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Nella Rojas
Photography by Samantha López

Nella Rojas: una cantante de fuego y canela

En tiempos de trap, reggaetón y electro dance music, es poco común toparse con voces jóvenes que apelen a sonidos tradicionales para crear su identidad musical. Nella Rojas forma parte del selecto grupo de artistas que se ha arriesgado a retar la música comercial, seduciendo rápidamente al éxito con su fórmula.

Esta cantante y compositora nacida y crecida en la Isla de Margarita, Venezuela, se decantó por la música andaluza para mostrar su talento como intérprete. Asegura que la pasión de los “cantaores” al interpretar sus coplas es uno de los elementos que más admira de este género que ha sabido conquistar de la mano del reconocido productor, compositor y guitarrista español Javier Limón.

Sin embargo, Nella no ha olvidado su raíces venezolanas. Su primer sencillo, dado a conocer hace un par de meses, hace íntimas referencias a las calles playeras que la vieron crecer, a sus compatriotas y al pueblo que describe como “un pueblo que busca un trago de libertad”.

Ha sido tal la acogida que recibió su propuesta musical, que el cantante Alejandro Sanz se tomó la libertad de compartir en redes sociales el primer sencillo de la cantante, días antes de la fecha pautada para su lanzamiento oficial. Esto se suma a su reciente participación en Todos lo Saben, el último largometraje del director iraní Asghar Farhadi, protagonizado por Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín.

Conversamos con Nella un día después de que su voz adornara la alfombra roja en la inauguración del Festival de Cannes, donde se llevó a cabo la première de esta película.

 

Nella Rojas
Photography by Samantha López

 

¿Como te sientes después de haber escuchado tu voz de fondo en la inauguración del festival de Cannes?

Nunca pensé que la canción iba a sonar en el festival de Cannes. A pesar de que lo anunciara en todas las entrevistas, muy dentro de mí, todavía no lo creía. Pero ayer una amiga me contactó y me envió el video que publicó otra actriz venezolana -por coincidencia, una margariteña- que estaba en el festival. En el video se escucha la canción. Mi amiga me preguntó: “¿Esta no es tu voz?” y yo me dije “¡Está pasando!”. Lo envié al productor y de una vez me puse a buscar en internet. Conseguí otros videos en los que salía todo el elenco de la película con ‘Se muere por volver’ de fondo. Todavía estoy en shock.

 

¿Cuándo te enteraste de que la canción iba a abrir el festival?

Cuando supimos que la película había sido seleccionada para abrir el festival. Informaron a mi productor, Javier Limón, que la canción que él compuso iba a estar sonando en la alfombra roja. Eso fue hace un par de meses. Pero llegó el día y yo había casi olvidado que empezaba el festival.

 

Háblame de ‘Me llaman Nella’

Es mi primer sencillo. Fue compuesto por Javier Limón. Es una historia muy cómica, porque estábamos en Colombia, donde tuvimos la oportunidad de abrirle el escenario a Carlos Vives, Monsieur Periné y otros grandes artistas colombianos. Mientras desayunábamos, estuvimos conversando sobre el hecho de que teníamos un repertorio pero que nos faltaba un tema que fuese el “hit”. Teníamos ‘El fin de fiesta’, pero no es un tema comercial porque no hay ni coro. Cada quien volvió a su habitación y Limón me llamó a los 15 minutos para decirme: “Nella, te tengo la canción”. Yo, sorprendida le contesté: “¿Cómo que tienes la canción?”. Y Javier siguió: “Pues, hostia, que tengo la canción”. Cuando le pregunté qué dice el coro él respondió “me llaman Nella, la de la voz quebrada. Baja que te la voy a enseñar”. Bajé y Limón empezó a cantar: “Sobre el mar de Margarita…”. Sorprendida le pregunté: “Nunca has pisado una playa de Margarita. ¿Cómo puedes escribir esa canción?”. La contestación fue inmediata: “Me has hablado tanto de la isla y del pueblo, que no me fue difícil imaginar esta historia”.

 

El coro de ‘Me llaman Nella’ dice que eres de canela y fuego. Si tuvieras que asignarle esos ingredientes a dos constantes en tu vida, ¿con qué los relacionarías?

