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Los venezolanos somos los nuevos chinos

México DF. – Venezolanos hay en todo el mundo. En cada ciudad, en cada país, en cualquier esquina se puede escuchar el acento criollo que emite una voz llena de nostalgia de alguien que se aventuró al exilio. De personas empezando desde cero, en una cultura ajena para que en unos años puedan hacerla propia.

Esta fuerte tendencia de migración está desmechando la bandera tricolor por todo el globo terráqueo. Incluso, si no es posible la salida de Venezuela, por lo menos en la mayoría de los venezolanos existe esa aspiración de escapar del gobierno chavista. Sólo unos pocos quieren quedarse en su país, aunque ya sea una Venezuela irreconocible.

Se lee en textos poéticos como los de Golca Rojas (2015) “Venezuela queda en países que no son el suyo”. Las dolorosas despedidas que separan a amigos y familiares han ido incrementando, pero fue en el 2014 cuando comenzó el verdadero boom. El golpe más fuerte para que esto se diera fue a partir de las protestas de los estudiantes iniciadas en febrero del 2014, que fueron indiscutiblemente reprimidas por el gobierno de Maduro.

La migración es un fenómeno que se lleva viendo por lo menos 15 años y que gradualmente ha ido creciendo hasta llegar a la cifra de 1,5 millones de venezolanos registrados fuera de sus tierra natales, según El Impulso (2015). Se ve la gravedad del asunto tomando en cuenta que Venezuela es un país que cuenta con un número demográfico bajo de 30,851,343 habitantes (2015), en comparación con otros países.   Incluso el sociólogo Iván de la Vega de la Universidad Central de Venezuela estima que estos viajeros permanentes residen en más de 95 países del mundo. (2015)

 

ESTUDIOS LISIADOS

Los jóvenes venezolanos, especialmente los recién graduados, miran nuevas fronteras. Sus planes de vida ya no incluyen a Venezuela, esta ya se ha quedado atrás junto a la democracia olvidada que antes soñaban. Estudiar en un país donde existe la alta probabilidad de que su casa de estudios se declare en paro y cierre o simplemente, donde entren paramilitares a atacar a los mismos estudiantes opositores, no es una opción muy atractiva para los jóvenes.

Por ejemplo, actualmente la Universidad pública Simón Bolívar, se encuentra en paro indefinido. Se habla de un cierre completo de la Universidad, pero esto es tan solo un fuerte rumor. Ya se ven oleadas de estudiantes de la misma en el nerviosismo de sacar todos sus papeles y mudarse a otra Universidad de la misma ciudad o incluso, de otro país.

En otros casos se puede ver como las Universidades, en su interior, han sido atacadas vilmente en su estructura y contra los estudiantes con tubos, piedras, armas filosas. En la misma Universidad Central, en el 2014, paramilitares desnudaron a algunos estudiantes de arquitectura y los golpearon simplemente por no estar de acuerdo con el régimen. Son episodios sangrientos leves, si no mencionamos los homicidios que han ocurrido dentro de la misma.

Ocurren casos como en el 2014, donde la rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia García Arocha, se vio obligada a suspender las actividades escolares por los brutales ataques a los estudiantes. Anunció a través de Twitter: «En mi condición de Rectora cumpliendo con mis competencias establecidas en la ley con base al brutal ataque que recibieron los estudiantes de Arquitectura quienes con todo derecho realizan una asamblea procedo a SUSPENDER TODAS la actividades.»

Además de la inseguridad dentro de las mismas Universidades, un estudiante de derecho o de medicina al graduarse tiene que quedarse en el país ejerciendo su carrera. Es por eso que muchos han decidido comenzar de una vez en otro país, donde sí pueden tener más oportunidades de trabajo.

En un estudio publicado recientemente (2015) se ve reflejado que “visto por el rango de edades, la opción de salir del país está más presente entre los jóvenes: 36,4% de las personas de 18 años de edad a 24 años de edad se iría, mientras que 25,5% de las que tienen entre 25 y 44 años de edad expresó la misma intención.

