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Mas allá del State of Mind

Las imágenes se entrecruzan con las palabras que categorizan mis recuerdos. Trazas, recorridos, y objetos se unen en una espiral que conforman mi memoria; me paraliza la idea de solo quedarme con eso; el no poder describir de una manera más justa la ciudad que me envuelve y conforma. Siempre me ha maravillado la ciudad; es que las ciudades son continuidades de nuestros pensamientos, son más que edificios apilados con servicios, son un gran acto social, y el mayor invento cultural. Me declaro creyente  que la ciudad te forma como individuo, te transforma si eres foráneo y te muestra su forma de ver el mundo; y poco a poco te recluta, te atrapa influyendo en tu forma de ser, algunas se vuelven tan parte de ti como individuo, que pasas a contar una característica geográfica de una ciudad, como si hablaras de tu naturaleza, así te conviertes en porteño, o ribereño.

Pero cabe mencionar que ante todo y en última instancia la ciudad es un ser Histórico, y sus gestos representan casi la historia psíquica de la cultura que la forma. El hecho  que esta se implante sobre la tierra, la diferenciara completamente de la maquina, no será posible definirla como objeto o instrumento, y será  imposible producirla en serie, su posición con el contexto, la hará única e intransferible.

Algunos intentarán unirla al Arte, la describirán como un objeto artístico, pero el arte posee una voluntad claramente definida, y un artista busca el modo de expresar algo, de contar algo o simplemente representarlo. La ciudad en cambio es muy pocas veces obra de una voluntad previamente definida, y su condicionante histórica le creerá siempre un desfasaje con su época, es sobretodo antigua.

La ciudad – dice el sociólogo norteamericano Robert E. Park – es más que el conjunto de individuos y de conveniencias sociales; más que una serie de calles, edificios, luces, tranvías. La ciudad es más un estado del alma [state of mind], un conjunto de costumbres y tradiciones. Está implicada en el proceso del pueblo que la compone, es un producto de la naturaleza y particularmente de la naturaleza humana. Y es esta  la que rige en gran parte la percepción que desarrollamos, sobre una ciudad, el alma de ella será la relación de sus vínculos; y los intersticios urbanos, lo que nos componga la imagen más entrañable.

Quizás los Arquitectos, no han podido ni podrán plasmar esto en sus planos, fue tarea del arte describir el alma de las ciudades, sus ritmos e intercambios, Italo Calvino nos describió sutilmente en Ciudades invisibles, algunas ciudades utópicas que amplían estos conceptos y que aun siendo inexistentes pueden plasmar un [state of mind], y es así como nos encontramos a Ersilia, en donde, para establecer las relaciones que rigen la vida de la ciudad, los habitantes tienden hilos entre los ángulos de las casas, indicando su tipo de relaciones; o Trude en donde  puedes remontar el vuelo cuando quieras, pero para llegar a otra Trude, igual punto por punto; y el mundo está cubierto por una única Trude que no empieza ni termina, sólo cambia el nombre del aeropuerto.

La música toma protagonismo al relatar a la ciudad por que no solo muestra su alma y su ritmo si no que la define, y tiene la cualidad de situarnos, es un tiempo, un momento único, una generación de sus habitantes; y es así como al pensar en Buenos Aires, la podemos recordar, como la de Gardel, Charly o Cerati.

Y es que la Ciudad siempre será ese misterio que todos queremos descifrar, el cine, la música, la literatura, la fotografía, todos interrogamos a la ciudad como un personaje, la reinventamos y descubrimos, e ingeniosamente la representamos.

El video que acompaña este artículo, es una creativa manera de representarla, la estadística nos da una mano, para lograr intentar plasmar el tiempo, las relaciones, y la trama.

https://vimeo.com/100518034

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