Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Julio Portillo
Julio Portillo - ViceVersa Magazine

Los separatismos

Con lo ocurrido en la Cataluña de España, se admite que los separatismos están de capa caída. No han prosperado en las dos últimas décadas ni en Quebec, Canadá, ni en Escocia en el Reino Unido de la Gran Bretaña, a pesar de haber sido sometidos a referéndum, ni han prendido en Santa Cruz, Bolivia, en Puerto Rico, ni en las provincias vascas de España.

El independentismo catalán tiene una larga historia en el siglo XX. Se inició en 1922 y en 1928 tuvo una Asamblea Constituyente en La Habana. Actualmente no termina de tenerlas todas consigo. La Unión Europea se opone a ello. Ya sin concretarse ha tenido graves consecuencias, emigran empresas, algunos bancos amenazan con retirarse.

El mundo conoce en materia de anexiones, divisiones como consecuencias de guerras y separatismos, lo ocurrido en Panamá que pertenecía a Colombia en 1903; la formación de la Unión Soviética que comenzó en 1922 con la imposición de Rusia sobre sus vecinos; el caso de Japón que se anexó la provincia china de Manchukuo en 1932 y provocó la reacción de Estados Unidos con la Doctrina Stimson; la división de Alemania al perder al segunda guerra mundial; la formación de las dos Chinas, la comunista y la nacionalista entre 1946 y 1949; lo ocurrido con las dos Corea en 1950; la guerra del golfo pérsico en 1990 con la anexión de Kuwait por Irak; el desmembramiento de Yugoslavia y el nacimiento de las nuevas repúblicas de Eslovenia, Croacia, Montenegro, Serbia, Macedonia, Bosnia Herzegovina, desde en el año 2006.

Lo que produce los separatismos no es solamente la conservación de los valores nacionales de algunas provincias en el mundo, lo impulsa el asfixiante centralismo, la improductividad de países venidos a menos por regímenes autoritarios, la soberanía fiscal donde provincias que aportan mucho dinero   reciben muy poco, el cepo al que están sometidas provincias con ánimo de progreso.

En Venezuela ha sido el Zulia el que en varias ocasiones intentó separarse en el siglo XIX, formando la República Soberana del Zulia unida con el Táchira. Su posición geográfica animó incluso al norte de Santander de Colombia, a proponer el nacimiento de otro Estado. En 1929 empresas petroleras trasnacionales estaban interesadas en la creación de un nuevo país llamado República del Zulia que abarcaba incluso hasta Cartagena, Barranquilla, Santa Marta y Rio de Hacha. Líderes de esta intención fueron en el siglo XIX Venancio Pulgar y Jorge Sutherland que construyeron y amueblaron el Palacio de las Águilas.

Y todo tiene su origen porque esta región declaró su propia independencia en 1821, constituyéndose en la República Independiente y Democrática de Maracaibo, que como tal se integró a la República de Colombia creada por Bolívar.

Razones geopolíticas en un mundo globalizado no aconsejan por ahora los separatismos, los gobiernos nacionales deben profundizar un verdadero federalismo y apoyar la autonomía como modo de acelerar el desarrollo de regiones estancadas.

Hey you,
¿nos brindas un café?