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Jonhen J. Rivas R.

Monstruo con accesorios

Cuando la mayoría de las personas escucha la palabra »monstruo» se imagina a una criatura horrenda, de facciones deformes y malévolas intenciones…

Algunos monstruos son simplemente irresistibles.

El DSM describe el Trastorno de Personalidad Histriónica como:

– Un patrón general de excesiva emotividad y una búsqueda de atención, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

– No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de atención.

– La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento sexualmente seductor o provocador.

– Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante.

– Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre sí mismo.

– Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices.

– Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional.

– Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias.

– Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad.

Pero es más que eso…es belleza venenosa.

Lo realmente peligroso del histrionismo es primeramente el hecho de que no es un trastorno que se pueda medicar y su recuperación se basa principalmente en el auto-control y la conciencia de sí mismo. También lo es el hecho de que a diferencia de la esquizofrenia si vives con histrionismo no te remitirán al psiquiatra ni te enviarán al manicomio. Este trastorno te permite vivir y desenvolverte, »normalmente»… pero bajo ciertas condiciones que el DSM no te explica. Si bien es sabido que la mayoría de los trastornos de personalidad empiezan a mostrarse a finales de la adolescencia, ningún manual diagnóstico te dice que no importa quien o como seas ni como te veas a ti mismo… en la adolescencia te vas a transformar en el monstruo más hermoso y encantador que hay, quizás no en el más peligroso (los histriónicos son cachorritos al lado de los psicópatas, no lo olviden).

Ninguna parte del DSM habla de esta metamorfosis mental: simplemente eres un chico de 16 años, con pocas habilidades sociales, en pleno proceso de conocerte a ti mismo, descubriendo tus gustos, retraído pero influenciable, viviendo por y para los estudios, disfrutando de pasatiempos simples como la lectura y la jardinería, te vistes con lo primero que consigues en el armario y no tienes ni idea de como peinar tu melena, odias comprar ropa porque sientes que nada te luce, tienes un grupo cerrado e íntimo de amigas y casi nunca expresas tu opinión, mucho menos muestras tus sentimientos…todo eso se desvanece a los 17, así como así, eres una planta en crecimiento, no…una simple hierba, un capullo…y un día, la flor venenosa florece bajo cambios bruscos de humor y estallidos emocionales. Cuando el humo de esa explosión de drama se difumina, puedes ver a la hermosa criatura; el cabello rubio en perfecto lugar, la mirada implacable en alto, con ojos que lo dicen todo y que pueden sostener una mirada por siglos, la boca que invita a pecar, torcida en una sonrisa cargada de sarcasmo listo para ser disparado, la lengua se ha convertido en un arma de destrucción masiva y los dientes se convierten en colmillos que destilan humor negro, y eso es solo el comienzo… Cuando vives con histrionismo simplemente aprendes a hacer todo de nuevo, la cortés educación se convierte en modales refinados, cada movimiento es sublime, ensayado hasta la perfección, la espontaneidad se vuelve elegancia, el andar desgarbado desaparece y el mundo se vuelve tu pasarela, no más tropiezos ni caídas en la cancha del liceo, las risas que antes venían en tu contra se vuelven causadas por los chistes que haces, y la crueldad con la que alguna vez te trataron la rediriges a cualquiera que consideres tu víctima, un comentario tuyo es un misil inexorable, y no acaba ahí… las reuniones a las que quisieras que te invitasen se convierten en salidas al cine con la crema y nata de la adolescencia. Empiezan las innumerables sesiones de compras, adquieres un estilo único, te empapas de conocimiento y ya sabes de moda, tendencias, arte y farándula, los pantalones se ajustan, los zapatos se limpian, el cabello se peina…y el monstruo se cubre de accesorios.

¿las emociones? ¿la vida sentimental? tu corazón se vuelve de plástico… flexible, se estira, se retuerce, se hace impermeable a muchas cosas… pero también se consume y se quema con facilidad.

