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Luis Chataing
Flavia Romani, ViceVersa Magazine

Luis Chataing: “Todo en la vida he intentado hacerlo diferente”

La voz de Luis Chataing tocó la punta de la primera antena radial que la transmitió hace más de dos décadas. Es decir, en Venezuela existe una generación para la cual Ni Tan Tarde, El Monstruo de la Mañana o Si lo pienso no lo digo no son meros productos comunicacionales sino claves de su crecimiento frente a una radio o un televisor. En un país adicto al carisma, Chataing consiguió tener un millón de seguidores en Twitter mucho antes que Hugo Chávez y con alegría se lo hizo saber. Su voz acompaña desde muy temprano y durante tres horas a no miles, sino millones de venezolanos que encuentran empatía en sus reflexiones y parodias. Una de ellas, genial, burlando con cartulinas de colores un supuesto plan de magnicidio, detonó la salida de su más reciente programa de TV, junto a un talentoso equipo de jóvenes humoristas que lo acompañaba. No importó. Los escenarios y el cariño de la gente son suyos. Emprendió desde entonces unas giras maratónicas que lo llevan a varias ciudades dentro y fuera del país por semana, presentando sus monólogos. El más reciente de de ellos, lo trajo a Nueva York, donde tuvimos el gusto de conversar en un café del East Village donde por cierto (acabo de reparar) ninguno pidió nada durante el buen rato que estuvimos hablando.

Este jueves 27 de octubre, Chataing estará presentando Todo Gira en SOB´s de Nueva York. El show reúne rutinas de los últimos 6 años e incorpora materiales nuevos. Con esa inquietud constante que lo caracteriza, estará compartiendo con el público de la gran manzana el talento que su voz y escena inconfudible nos permite reconocer. Todo Gira contará, entre otras sorpresas, con una antesala musical a cargo del virtuoso cuatrista Jorge Glem, ganador del Latin Grammy y miembro de la agrupación C4 Trío. Puedes comprar los tickets aquí.

Luis Chataing
Photo Credits: Flavia Romani, ViceVersa Magazine

 

Una similitud que encuentro en el trabajo de Pedro León Zapata y el tuyo es el de la diaria reflexión. En un momento determinado te veían en la televisión de noche y te escuchaban tres horas en la mañana en radio. ¿Cómo asimilas la retrospección natural que debes tener? ¿Cómo se alimenta quien le da una lectura distinta a la realidad todos los días?

Mira, Jerry Seinfeld dice que para sacar cinco minutos de comedia sólida, que funcione, necesita por lo menos tres meses de presentaciones. Cuando yo escuché ese comentario casi me da un infarto, porque yo estoy obligado a producir comedia que funcione cada veinticuatro horas. Cada día tengo un show en radio que debe ser nuevo y distinto. El requerimiento y el estrés que eso produce es muy grande, pero tengo veintitrés años haciendo esto y creo que mi cerebro está condicionado para esa actividad. En la medida en que va transcurriendo el día, obligatoriamente estoy descomponiendo las cosas que van pasando en mi cabeza y las estoy tratando de recomponer en forma de humor. Precisamente como Zapata, y gracias por la comparación, pero creo que no la merezco, se trata de esa manera en que buscamos atraer a la gente a sus problemas… sentarlos a meditar, reflexionar, sin que se den cuenta. Eso se logra a través de un comentario de humor o a través del trazo de un caricaturista. Para mí esto es una labor tremendamente noble porque es un ejercicio de supervivencia personal y colectivo. Uno sirve a través de su trabajo e intenta primero entretener, ser una razón de felicidad para la gente que lo escucha y luego, también ser un motivador de superación.

 

Me preocupa que viviendo el país una situación tan difícil, llegue el día en que cueste alzar la voz en clave irónica, ¿Es posible que la crisis le gane al humor?

Eso no va a pasar. Te puedo decir que obviamente uno es ciudadano, antes que ser cualquier clase de profesional, ingeniero, médico o arquitecto. Uno sufre el embate y el peso de las noticias y de la realidad que afecta a su propio entorno. ¿Qué te quiero decir con esto? que el desgaste anímico está ahí presente. En mi caso, la obligación como conductor de un programa de tres horas que escucha el país entero y muchos venezolanos fuera del país es superar mis dificultades personales para estar al servicio de los demás. Eso me obliga a ponerme del lado de la creatividad, a mantener el ejercicio de mis neuronas en favor de no perder la energía que requiere la gente que me escucha. Ahora bien, los últimos tiempos han sido tan difíciles, que he balanceado la porción de humor con la de análisis y de opinión, con la seriedad que ameritan los tiempos.

