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Enrique Rondón Nieto
Enrique Rondón Nieto

Maduro: De Villa Rosa a San Félix

A Nicolás Maduro no se le tiene el respeto que merece alguien que ocupa la Presidencia de un país y que, por lo tanto, debería ser un líder. Al líder se le respeta, admira y teme. Eso dice el librito.

Maduro no tiene ninguno de esos atributos. Difícil respetar a alguien que baila salsa mientras el país se cae. Que buscando ser gracioso se autodenomina “mariposón” en una de sus improvisadas cadenas de radio y televisión.

Esa devaluación en la imagen que debería tener como Primer Mandatario se ha hecho evidente en dos oportunidades. La primera fue la noche del viernes 1° de septiembre del año pasado en el sector Villa Rosa, municipio García, estado Nueva Esparta.

Según el programa oficial, Maduro inauguraría unas viviendas. En realidad, las casas fueron construidas durante el gobierno de Jaime Lusinchi y en esta oportunidad, la Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor les hizo algunas reparaciones y las pintó.

Cuando la caravana presidencial se retiraba, los vecinos sonaron cacerolas. Maduro se bajó de la camioneta que lo trasladaba y más de uno lo enfrentó. Hubo forcejeo cuando los agentes de seguridad intervinieron para retirar a quienes lo increpaban.

Detalles de lo ocurrido se pudieron ver en un video que subieron en la página web Reporte Confidencial, dirigida por el abogado Braulio Jatar Alonso. Por tal osadía Jatar Alonso está detenido aunque la versión oficial afirma que la privación de libertad es por “Legitimación de Capitales”. De esa forma le dieron en la cabeza a un medio digital de la oposición.

A los ocho meses de la protesta en Villa Rosa, ocurre algo similar en San Félix, estado Bolívar. El martes 11 de abril transmitían por cadena de radio y televisión la inauguración de una plaza y cuando se retiraba la caravana presidencial recibieron una lluvia de objetos. Unos dicen que huevos, otros que fueron tomates y unos terceros aseguran que eran mangos. La transmisión por televisión fue suspendida abruptamente aunque en los últimos segundos se puede apreciar cuando los hombres de seguridad buscan proteger a Maduro y los efectivos de la Guardia Nacional totalmente desorientados.

Este hecho tuvo varias lecturas. La periodista local Clavel Rangel, reportera del diario Correo del Caroní, recordó que San Félix “era, hasta hace cinco años, el bastión duro del chavismo. Siempre la usó el chavismo como maquinaria electoral y jamás le retribuyeron”.

Para Aristóbulo Istúriz, ministro para las Comunas, lo ocurrido en San Félix, fue una «manifestación de amor» del pueblo con el mandatario.

Recuerda que “la gente violentó el cerco de Casa Militar, me pasaron por encima, a Maduro le daban de todo, yo agarré una pelota de béisbol (…) donde venía escrito un mensaje (…) un mango, un tomate, la gente busca cualquier medio para llegarle al Presidente”. Destacó que la gente se acercó a Maduro «como una avalancha» pero reiteró que fue una «cosa de amor» y que el mandatario se sentía como si estuviese en campaña electoral.

La ministra para Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, no tuvo la misma percepción de Isturiz. Ella, con su particular lenguaje en el que no faltan los insultos, responsabilizó a Henrique Capriles de lo ocurrido en San Félix. Ambos ministros no tuvieron igual percepción de los hechos o uno de ellos miente.

Para Henrique Capriles lo ocurrido fue una muestra de “rechazo” hacia el gobierno central. Igual interpretación tuvo Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional. La lectura de Freddy Guevara, vicepresidente de la AN, es que “el pueblo perdió el miedo” e invitó a los chavistas a ver el video de lo ocurrido.

Con el título Maduro, fuera de la realidad, el influyente diario español El País, se refirió al caso. Para El País, la protesta de San Félix revela el “grado de descomposición al que está llegando Venezuela”. Considera que “el Gobierno pierde apoyos entre sus bases y no controla a los grupos armados chavistas”.

Uno de esos apoyos perdidos es Javier Antonio Vivas Santana, quien desde el portal aporrea.org tituló un artículo con la siguiente disyuntiva: “Maduro debe renunciar o el país se llenará de sangre”. Afirma que “Venezuela está herida de muerte mientras Nicolás Maduro siga en el poder”.

Villa Rosa, en el oriente de Venezuela y San Félix en el sur, son ejemplos de que un importante sector del pueblo no le teme a las posibles represalias por demostrar su rechazo Maduro y lo que él representa. ¿Hasta dónde estarán dispuestos los militares a reprimir, si esas muestras se hacen masivas?


Referencias:

http://elpais.com/elpais/2017/04/15/opinion/1492282318_033728.html

https://www.aporrea.org/ddhh/a244074.html

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