Ya no tienes miedo de decir lo que piensas, y lo haces… pero con una frialdad y una elocuencia ensayadas mil y una veces. Las muestras de afecto y las expresiones emocionales se vuelven extrañas para ti, y cuando los sentimientos salen a la luz… es una tormenta, un tifón de lágrimas ácidas, un vendaval de alegría, una tormenta de shock, un remolino de dicha… una llamarada de deseo, oh, el deseo, el infinito, implacable, ardiente y demencial deseo, nunca se va, te conviertes en una criatura de deseo, vives por lo que quieres, sean joyas, prestigio, popularidad, gente, carne, ya no importa, todo es lo mismo… y lo que mas deseas es ser deseado, ¿o deseas ser querido? ¿deseas amor verdadero? la verdadera maldición empieza cuando ya no puedes distinguirlos, la línea que separa el encaprichamiento con el amor desaparece, y en esa tierra de nadie sentimental deambularás hasta que consigas algo que llene el vacío que sientes, quieres el deseo de todos, coleccionas corazones, pero eres un mal coleccionista, realmente no aprecias tus adquisiciones, dejas que algunos se pudran entre el polvo del olvido, y juegas a despedazar a otros mordisco a mordisco, incapaz de distinguir entre el impulso y el instinto. Tomas decisiones bañadas en deseo, la carne viene, la carne va…pero el hambre no se aplaca. La vacuidad te consume.

El infierno es un closet lleno de ropa de diseñador… intentas controlarte, juras que cambiarás, tratas de hacer las cosas bien con »la persona indicada»…y repites una y otra vez los mismos errores, te haces daño a ti mismo pero ni un cabello fuera de lugar, los accesorios indicados para cada desastre, el perfume en tu cuello invita a caer en tu juego…te ves en el espejo y contienes las lágrimas, olvidas quien fuiste antes, la criatura te devuelve la mirada y te dice »eres hermoso, eres ingenioso… eres irresistible», tu sin dudar por un segundo le crees, terminas de arreglarte y sales con pasos elegantes, un día más de ser tu mismo, nada puede hacerte daño, tu coraza no solo es dura, es hermosa, todos tienen que ver con la rosa, pero también haces gala de tus espinas.

No importa cuanto te esfuerces, no puedes quitarte la coraza por completo…vives con ella. Lo que alguna vez fue una armadura se ha convertido en una prisión.

Intentas expresarte sin herir a otros, incluso empiezas a decir cosas bonitas sobre los demás, los chistes se vuelven menos crueles y a veces hasta deja de importante si tu peinado está perfecto y dejas que la brisa baile entre tu melena… aprendes a mostrar tus emociones sin estallar ni sentirte débil y expuesto…

y te expones, te expones a conocer gente nueva, intentas salir; »esta vez es el indicado, esta vez funcionará» te dices, te repites en el espejo y la criatura que ya ves como algo casi externo a ti, como una bestia que aunque sea fiera y peligrosa, ha aprendido a bajar la cabeza ante el látigo de tu verdadero ser, se convierte en un consejero, una perspectiva diferente, te devuelve la mirada y te dice »le vas a gustar, eres irresistible»…y no solo le crees, te ilusionas, y…no lo sé, cometes errores, quizás te expones demasiado o muy rápido, tal vez no eras su tipo, tal vez te hiciste muchas expectativas en poco tiempo…pero de igual forma tu corazón de plástico se corroe, y las lágrimas cargadas de ácido caen sobre él…ahí es cuando el hermoso monstruo entra en acción, busca protegerte, quiere consolarte pero en una manera corrupta, empiezas a repudiar falsamente el amor; »no los necesito» te dices, y el ciclo se repite, te vuelves a peinar, y te colocas otra vez los accesorios… tus sentimientos ya no están desnudos.

Y la historia sigue y sigue… tu infierno está decorado y bañado en un falso barniz de glamour.

Lo que realmente te da fuerzas es que no solo has aprendido a vivir con el histrionismo, has logrado controlarte en la mayoría de las situaciones y cada vez tomas mejores decisiones, y eres afortunado…conoces tus propias virtudes y talentos, te rodeas de gente que ve más allá del elegante y dramático monstruo y te quiere porque ese corazón no es todo de plástico…tiene oro, y eso nadie lo puede cambiar. Sí, quizás aun ensayes cada movimiento en tu cabeza, tal vez aun quieras que todos te deseen, lo más probable es que tus emociones cambien con el clima…pero puedes con eso, no estás solo…y sí, quizás seas afortunado de nuevo y conozcas a alguien, alguien que te ame a ti y a tu monstruo, alguien que probablemente también tenga su propio monstruo, porque nadie es perfecto… te vuelves a mirar en el espejo, tardas un poco menos de tiempo peinándote, no es tu mejor look pero te sientes cómodo, le sonríes a la criatura y ella te devuelve la mirada, esa bestia rubia y sexy que cada día te dice: »eres irresistible»… le crees y sales a la calle, con pasos medidos… eres tu, y has aprendido a vivir con histrionismo… puedes con lo que sea.

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