Somos los niños en el parque
Que compran cigarrillos, pero no usan fuego
Somos los niños que con las rodillas llenas de sangre
Y la punta de la nariz manchada de cielo
Llevan zapatillas hechas de verano
Y saltan en los charcos con una mirada de recelo.
Somos los niños que no agitaron sus sonajeros de hierro,
Los que una tarde de invierno juegan a las cartas en el cementerio.
Somos los niños que todavía dan palmas cuando escuchan una pandereta
En una sobremesa de domingo ebria.
Somos los niños de las fotografías sin vergüenza
Que arrancan el papel de las paredes
Y con el pintalabios de su madre dibujan castillos sin puentes.
Somos los niños que se pierden en el adulto que llevan dentro
Y juegan a la guerra de papá frente al espejo.
Somos los niños en el parque,
Que sin columpios ni toboganes, siguen jugando al escondite
Cuando no les busca nadie.
Lucía Gris.