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Enrique Rondón Nieto
viceversa

Maduro quiere salir en hombros de la OEA

Varios indicios hacen suponer que Nicolás Maduro intentará repetir lo que hizo Fidel Castro en la OEA en los años 60. Al estilo de los grandes toreros, haría varios pases de pecho y entraría a matar buscando salir en hombros por la puerta grande.

Ya ha tratado de lucirse con la muleta insultando al secretario general de la Organización. Pero Luis Almagro no tiene los pitones afeitados ni ha recibido maltratos en los corrales. Por eso embiste como un miura de 500 kilos.

Maduro tiene su cuadrilla que prepara el terreno. Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha hecho algunos desplantes afirmando que la OEA le haría “un gran favor” si deciden suspender a Venezuela. Según Cabello “la OEA es algo que debió haber desaparecido hace muchos años”. Pero está ahí; no ha llegado aguacilillo que le dé la estocada.

En auxilio de Cabello entró Freddy Bernal, quien parece saber de lo profano y lo divino: Mientras la OEA responda a intereses “coloniales” de Estados Unidos, a Venezuela no le sirve estar allí, afirmó Bernal al ser entrevistado en Televen el 2 de abril.

En la sesión extraordinaria de la OEA de finales de marzo, Venezuela no quedó muy aporreada, por eso algunos observadores expresaron sorpresa ante la decisión de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que daba súper poderes a Maduro y dejaba en la arena a la Asamblea Nacional.

Para Eduardo Posada Carbó (El Tiempo) esas decisiones -aunque luego intentaron remendar el capote- fue como un intento del gobierno de “poner a prueba los niveles de tolerancia internacional”. (1)

Gustavo Azócar Alcalá fue más allá. Para él, Maduro está siguiendo un guión escrito por “asesores cubanos, españoles, brasileños, rusos y hasta sirios”. Según este guión, “hay que abandonar la Organización de Estados Americanos antes que la OEA apruebe la aplicación de la Carta Democrática Interamericana”.

Maduro parece estar siguiendo el guión. El pasado lunes 10 de abril, mientras en Venezuela continuaban las protestas y la represión, el Presidente descalificaba a la OEA en La Habana en un encuentro del ALBA, la alianza de países que Hugo Chávez propuso como contraparte de la Organización.

En ese encuentro, Maduro afirmó que la historia de la OEA está marcada por «el dolor, la muerte y la sangre de invasiones y golpes de Estado». Parece olvidar que el 4 de febrero de 1992 Hugo Chávez intentó un golpe de Estado contra un presidente constitucionalmente electo y en ese intento no estaba involucrada la OEA.

Semana Santa no fue el congelador de las protestas como esperaba el gobierno. A pesar de las banderillas en forma de bombas lacrimógenas y los picadores vestidos de guardias nacionales y colectivos, el miura de la protesta no bajó la cabeza. Sigue envistiendo. A Maduro no le queda bien el traje de luces y difícilmente saldrá en hombros por la puerta grande de la historia.


Referencias:

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/eduardo-posada-carbo/cronica…

http://informe21.com/blog/gustavo-azocar-alcala/expulsar-a-venezuela-de-la-oea

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