 

FUGA DE TALENTOS

La mayoría de los venezolanos que han migrado son profesionales con un gran potencial y este se está perdiendo para la mejoría de la situación de Venezuela.

Los profesionales se van por múltiples razones ya sea inseguridad, escasez de productos, intolerancia, economía desfigurada. Especialmente el tema de la economía es primordial para un talento, ya que Venezuela hoy se encuentra entre los primeros países con peores salarios, víctimas de la hiperinflación que se vive día a día. En este momento (porque en unas horas continuará devaluándose) el sueldo mínimo es de 9 dólares al mes, imposibilitando así la supervivencia de los profesionales en Venezuela.

Según una serie de estudios, el 48% de los emigrantes venezolanos son profesionales altamente cualificados. Estas personas son las más indicadas para el progreso del país y como este no les está proporcionando una calidad de vida y las oportunidades para desarrollarse, se van a prestar sus conocimientos y talentos a otro país que sí los deje progresar como profesionales e intelectuales.

A esto le llaman el peligro al conocimiento, ya que la pérdida de estos talentos tendrá un fuerte impacto en Venezuela en los próximos 15 años. Según el investigador De la Vega (2015), “para formar un profesional hacen falta 20 años, mientras que para un investigador no menos de 30 años, lo que significa una fuente de inversión de largos períodos que al final se traduce en una gran pérdida para el país en cuanto a la relación de tiempo – inversión cuando las personas deciden irse”.

 

PAÍSES MÁS POPULARES

Como se podría esperar, luego de varias encuestas realizadas se dejó saber el resultado: la mayoría de los emigrantes desean irse a Estados Unidos (24,5%). Otras opciones que generan fuertes tendencias son también Colombia, Panamá, Australia, España, México y Argentina.

La mayoría de los Venezolanos se encuentra en Miami. Cuando se pisan tierras de la Florida se escucha su acento por todos lados. El Doral, una zona muy conocida en Florida, es prácticamente de una mayoría venezolana, más que de estadounidenses.

Por ejemplo, estudios hechos permitieron conocer que en Argentina ya residen 15 mil venezolanos. En el 2014, en promedio, 10 venezolanos llegaron por día a Buenos Aires. 8,342 tienen residencia temporaria (de dos años) y 4,781 residencia permanente. El resto todavía está en el aire, esperando a ver qué sucederá con su caso.

En México, por ejemplo, se registra una buena cantidad de venezolanos que ya residen en el país. Según Machaén (2015) “son más de 5 mil venezolanos los que residen en el Distrito Federal. En 2007 arribaron 263 en calidad de residentes; en 2010 fueron 164 y el año siguiente 1283.”

Este fenómeno ha ido creciendo y varía según los países más populares. No hay una cifra definida en estos momentos que indique cuántos venezolanos viven en estos países por el fuerte movimiento masivo en un período de tiempo tan corto, pero en lo que si se está seguro es que hay muchos más de lo que imaginamos.

 

EXILIO FRONTERIZO FORZADO 

Otro tipo de exilio que se ha estado viviendo en Venezuela es el forzado por problemas fronterizos. Esto ocurre después de la declaración de Maduro que indica que la frontera con Colombia está haciendo graves daños a la economía de Venezuela por la venta de petróleo con precios subsidiados y el movimiento de la FARC, el narcotráfico y los paramilitares.

A partir de su declaración en cadena nacional, cerraron la frontera de manera indefinida y en menos de una semana se expulsaron a más de 1000 colombianos acusándolos de paramilitares, sin realmente saber si eran o no parte de este movimiento. La deportación masiva, que todavía está en marcha, también impulsó a que muchos venezolanos, hijos de colombianos que vivían hace años en Venezuela, cruzaran la frontera para juntarse con su familia que fue sacada a la fuerza. Es así como, casi en un abrir y cerrar de ojos, muchos habitantes viven el exilio forzado por conflictos fronterizos.

