El 01 de enero de 2008 hubo en Venezuela una reconversión monetaria, pues la inflación degradó el valor de la moneda a tal punto que hablar de “millones” era admitir la gran debilidad del Bolívar. Tener billetes en el bolsillo empezaba a ser absurdo y desgastante para lxs venezolanxs. ¿Qué hizo el Estado? Le quitó unos ceros a la moneda y le agregó la palabra “fuerte”: nacen los Bolívares Fuertes entre los que encontramos el billete de Cinco Bolívares Fuertes con el que hice este collage. Pero el nombre y los ceros no fueron los únicos cambios: las imágenes se modificaron estratégicamente para borrar las huellas de una llamada “Cuarta República” desgastada y con ello, dar paso a un chavismo cuyas promesas también se desgastaron.
Los billetes cambiaron de color, se abrió espacio para animales en peligro de extinción y se incluyeron nuevos rostros, entre ellos el de Pedro Camejo mejor conocido como Negro Primero, nacido en Apure y esclavizado durante sus primeros años de vida. Él luchó en las guerras de independencia desde 1816 alcanzando el grado de Teniente, dicen que era el único oficial negro del Ejército Libertador y que siempre estaba de primero en sus filas: por eso el apodo «Negro Primero”.
Pedro Camejo era fuerte, seguro que sí, pero el Bolivar no logró ser fuerte a pesar de los cambios porque estos fueron solo simbólicos: no hubo una transformación profunda del modelo económico, ni producción endógena duradera o estable, ni mucho menos esa transformación se tradujo en mejoras en la calidad de vida de lxs venezolanxs.
El billete de Cinco Bolívares Fuertes está fuera de circulación porque la velocidad de la devaluación arrasó con esos cambios de papel. Pedro Camejo fue usado para ponerle cara a un descaro enmarcado en un sistema cuyo potencial transformador continúa probándose débil, clasista, machista y opresor. Lo saqué del billete y le tapé los ojos para evitarle más pesares.