Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
patricia lara

Los militares colombianos no quieren más guerra

“Después de que el Estado llegó al jefe de las Farc (Alfonso Cano) y lo neutralizó, y yo era director de la Policía(…), la pregunta que me hice es: la sociedad colombiana(…) ¿a quién me va a exigir ahora que yo siga persiguiendo? ¿Me va a exigir que neutralice hasta el último de los guerrilleros? ¿O llegó la hora de que el Estado obre con magnanimidad y diga: aquí estoy, entendámonos en una mesa para poner fin al conflicto?”, afirmó el general Naranjo en la brillante entrevista que le dio a Darío Arizmendi.

Sí, ¿cuántos colombianos más les vamos a pedir a los militares que maten?

Es que, por más de que sea en defensa de las instituciones, matar tiene que ser muy duro, sobre todo si se tiene un alma noble…

“En la guerra tú matas o te matan”, me decía Jaime Bateman, jefe del M-19, en la entrevista que le hice para mi libro Siembra Vientos y Recogerás Tempestades.

Por eso hay que parar YA la máquina de matar. Por eso, como decía el general Naranjo, citando una frase de una tribu africana, “si cambia la música también cambia el baile. Y si cambia la música de la guerra, el baile de las instituciones tiene que ser distinto”.

Y también el general Flórez le decía a Julio Sánchez Cristo en otra gran entrevista: “Me desarmé, Julio… Llegué con el honor y la dignidad de soldado, pensando siempre en la sociedad colombiana y en las Fuerzas Armadas que tanto quiero, y me desarmé, como un ser humano normal, para saludar a unos seres humanos normales, colombianos que tienen una visión de país diferente, que desafortunadamente utilizaron las armas para la toma del poder(…), y que afortunadamente reflexionaron”.

Y agregó: “llegamos a un consenso, las dos partes ganamos, ninguno perdió. Me voy tranquilo y sé que después de mirar a los ojos a Carlos Antonio Lozada, a Joaquín Gómez y a Romaña, (…) efectivamente las Farc van a dejar las armas” y a dedicarse a debatir en palabras en las plazas públicas su visión de país.

Y como le dijo a Claudia Gurisati el comandante del Ejército, general Alberto José Mejía, “después de 30.000 heridos y 6.000 muertos, los militares (…) ganamos esta guerra(…) Si todo sale bien, termina la marca Farc. ¿Y cuántos niños van a dejar de reclutar? Por lo menos 10.000. ¡10.000 mamás que van a dejar de perder a sus hijos! Pero como eso no es en Bogotá…”

Partidarios del No, situados en Bogotá y otras ciudades grandes que no sufren la guerra: como manifestó el general Flórez, si gana el No, y el 3 comienza a correr “el tiempo prudencial” acordado “para que las Farc vuelvan a sus campamentos y regresen a la vida clandestina en las selvas de Colombia” y, por ende, se reinicia la guerra, ¿a cuántos colombianos más les van a exigir a los militares que maten? ¿Quieren que nos reencontremos en otra negociación “dentro de 10.000 muertos”, como les dijo Alfonso Cano a los negociadores en Tlaxcala?

¡No! Más bien manden sus versos a mi página web y crezcamos la canción de Marta Gómez, ¡Para la guerra nada! Ella los espera.

Aquí va el mío:

Para la alegría el canto

Para la vida el amor,

P’a mi niña una muñeca,

Para Colombia el perdón.

¡Para la guerra NADA!

¡Anímense, lectores! ¡Compongan su verso! Todos somos poetas…

Para vincularse al Grupo de Promotores del Sí, manden sus datos a [email protected]


Este artículo fue publicado originalmente en El Espectador de Colombia

www.patricialarasalive.com

Hey you,
¿nos brindas un café?