 

Luis Chataing
Photo Credits: Flavia Romani, ViceVersa Magazine

 

Con dos décadas en radio, no te debe extrañar que tu estilo sea para muchísimos comunicadores no solo un referente, sino una escuela. Muchísimas voces en radio quieren hablar con tu tono, expresiones y distención. Precisamente quisiera saber, en sentido inverso, quienes fueron tus referentes, a quién te querías parecer cuando empezaste.

He intentado hacerlo todo en la vida de manera diferente. Veo que hay demasiada gente haciendo cosas que se parecen. Al momento en que yo decidí hacer radio, apagué a la propia radio para no escucharla más y así no parecerme a nadie que estuviera sonando ahí. Es fácil caer inconscientemente en la imitación. Mis referencias profesionales siempre fueron David Letterman, por la manera en que rompió los esquemas de la televisión, Friends y Seinfeld. Lo fueron por la forma en que innovaron y tocaron el cielo en el género del sitcom. Desde luego, Renny Ottolina porque fue un hombre que supo querer a su país más allá de la farándula, el show o el espectáculo, al punto de que la vida lo llevó a ser candidato presidencial.

 

¿Supongo que otro renovador, el propio Elí Bravo?

El propio Elí Bravo fue una referencia… Elí fue alguien que con su tono de voz, que no era precisamente esa voz referencial para identificar emisoras ni hacer comerciales, supo mostrarnos una radio participativa, que era algo a lo que no estábamos acostumbrados los venezolanos. Le dio un matiz distinto a la radio juvenil. Todo eso que te estoy mencionando me dio a entender a mí que era una persona mucho más visual. Siempre fue la televisión lo que me atrapó con mayor ilusión.

 

Luis, ¿Cómo empezaste a hacer del humor tu propio lenguaje? ¿Siempre te sentiste humorista?

Hoy en día sí, al principio no. Mi paso por el humor creo que se produce a medida que el humor resulta de un ejercicio creativo. A mí me llama poderosamente la atención cómo una persona puede llegar a hacer una línea o un comentario de humor. O sea, cuál es el proceso que lo lleva a tomar una situación y cómo logra sorpresivamente caer en una línea que resulta inusual o sorpresiva. El humor es mostrar una visión distinta de algo que tú también estás viendo.

 

Luis Chataing
Photo Credits: Flavia Romani, ViceVersa Magazine

 

De tus muchísimas entrevistas, recuerdo en especial un par que disfruté mucho: la de Charly García y la del ex candidato presidencial Henrique Capriles Radonski. Pensando en la de éste último, amén del diálogo y el entendimiento que urge en Venezuela, ¿Cómo ha sido gozar ese blindaje que te permite saber que delante de ti alguien habla más cómodo porque se puede despojar de solemnidades? ¿El humor es una licencia?

Bueno, eso va en la onda de no hacer más de lo mismo. De ir en algunas ocasiones a contra corriente. Es un privilegio tener la oportunidad de hacerle una entrevista a un político, logrando presentarlo frente a una audiencia que en un formato tradicional jamás se hubiera detenido a escucharlo. Fíjate, todos los candidatos aquí en los Estados Unidos, pasan por los programas más desquiciados con tal de llegarle a audiencias que puedan significar nuevas oportunidades de voto. Yo creo que uno debe sentir la incomodidad de ser otro más. En el momento en que te sientes como uno más, debes sentir una incomodidad natural que te obligue a salir de ahí.

 

Desde hace un tiempo y con la desconfianza latente en muchos líderes políticos, la gente ha ido depositando cierta autoridad en otros espacios. Una posición como la tuya invita a asumir la responsabilidad de un rol. En Venezuela hay millones de personas que sintonizan la radio para “saber qué dirá Chataing sobre esto o aquello” ¿Cómo te sientes frente a esa circunstancia?

Bueno es un compromiso muy grande. Creo que es un premio que el país me da luego de tanto tiempo escuchándome y conociéndonos a través de la radio y la televisión. Yo asumo ese liderazgo, como un aporte necesario desde mi tribuna, en un momento en el que probablemente los políticos no están, lamentablemente, saciando las necesidades de orientación que pueda tener la ciudadanía. Entonces, sin pretender ser un político, aunque no descartando esa vía, porque la vida da muchas vueltas y uno nunca debe decir de esas aguas no beberé, me alegra mucho que la gente me tenga la confianza y tenga yo la credibilidad, para poder acompañarlos a diario en los primeros veinte minutos del programa haciendo unos editoriales que por lo menos, puedan brindar algún tipo de respiro… en el fondo se convierten en una invitación a no quedarnos callados. Cuando vivimos situaciones como las que estamos atravesando en Venezuela, la autocensura es el peor de los males y del miedo ni se hable. Yo quiero morir parado en esta historia y dejar por lo menos ese ejemplo para las generaciones que están por venir.

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