El fuego lo relacionaría con lo arriesgada que soy. Me fui a vivir sola a Caracas a los 17 años y luego a Canadá. Al tiempo me vine a los Estados Unidos sin saber si iba a poder ingresar en Berklee, porque no teníamos el dinero para pagar esos estudios. Me arriesgué también a cantar un repertorio al que tenía miedo por no ser española. He sido arriesgada con los pasos que he dado en mi vida y todos han valido la pena. Con respecto a la canela, si la consideramos un ingrediente que usado en exceso no es tan agradable, lo relacionaría con un aspecto de mi carácter. Suelo encerrarme mucho en mi cabeza y enfocarme excesivamente en lo que estoy haciendo. Me pasa hasta con las relaciones.

 

¿Cómo conociste a Javier Limón?

Lo conocí en Berklee, coincidimos en conciertos en los que yo estaba participando. La primera vez que me escuchó fue en el Instituto Cervantes, donde canté ‘La negra Atilia’. Allí me dijo: “¿Qué canción es esa? ¿De dónde saliste tu?”.

 

Nella Rojas
Photography by Samantha López

 

¿Cuándo comenzaron a trabajar juntos?

Hace casi dos años. Él nunca había mostrado interés en producirme. Yo tenía un trío que se llamaba Sudacas. Hacíamos música folclórica de diferentes países con influencias de jazz y pop. Él nos ayudaba mucho, opinaba, pero nunca trabajamos juntos. El trío se convirtió en un dúo pero la otra parte del dúo, la colombiana Esther Rojas se fue a India y no pudimos continuar con el proyecto, así que comencé a trabajar sola. Siempre había estado enamorada de la interpretación de los “cantaores” andaluces pero cuando escuché a Concha Buika enloquecí. Empecé a subir covers de sus canciones en mis redes sociales y cada vez que buscaba al compositor de esas canciones, aparecía el nombre de Javier Limón. Descubrí que estaba muy conectada con su música sin saberlo. Le envié algunos de los covers y me invitó a cantar en un concierto. Hicimos unas coplas andaluzas y boleros, y de inmediato nos dimos cuenta de la conexión que teníamos. Me enteré de que él quería trabajar conmigo al final de ese concierto cuando escuché a unas personas quienes se acercaron para felicitarnos. De repente alguien preguntó a Limón: “¿Y ella quién es?” y él les contestó: “Nella, yo la estoy produciendo”. Quedé impactada.

 

¿Cuál fue el siguiente paso?

Me pidió que fuera a su casa al día siguiente para mostrarme unas canciones. Cuando llegué sacó un abanico de canciones. De repente comenzó a cantar ‘El fin de fiesta’ y en ese momento dije “esta es la que quiero cantar”. Desde entonces abro todos los conciertos con ese tema y con el de ‘La negra Atilia’.

 

¿Cómo te sentiste cantando en Venezuela?

Volver a cantar en Venezuela, después de siete años fue mágico para mí. Hice dos funciones de quinientas personas. De repente me di cuenta que era la audiencia más grande que había enfrentado sola. Durante toda la primera mitad de las dos funciones del concierto estuve aguantando las ganas de llorar por la emoción.

 

Una experiencia diferente a la que tuviste en tus inicios como cantante en matrimonios y fiestas. ¿Cómo fue esa etapa de tu vida?

Pues al llegar a Caracas, había que pagar la renta y además quería tener más experiencia como cantante. Los matrimonios me permitieron ambas cosas. Recuerdo que mis padres me decían: “Nella, te vas a quemar” y yo les contestaba: “¿Ustedes creen que alguien se va a enterar de que yo canto escuchándome cantar en la ventana de mi cuarto? Necesito experiencia y exposición, darme golpes y ver para qué sirvo, para qué soy buena”. En esa época estaba estudiando música y cantaba en “bailables”, como se les dice en Venezuela. También le hice coros a Diveana, Oscarcito y Víctor Drija. Fue una vivencia que pocos conocen, pero que me encantó. Todas esas experiencias, buenas o malas, me dejaron algún aprendizaje.

 

En la escena de la película Todos lo saben apareces cantando en un matrimonio, con la pequeña diferencia de que esta vez Javier Bardem y Penélope Cruz están en primera fila, escuchándote. ¿Recordaste tus inicios como cantante en matrimonios?

