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Los Niños no son moneda de cambio

¡Cuántos intereses económicos y políticos genera la educación! Cada sexenio en México, en lugar de avanzar, retrocede. El presidente López Obrador no se cansa de presumir que cancelará la reforma educativa, pareciera no interesarle rescatar nada del trabajo que se llevó a cabo hasta el momento. Su compromiso es con el sindicato de maestros. Quizás necesite cumplir con algún pacto hecho con el CNTE en cambio de votos. La reforma educativa daba señales que iba caminando para mejorar el sistema de educación básica. El sistema escolar va del ensayo al error, a nadie importan las pérdidas de tiempo y dinero. La Secretaría de educación tiene una carga burocrática muy pesada y no les permiten actuar de manera independiente. Depende de intereses de partido y del sindicato que pareciera secuestrado por líderes que lo han saqueado. La historia de Elba Esther Gordillo es un ejemplo que genera muchas dudas. El ex presidente Peña Nieto la tuvo retenida, algunos de sus bienes estuvieron en resguardo. Se quejaba de que estaba enferma y logró que le concedieran privilegios y la dejaran libre. Ahora resurgió como el ave Fénix, rozagante, lista para tomar de nuevo el control.

Con indignación vemos los privilegios que le concedieron, hasta le regresaron los bienes incautados. Pareciera que el sindicato controlara hasta al presidente, mientras el sistema de justicia otorga tantos privilegios a los maestros revoltosos. Aún siendo flagrante la violación de las leyes. Tomaron por un mes las vías del tren, ocasionando pérdidas cuantiosas a muchas empresas, se apoderaron de las carreteras y hasta exigieron cuotas, destruyeron monumentos y no hay detenidos. El presidente presumió que los liberarían así todos los delitos quedarán impunes.

En teoría se supone que los maestros son modelos de buenas conductas, pero, ¿qué pueden aprender los jóvenes de estos irreverentes?. No hay legitimidad en el gobierno si hasta el presidente cree poder violar la constitución y acomodarla a su conveniencia. Sería mejor que el Gobierno, diera el dinero a las familias, así como lo hizo con las estancias infantiles. A quienes tienen hijos en primaria y secundaria, les depositen en una cuenta para que ellos elijan una escuela privada. De esta manera le ahorrarían al erario millones de pesos en burocracia y las escuelas privadas se harían más competitivas. Mientras el gobierno siga utilizando la educación como moneda de cambio no se puede avanzar en preparar a los jóvenes para los retos que van a enfrentar, en este mundo de transformaciones y de incertidumbres. Tenemos que enseñarles a sobrevivir a los retos de los años a venir. ¿Qué habilidades necesitarán para trabajar? ¿Qué van a comer, si todos están frente a un ordenador? ¿Cómo van a sobrevivir a los efectos del calentamiento? La tecnología ha permitido modificar cuerpos, cerebros y automatizar las empresas, pero, pocos se están preguntado en qué van a trabajar los jóvenes, cómo enfrentarán los problemas de la naturaleza, por ejemplo la desaparición de muchas especies, entre ellas las abejas.

No estamos seguros de nada, la sociedad se ha deshumanizado. La educación tradicional se enfocó en el aprendizaje de memoria, pero, qué paradoja, en la actualidad estamos inundados de información y de mucha desinformación que distraen de lo más importante. Sabemos lo difícil que es discernir lo real de lo falso, es el nuevo poder que atrapa a las masas. Tengamos presente que los gobiernos, las sectas y los empresarios sin escrúpulos saben como ideologizar a las masas. Siendo realistas, el tiempo de experimentar se acabó, las decisiones que tomemos en las próximas décadas moldearán el futuro y no sabemos cómo viene. Conviene enseñar lo que dicen los pedagogos expertos. Las cuatro C: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad. No está de más para no robotizarnos, enfocarnos en la empatía y la compasión.

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