Una institución esta situada en el Upper East Side y la otra en el South Bronx. Vienen de linajes diversos, pero ambas, The Ghetto Film School y el Museo Frick, son centros de administración cultural y son lugares importantes de encuentro para los residentes de las comunidades donde están ubicadas.
No sorprendería a nadie que aun en una cuidad tan navegable como Nueva York se formen grupos selectos, los cuales se distinguen de los demás con marcas atemporales basadas en sus antecedentes culturales, raza, y clase social. En medio de este escenario social parecería improbable que estudiantes de preparatorio en el Bronx puedan estar íntimamente familiarizados con los trabajos de arte que por siglos han sido propiedad, o parte de una colección de las élites culturales. Pero justamente esto es lo que ha sucedido, gracias a una afortunada asociación entre The Ghetto Film School y el Museo Frick que empezó en Febrero de 2015.
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Cuando se abrió al público en 1935 la colección Frick brindó obras tan diversas como las de Goya y Fragonard. El hombre quien se encuentra en el punto de origen de la colección, Mr. Henry Clay Frick, murió en el 1919, antes que su casa (futuro museo) se abriera al público. Pero dejó estipulado en su testamento que la colección y su casa de Nueva York se debían transformar en un museo. La ejecución de este plan fue concretado por su hija, Helen. Helen, su hermano, y su madre, fueron albaceas de la Frick Collection y juntos empezaron las primeras adquisiciones. En el espíritu de servicio publico, Helen estableció una biblioteca de referencia que sirvió como un recurso publico para todos aquellos que tuvieran interés en la historia del arte. Y así se formo un legado que preveía que la colección fuera localizada siempre en un ambiente hogareño, opuesto al tipo de edificio neoclásico y grandioso (como el Metropolitan Museum que en ese entonces estaba abierto a unos minutos en la 5th ave).
Dicho esto, la casa de Mr. Frick y las obras que conserva dentro de sí son grandiosas. Por esta razón el Museo Frick enfrenta un problema que es común a muchos de los centros culturales de Nueva York: asegurar la accesibilidad a un grupo diverso de visitantes, personas quienes muchas veces no logran sentirse cómodas en un espacio tan prístino. Y no todos son así de hermosos como la mansión Frick.
La educación para Museos empezó a ser reconocida como una disciplina formal en los años 70s, y se volvió crucialmente importante para que los museos empezaran a ser considerados como instituciones de servicio al publico. La participación de la comunidad se volvió de suprema importancia para realizar la misión de los museos de proteger y promover el valor de las obras que albergan.
La persona al timón de éste movimiento, Rika Burnham, fue anteriormente la Directora de Educación del museo Metropolitan (1975-2008). Ella es actualmente directora de Educación en el museo Frick. Su libro, “Teaching in the Art Museum: Interpretation as Experience,” en coautoría con Elliot Kai-Kee ha sido utilizado en museos y universidades desde su publicación en 2011 para entrenar a profesionales de museos en el arte de la participación comunitaria. La educación para Museos espera guiar a los líderes del mañana fuera del estudio cerebral y el aislamiento de los departamentos de historia del arte y colocarlos en el espacio del museo.
Declaraciones de la misión del museo como la del Frick, subrayan la responsabilidad de la institución de desarrollar y fomentar las relaciones con sus visitantes. De hecho la misión del Frick dice que el museo es «para proporcionar el acceso, la comprensión y el disfrute de la colección al público a través de exposiciones, publicaciones especiales, la educación, la investigación y los programas públicos del más alto nivel. [Y] para ofrecer una experiencia única y memorable al público visitante, proporcionando una vista atractiva de la vida en la Edad de Oro.”
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Xavier Salomón, conservador principal en el Frick, ha demostrado su dedicación al público a través de una asociación con Ghetto Film School. Cada semana da la bienvenida a un grupo de 20 jóvenes realizadores para que visiten las galerías después del horario de apertura al público. Estar en el Frick con el conservador principal es un privilegio que los neoyorquinos más interesados en la cultura estarían encantados de tener, y para estos estudiantes es una oportunidad que les da una ventaja en el campo creativo.
La asociación entre The Frick y Ghetto Film School ha sido muy benéfica en el logro de sus objetivos: ayudar a los estudiantes de la escuela a hacer películas. Usando las obras del Frick, e inspirados por las conferencias de Xavier Salomón, este grupo de realizadores ha escrito, dirigido, producido y editado un cortometraje titulado «El progreso del amor.»
El guión fue elaborado por Gabby Martínez, de 17 años de edad, quien se inspiró en las pinturas de Jean-Honoré Fragonard que pertenecen a la colección del Frick. El cortometraje ha sido presentado en el New York Times y tuvo su estreno el 10 de Febrero de 2016 en La Alianza Francesa durante un evento para el cual los estudiantes de las GFS, sus familias, los instructores, afiliados del Frick e incluso Bill Cunningham estuvieron presentes. Me senté impaciente, deseosa de ver el trabajo que estos jóvenes estudiantes latinos y afroamericanos habían realizado para la pantalla grande. Cuando terminó la película, un aplauso entusiasta elogió a los realizadores antes que subieran al escenario para hablar de su trabajo. El panel tuvo al Dr. Antonio Sheril, Decano Asociado del Instituto Kanbar de Cine y Televisión, NYU, como moderador.
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Entrevista con Derrick Cameron, Director Artístico del Ghetto Film School
¿Cómo son seleccionados los estudiantes para Ghetto Film School?
Los estudiantes del GFS son seleccionados tras un riguroso proceso de aplicación. Se les pide que respondan a preguntas tales como «Si pudiera hacer una película sobre cualquier personaje de ficción, ¿quién sería y por qué?» y «Si tuviera que hacer una película y desarrollarla en su totalidad en un espacio / lugar, dónde lo haría y por qué?” Los aspirantes participan en una entrevista en persona y realizan una actividad que nos permite evaluar su capacidad creativa y de narración. A partir de este proceso se realiza la selección de 25 becarios.
¿Cuáles son algunas de las dificultades que surgen en la búsqueda de colaboración o patrocinio de los programas de EFP?
Hay una serie de organizaciones y de fundaciones que quieren ayudar a los estudiantes a centrarse en sus debilidades y necesidades, en comparación con sus puntos fuertes. Se hace necesaria la búsqueda de socios y patrocinadores que entiendan el valor educativo y el aprendizaje proactivo de la narración narrativa; los socios con los que trabajamos (Wieden + Kennedy, 21st Century Fox, Criterion Collection, para nombrar unos pocos) comprendieron la importancia de la educación y de la diversidad creativa años antes de que esta se convirtiera en la palabra de moda.
¿Cómo pueden las dos comunidades (patrones de artes / organizaciones vecinales) dar ayuda a iniciativas de diversidad?
Si realmente queremos apoyar las iniciativas que trabajan con temas relativos a la diversidad, debemos focalizarnos en el desarrollo de la juventud antes de que lleguen a la universidad, es decir empezando por su educación secundaria o incluso antes. El acercamiento temprano de jóvenes diversos y en general de cualquier joven, a la creatividad y a las artes les dará un patrimonio que los enriquecerá para el resto de sus vidas.