«La organización humanitaria Acción contra el Hambre cifró en 24.292 los colombianos afectados desde agosto pasado por la crisis fronteriza con Venezuela, de los que 1.950 son deportados y 22.342 personas forzadas a regresar a su país» publica El Diario de Las Americas (2015), luego de investigar el caso fronterizo Colombia – Venezuela. Realmente no existe una cifra oficial de deportados publicada por el gobierno, ya que esta no jugaría a su favor, pero si se hace el estudio de casos de deportación, además de las migraciones voluntarias, entonces la cifra iría más allá de lo que imaginamos.

 

ASPIRACIÓN DE LA MAYORÍA

Venezuela es el segundo país más alto en la tasa de homicidios (82 por cada 100 mil habitantes, según el Observatorio de Violencia en Venezuela en el 2014) y el primero en la lista de inflación a nivel mundial. Hoy un pote de Nutella cuesta 3 salarios del mes y para conseguirlo, tienes que hacer una cola de 3 horas el día que te corresponde ir al Supermercado. Las medicinas son casi imposibles de conseguir, los hospitales están desabastecidos y en terribles condiciones. Las Universidades están en decadencia, las calles vacías llenas de miedo, los medios silencian la realidad y la calidad de vida se vuelve una sobrevivencia.

Claramente, Venezuela no es la opción ideal donde vivir. En estos momentos críticos, la mayoría de los venezolanos tiene como meta de vida irse de Venezuela. Muchos pueden, pero la mayoría no tiene la oportunidad de escapar. Irse, es un tema de conversación que se ve muy marcado en el día a día de la pequeña Venecia.

El mismo estudio hecho por el sociólogo De la Vega de la UVC (2015) indica que el 27,8% del área capital menciona como razón principal de su exilio la inseguridad; 23,5% del centro señala la escasez de comida y medicinas; 20% de los Llanos dice que no hay futuro en el país y 29,8% de los Andes se iría sólo por estudiar.

 

FUTURO CRIOLLO TURBIO

Venezuela se está distribuyendo por todo el mundo, separando familias y amigos a kilómetros de distancia. Se siente una fuerte nostalgia de lo que pudo haber sido, de los hubiera, del arrepentimiento social de los errores cometidos. Se siente que se está perdiendo su cultura, su identidad, sus tradiciones. Venezuela ya no queda en Venezuela, queda por todos lados.

Lo preocupante de la migración masiva de venezolanos es que la mayoría pareciera no tener la intención de regresar, puesto que la esperanza que tienen con respecto a la mejoría de su país natal es casi inexistente. Ven a una Venezuela libre y desarrollada como un plan de muy largo plazo, tomando como ejemplo la dictadura de Cuba que lleva más de 50 años con el mismo sistema represivo.

Entonces habrá que preguntarse ¿qué quedará de Venezuela?, ¿cómo quedará afectada en unos años? Dejamos para la reflexión entonces, parte del poema de Golca Rojas (2015) cuando se pregunta dónde queda realmente Venezuela:

“Venezuela hoy es un país desperdigado por el mundo.

Donde esté radicado el talento, la inteligencia y el trabajo de los venezolanos que se han ido,

ahí queda Venezuela.”


Referencias 

OVV (2014) Venezuela termina el año 2014 como el segundo país con más homicidios en el mundo. Obtenida el 10 de octubre de 2015 en http://bit.ly/1G8isOj

Rojas, G (2015) ¿Dónde queda Venezuela? Obtenida el 12 de octubre de 2015 en http://bit.ly/1LDHlzk

Rodríguez, C (2014) Migración Venezolana de profesionales amenaza el desarrollo. Obtenida el 12 de octubre de 2015 en http://bit.ly/1lNdPul

Machaen, R (2015) Venezolanos aprenden a decir órale. Obtenida el 12 de octubre de 2015 en http://bit.ly/1jij7mf

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