Hablando de equidad de género pareciera que algunas mujeres no entienden hacia dónde vamos y qué es lo que nos conviene. Nos hace falta introspección. No podemos limitarnos a culpar a los hombres porque vivimos todos dominados por una cultura patriarcal desde hace muchísimos años.
Los hombres han tenido el rol de proveedores y las mujeres se han encargado del cuidado de los hijos. Mujeres, Empresas y el Derecho 2021 es el séptimo estudio anual, realizado por el Banco Mundial, que mide las leyes y regulaciones que afectan las oportunidades económicas de las mujeres en 190 países. El informe identifica las barreras a la participación económica de las mujeres y alienta la reforma de las leyes discriminatorias.
El estudio incluye hallazgos importantes sobre las respuestas de los gobiernos a la crisis del Covid-19, el cuidado infantil y el acceso de las mujeres a la justicia. En promedio las mujeres solo acceden a un 75% de los derechos de los hombres. A pesar del impacto negativo que ha dejado la pandemia tras el confinamiento y a raíz del incremento de la violencia de género, México, según el Banco Mundial (BM), muestra una mejoría en el índice de mujeres, empresas y derecho pasando de 83.8 a 88.8, puntos debido al avance de los derechos en el matrimonio que subió de 60 a 100 puntos.
Este indicador evalúa las restricciones legales relacionadas con la discriminación determinada por los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres para dirigir el hogar y su familia. En México no hay igualdad de género en las áreas que mide el BM, sin embargo, ha avanzado en la disminución de las restricciones legales. Todavía nos falta para estar a la altura de las 10 economías que obtuvieron la puntuación más alta: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Portugal y Suecia. Sorprende que se encuentren mejor calificados Perú, Paraguay y Ecuador mientras que Brasil está en una posición inferior así como Colombia y Chile.
Los peores lugares para el desarrollo de las mujeres son Cisjordania, Yemen, Kuwait, Sudan, Irán y Qatar. El BM reconoce que ha habido avances en los últimos 50 años; sin embargo, la pandemia del Covid-19 puso en peligro de manera desproporcionada la capacidad social y económica de la mujer.
Las mujeres desempeñan la mayoría de trabajos sanitarios, servicios sociales y cuidados no remunerados. Ganan menos que los hombres por el mismo trabajo y corren mayor riesgo de violencia en sus hogares. Otro dato relevante es que, con la pandemia, muchas mujeres que laboran como empleadas domésticas no pudieron seguir con su oficio. Los empleadores no quisieron que asistieran a sus hogares por el temor del contagio, ya que, al desplazarse en autobús, están más expuestas al virus.
“La no-discriminación por razón de sexo es un derecho fundamental”. La mujer no puede ser discriminada directa o indirectamente en el acceso al empleo. Una vez empleada, las empresas tienen la obligación de ofrecer un trato igual a hombres y mujeres.
Nos falta mucho por entender que significa equidad de género, igualdad no significa lo mismo. ¿Qué falta para una verdadera equidad de género? Existe la creencia de que la capacidad de enfrentar asuntos de política, tomar decisiones, manejar el poder sea inferior en las mujeres. También se sigue considerando a las mujeres incapaces de desarrollar ciertas habilidades y considerarlas aptas solamente para el hogar y la familia.
En cuanto a las cuotas de género en los cargos políticos, deben planearse en base a las capacidades de las candidatas y no limitarse a convertirlas en algo obligatorio. Sabemos que en muchos casos los partidos eligen a candidatas guapas, con facilidad de palabra, pero detrás de ellas está un “padrino” del cual reciben las instrucciones que siguen.
Es importante estar atentas a cultivar la autoestima, a sabiendas que la estima es como un árbol, se tiene que regar, abonar para obtener frutos. No se debe culpar solo al hombre de los conflictos entre ambos, la relación de pareja está dada por opuestos complementarios, la convivencia diaria, el estrés que vivimos, la vida competitiva y el consumismo generan conflictos. Es importante conocer los estereotipos para superarlos.