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Más de 50 millones de mujeres en USA, no quieren hacer el amor

¿Será verdad que por lo menos el 40% de las mujeres entre los 30 a 40 años, adolece de hipoactividad sexual?

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estado Unidos (FDA), acaba de aprobar una pastillita, equivalente al Viagra pero para las mujeres. Un medicamento que había sido rechazado ya dos veces (2010 y 2013), en virtud de que sus efectos secundarios pueden conducir a la muerte. Pero… más vale muertas que mal queridas, ¿no?

El comité de expertos y asesores de la FDA recomendó la comercialización de la droga, 18 votos contra 6. La doctora Janet Woodcock, directora del centro de evaluación e investigación de medicamentos, aduce que esta droga ofrece a las mujeres con bajo deseo sexual, una opción de tratamiento. Porque aparentemente estos diversos grados de hipoactividad sexual, no son resultado de problemas biológicos, psicológicos ni están vinculados a la drogadicción; el síndrome se puede desarrollar en mujeres que no tenían problemas anteriores con su libido y ocurre independientemente del tipo de actividad sexual o situación con la pareja. O sea, un misterio, pues. Un misterio que afecta a más de 50 millones de mujeres, sólo en Estados Unidos.

Con la advertencia de que “los pacientes y los médicos deben ser plenamente conscientes de los riesgos asociados con este fármaco antes de decidir tomarlo”, el Dr. Woodcock, jefe de la FDA, se lava las manos. La flibanserina, droga en cuestión, que se comercializa bajo el nombre Addyi, y que estará en las farmacias desde el próximo 17 de octubre, sólo puede obtenerse con receta médica y la etiqueta dice claramente los riesgos a los que expone, que han sido probados: caída severa en la presión arterial, somnolencia e incluso síncope. Riesgos que se incrementan y se hacen más graves combinados con alcohol u otros medicamentos. Digamos que algunas mujeres de las sometidas a prueba, tuvieron que dejar de tomar el medicamento debido a que los efectos secundarios fueron demasiado fuertes, llegando a ser hospitalizadas. De manera que el mareo y la somnolencia en el caso de la flibanserina, no son como los de cualquier otra droga. Sus efectos secundarios pueden ser lo suficientemente fuertes como para que la FDA no la aprobara en dos oportunidades, estimando que eran más los contras que los pros del medicamento. Incluso ahora que la aprobó, la FDA estimó justo advertir que los beneficios serían «moderados» o «marginales» en el mejor de los casos.

El fármaco podría estar relacionado además con un mayor riesgo de cáncer de mama, pero como eso aun no ha sido probado, mientras tanto, nos podemos tomar la pastillita. De forma similar al tabaco que a pesar de estar indisolublemente ligado a las dolencias pulmonares, sigue su curso en el expendio de cigarros y nosotros fumando. Detalles de la lógica y ética contemporáneas, pues.

Aparentemente el éxito de esta tercera aparición de la flibanserina ante la FDA, es en gran parte debido al testimonio emocional de mujeres que sufren de deseo sexual hipoactivo, una de cada tres estadounidenses, de acuerdo con un estudio del 2002.

Estos son los números que justifican la decisión de la FDA entonces: 3 ensayos clínicos, 2.400 mujeres premenopáusicas: 36 años de edad promedio, 5 años de bajo deseo sexual, 100 miligramos de flibanserina. Resultado: 10% expresó mejora en el deseo y disminución de la ansiedad pero el fármaco aparentemente no mejoró el rendimiento sexual. No sé si entender el rendimiento sexual como duración, intensidad, u orgasmo…

En todo caso el Addyi actúa sobre la serotonina, hormona que afecta fundamentalmente funciones fisiológicas como el sueño, la agresividad, el apetito, el comportamiento sexual y la depresión. La idea original era usarlo como antidepresivo, pero no dio los resultados esperados… por el contrario fueron bastante inesperados, si partimos del entendido de que los antidepresivos son conocidos por reducir temporalmente el apetito sexual, esta molécula por el contrario y por azar, reveló sus propiedades afrodisíacas. ¡Estaban bien errados de ruta, esos científicos! Cabe comentar que muchas de las recientes verdades que se han descubierto sobre el comportamiento del organismo femenino, han sido producto del azar, resultado inesperado de otras búsquedas.

El Viagra, que se comercializa desde 1998 para el tratamiento de disfunciones sexuales masculinas, tuvo un origen similar, pues fue pensado originalmente como un medicamento para el corazón.

Nos llevan 17 años de ventaja, sobre todo en el caso de los más viejos enamorados de las más jóvenes, desde entonces con capacidad de ejercicio además de chequera. Pues la mujeres también querían tener el chance: grupos feministas acusaron a la FDA de sexista por no haber aprobado la droga anteriormente (Even the Score). Como si la igualdad de género hubiera que pelearla así sea en contra de nosotras mismas: queremos el derecho a decidir en la farmacia, si nos arriesgamos al cáncer de mama o no. Como con el resto de las drogas de tratamiento hormonal. No sé si es justo pensar más bien que esta aprobación del Addyi forma parte de los muchos e intensos esfuerzos hechos por Sprout en el lobbying que culminó con la anuencia de la FDA. Es de aclarar que después de la primera negativa, el laboratorio alemán Boehringer Ingelheim que fabricaba la droga, le vendió el invento a la empresa estadounidense Sprout.

Tiendo más bien a simpatizar con las denuncias de Leonore Tiefer, terapeuta de la Universidad de Nueva York, que se opone ferozmente a Addyi pues entiende que medicaliza el sexo sólo por ganar dinero.

En conclusión, quiere decir que aunque la flibanserina comercializada como Addyi, no es la solución definitiva al problema, al menos podría proporcionar algo de alivio a las mujeres con disfunción sexual, de suerte que la mayoría de los que deciden estimaron que ese es un efecto secundario que puede bien valer la pena el riesgo. Aparte de las cuestiones de ética médica que la aprobación de la droga propone, ¿no cabría preguntarse de dónde viene esa falta de deseo en las mujeres en edad de plenitud de ejercicio sexual? ¿Es que antes pasaba lo mismo pero no se atrevían a decirlo, o es esta una muestra más de la soledad a la que nos somete nuestra forma de vida actual de engañosa hipercomunicación? ¿Será que hemos perdido la capacidad de enamorarnos en cuerpo y alma? ¿Será que la factibilidad y eficiencia efímera del amor y el encuentro físico que ofrecen Tinder, Okcupid, Bumble, Jswipe, Happn… por ejemplo, nos está enfermando?

Por otra parte, un reciente estudio de la Universidad Northwestern mostró cómo Sildenafil o el Viagra masculino, funciona para elevar el deseo en mujeres que presentan el síntoma de hipoactividad sexual por razones orgánicas, tales como post-menopausia o post-histerectomía: el estudio encontró que la vida sexual de estas mujeres mejoraron enormemente después de tomar Viagra: más excitación, lubricación y orgasmos. Si se comercializara el Viagra para las mujeres maduras ahora entonces, ¿cambiaría eso el paisaje de la oferta y la seducción en calles y bares… habrían más parejas de mujeres maduras con hombres jóvenes? ¿Se agotaría el Viagra en las farmacias?

Siempre han sido pocas las respuestas y muchas las preguntas cuando de deseo y amor se trata. Por no hablar de la poca promoción que han tenido los anticonceptivos para hombres. Ni de los abominables casos de efectos secundarios de tampones para la menstruación, ni de pastillas anticonceptivas…

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