El rol de las mujeres en la ciencia, la tecnología y la innovación, no ha sido debidamente reconocido. Son muchas las dificultades que enfrentan para conseguir sus metas, a pesar de todos los obstáculos que a través de los años se han superado. En algunas áreas las mujeres se enfrentan con un “techo de cristal” que impide alcanzar niveles más altos que los hombres en su desarrollo profesional. Puede sonar alentador que en América Latina la participación de las mujeres en la investigación suma el 45 por ciento del total de investigadores, por arriba de la cifra de Europa Occidental y América del Norte que se sitúa en un 32 por ciento. Bolivia se encuentra en primer lugar, Chile y Honduras están por arriba de México. En cuanto al Premio Nobel, la primera mujer científica que ha ganado dos veces el premio fue Marie Curie en 1903, en la categoría de física, por sus descubrimientos sobre la radiación y en 1911 ganó el de química por el descubrimiento del radio y el polonio. Otra notable, la neuróloga italiana Rita Levi, quien ganó el Nobel de Medicina por el descubrimiento de los factores de crecimiento, fue perseguida por los nazis. Las mujeres galardonadas son menos que los hombres, 49 frente a 832, en la categoría científica, es decir que el 97 por ciento de los galardonados han sido hombres. En el 2012 la Universidad de Yale realizó una investigación en cuestión de género para valorar la aceptación de hombre o mujer en un cargo, para un puesto de laboratorio en una universidad. Enviaron el mismo curriculum de 127 profesionales, la mitad con el nombre de John y la otra mitad con el nombre de Jennifer, a varias universidades en Estados Unidos con el fin de que valoraran la candidatura para el puesto de jefe de laboratorio y el respectivo salario. El resultado fue que los John obtuvieron una valoración superior, y el salario que ofrecían era más alto para los hombres que para las mujeres. Incluso otras mujeres consideraban que John era más apto para el cargo. Sorprende que a estas alturas todavía carguemos con prejuicios de género. Es un hecho que las mujeres enfrentan numerosos obstáculos para recibir apoyo financiero o publicar los resultados de su trabajo en revistas científicas, también se observan diferencias en términos de remuneración y promoción profesional. Aun cuando las mujeres obtienen un título en ciencias o ingenierías muchas no logran el ascenso en su carrera profesional.
Es fuerte la presión social que sienten cuando son madres y por ese motivo muchas abandonan sus carreras para dedicarse al cuidado de los hijos; la culpa de dejarlos al cuidado de otras personas es grande y además culturalmente cargan, en su inconsciente, el temor de no merecer el triunfo.