¡Obvio! ¡Era lo mismo! Jugar con el público, con los novios. Yo me sentía como pez en el agua. Siempre me ha llamado la atención la actuación, pero creo que es porque soy cantante. Evidentemente, era muy diferente hacerlo frente al elenco y a un director que me recordaba constantemente que no tenía que mirar a cámara. No me sentía extraña, aunque sí estaba nerviosa. Una vez que me metí en el papel, todo fluyó. La primera vez que escuché “rolling” en el set, estaban todos sentados viéndome y yo, literalmente, dándoles un concierto porque la indicación para los actores era que vieran hacia la tarima. ¡Yo les estaba ofreciendo un concierto a todos esos actores que había visto siempre detrás de una pantalla! Cuando el director dijo “corte” todos empezaron a aplaudir, como si fuera un concierto de verdad. Allí fue cuando me dije: “Oh, Marianella, tú no sabes donde estás”. Fue increíble.    

 

¿Por qué escogiste Nueva York como tu base?

Pienso que todo el mundo debería vivir en Nueva York así sea por cinco minutos, porque es una ciudad muy inspiradora. Tardé mucho en decidir mudarme desde Boston porque no me gustaba esta ciudad, me parecía que aquí la vida era muy rápida. Pero dos años después de graduada, sentí que ya había aprovechado al máximo Boston y que Nueva York debía ser la siguiente parada. Estaba buscando inspiración, así que ¿qué mejor que Nueva York?. Además, la exposición que uno tiene aquí es muy grande. Uno puede estar cantando en una esquina y tener a John Travolta al frente. Es algo muy importante para mí.

 

Nella Rojas
Photography by Eva Márques

 

Además, hay muchos músicos venezolanos que han ido llegando a la ciudad.

Por supuesto, y es un grupo de venezolanos que te arropa. Entre todos nos apoyamos. En mi primer concierto en Nueva York canté con Linda Briceño y Jorge Glem en el Rockwood Music Hall. Me acompañaron en ‘Se muere por volver’.

 

Si uno busca tu nombre en Spotify, aparecen cuatro canciones. Entre ellas ‘Me llaman Nella’, ‘La negra Atilia’ y ‘Fire’. Son temas muy diferentes en cuanto a género musical. ¿Has pensado en incursionar en géneros diferentes al que te identifica en este momento, que es la música andaluza?

Ser versátil es un arma de doble filo. Yo empecé cantando pop, seguí con blues y jazz, probé con la música brasilera, así que le tengo mucho respeto a todos los géneros musicales. Tuve la fortuna de poder adaptarme a cada uno de ellos, pero a la hora de preguntarme quién soy y qué canto, no sabía qué responder, no tenía una identidad y la tuve que encontrar. Hoy en día uno escucha la radio y ya no sabes quién es quién porque todo suena igual, así que una de las misiones de Javier Limón y mía es traer de vuelta la música de calidad, acompañada de textos que tengan sentido y un mensaje.

 

¿Con quién te gustaría hacer una colaboración?

Juan Luis Guerra. Me encanta, a pesar de que su música pertenece a un género completamente diferente del mío. Siempre lo he admirado como músico, compositor, intérprete y arreglista. Y en inglés me encantaría cantar con Stevie Wonder. Es uno de mis ídolos. Admiro el hecho de que ambos sean músicos tan completos.

 

Eres compositora también. ¿Tienes la composición en pausa o todo el tiempo la pones en práctica?

Ahora la tengo en pausa. Creo que es porque estoy muy malcriada trabajando con Javier Limón. Me siento cómoda con sus letras y debido a los tantos viajes que he estado haciendo no he tenido tiempo de componer. Hay que agregar que lo que yo escribo es muy diferente de lo que estoy haciendo con Javier Limón. Escribo música más parecida al folk. Es algo que por ahora prefiero tener guardado. Hay una canción que yo compuse y que forma parte del repertorio de mis conciertos. Se llama ‘Tu amor es paz’ y al público le gusta mucho. Es una canción que funcionaría perfectamente con letra en inglés porque la armonía y la melodía son muy similares al R&B, folk y singer-songwriter. Pero por ahora estoy más volcada a mi rol de intérprete que al de compositora.

 

¿Cuándo escucharemos un disco tuyo?

Por ahora el plan es lanzar sencillos. Si Dios quiere, saldrá otro durante el otoño. El próximo año sí quisiera lanzar un disco. Cuando la gente diga “¡no puedo vivir más, necesito tu disco!”… en ese momento saldrá.

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