con Ángel, empecé como intern. Yo he hecho muchas pasantías, pero como estoy apunto de graduarme, no podía terminar mis estudios sin hacer una pasantía en Ángel Sánchez, que es tan reconocido en mi país. 

Empecé con él a trabajar mucho y me dijo que empezara por los accesorios y así surgió. Al final de la pasantía, 4 meses después, me dijo “te voy a dar el honor de representar los accesorios que hicimos bajo tu nombre” fue súper orgánico, los dos trabajamos juntos, yo hice todos los accesorios, pero había como un mentorship. Cuando llegó el Fashion Week, los accesorios tenían mi nombre, de la nada tenía una marca, pero nunca pensé que iba a ser tan llamativo. Al día siguiente me levanté con 2000 followers más, muchas entrevistas, y me quedé impresionada, fue increíble.

– ¿Qué te parece el evento?

El evento es overwhelming, ves a personas que admiras mucho en la industria. Está muy bien coordinado, es increíble e impecable: todas las modelos, todo lo que es make up, styling; es el sueño de cualquier persona que está estudiando Diseño de Moda. Yo no podía creer que estaba ahí presentando mi trabajo en el runway, fue increíble. Ahora tengo la oportunidad de presentar la segunda colección con Ángel, en febrero. Ya para la segunda ronda estaré más calmada.

– ¿También vas a presentar accesorios?

Si. La pasada era Spring/Summer, ahora vamos a presentar Fall/Winter.

– ¿En qué te inspiraste para Fall/Winter?

Todavía no lo puedo revelar.

– ¿Qué cualidades de Ángel Sánchez y de su atelier te llaman la atención? 

Ángel, es súper trabajador, carismático, una persona determinada. Él tiene un equipo impresionante, todo el mundo cree muchísimo en la marca, y todos somos muy trabajadores. Uno se imagina una oficina llena de venezolanos, y no es así. Hay muchas personas de distintas culturas trabajando: dominicanos, puertorriqueños, brasileros; y eso ayuda, el mix de culturas en la oficina es muy agradable. Él conmigo ha sido increíble, nunca imaginé que iba a ser mi mentor, que él me iba a poder guiar en la industria, pero súper kind y dado.

– ¿Alguna vez te sentiste intimidada al trabajar con una persona de tal trayectoria? ¿te dio miedo?

Claro, a todos nos pasa eso. Yo le tengo mucho respeto a Ángel y él es súper disciplinado y espera lo mejor de cada uno de nosotros. Pero él entiende mucho, y sabe que estás en un proceso de aprendizaje. Él es perfecto para trabajar. Pero claro que le tenía miedo, me temblaban las rodillas cuando entraba a la oficina (risas).

– ¿Hubo alguna novatada durante esa pasantía?

¡Manché un vestido con una plancha! No vayas a transcribir eso porque después no me dan trabajo (risas). Pero me pasó ¡qué horrible! La plancha estaba sucia, eso no era mi culpa, lo fui a planchar y no te puedo explicar… el vestido se perdió. Es lo peor que te puede pasar. Si te preguntan: ¿cuál es la novatada más grande que te puede pasar? ¡eso! Pero fue de mala suerte y bastante cómico. Se salvó mi cabeza, pero definitivamente a todos los interns nos pasa algo. 

– ¿Tienes pensado tener tu propio atelier

Si, definitivamente. Me gradúo en 6 meses y quiero trabajar para alguien durante un tiempo. Quiero aprender sobre el negocio entre el diseño y las ventas, y cómo funciona la industria en cuestiones de distribución, porque aparte del diseño, es difícil aprender en esa área. Quisiera ganar más experiencia para saber exactamente lo que quiero hacer. Quiero seguir haciendo accesorios, ya que me han dado bastante suerte.

– ¿Dónde te gustaría trabajar al culminar tus estudios?

¿Mi sueño? Trabajé mucho tiempo para Oscar de la Renta, y me encantaría trabajar ahí otra vez. Y con algunos diseñadores en otras partes del mundo. En Nueva York, me encantaría trabajar en Ralph Lauren. En otros lugares, me encantaría trabajar en Dolce & Gabbana, porque mi estilo es bastante italiano, me gusta mucho el bordado.

– ¿Te sorprendió el impacto que tuviste en Venezuela? 

Si, ha sido increíble el apoyo. El reconocimiento en Venezuela ha sido extraordinario. Nunca pensé que iba a crear tanto impacto, gracias a la receptividad mandé accesorios para que se vendieran allá.

– ¿Cuál es el accesorio imprescindible en el outfit de toda mujer?

Yo diría un buen cuff. Coco Chanel usaba dos. Yo en mi colección usaba las dos a la vez y siento que le da una postura muy elegante a una mujer, más que una pulserita o un collar. Un cuff es más masculino, trae mucha presencia de poder, elegancia y gusto. Para mí es esencial, me parece que es el accesorio más llamativo. 

– En tus accesorios tratas de lograr que la mujer se sienta poderosa, se sienta segura de sí misma

Si. Yo soy pro empowerment. Una mujer que se sienta sin miedo de ser llamativa, porque es amante del buen gusto, conocedora del diseño y del arte. Siempre trato de irme por una musa segura de sí misma, y que no le va a dar miedo colocarse un cuff amarillo, o una escultura de madera en la muñeca. Una persona que está clara: por más avant garde que sea, ella sabe que las piezas representan algo moderno.

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