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Los hispanos en Hollywood (I): Comienza el mito

A comienzos del siglo veinte una encarnizada batalla tuvo lugar en la costa este de los Estados Unidos entre el monstruo de la Motion Picture Patents Company (MPPC), liderada por Edison, y los productores independientes que intentaban hacer cine a pesar de las prácticas oligopólicas de la MPPC. Fue así como en un intento de conseguir un mercado más libre, lo que entonces eran pequeñas empresas (Universal, Fox y Paramount) decidieron mudarse a la costa oeste. Sabían muy bien lo que querían: un lugar donde la tierra fuera barata, que estuviese lejos de la mano de Edison y donde pudiesen contar con el buen tiempo que garantizaría una inagotable fuente de luz solar: fue así como nació el gran mito de Hollywood.

Poco a poco, y gracias a una decisión de la Corte Suprema que ordenaba el desmembramiento de la MPPC, los hombres que fundaron esta ciudad lograron lo que Edison solo pudo soñar: controlar la industria de cine mundial hasta nuestros días. Aún hoy todos los ojos de quienes trabajan en la industria cinematográfica se concentran en ese lugar que tan acertadamente Blaise Cendrars llamó la meca del cine.

Hollywood ofrece sueños a sus espectadores, y esos sueños vienen en varias presentaciones. Para algunos es suficiente con entrar en ese mundo por el par de horas que dura la película y así como Dorothy en El mago de OZ, abandonar ese mágico reino en colores para regresar al blanco y negro de Kansas; pero para otros eso es insuficiente. Algunos se niegan a creer que “There is no place like home”, e insisten en quedarse a vivir en el reino mágico. Esos son los que se mudan a Hollywood para allá buscar no un corazón o la valentía o un cerebro, sino algo mucho más difícil de conseguir. Porque Hollywood es mucho más que cine, también es fama y dinero, los componentes de la felicidad en una sociedad capitalista. Es por esto que esa ciudad ha sido durante más de un siglo el foco de los sueños de muchos, y por supuesto los hispanos no han sido la excepción.

En sus comienzos la presencia de personajes hispanos en Hollywood era con papeles usualmente representados por norteamericanos disfrazados de personajes latinos siempre estereotipados, como es el ejemplos del mexicano representado en los westerns como el hombre que ni es de aquí, ni de allá y por lo tanto carente de escrúpulos . Lo más curioso es que mientras actores estadounidenses se disfrazaban de hispanos, los actores y actrices hispanos que lograron la fama de Hollywood lo hicieron en papeles de norteamericano. Una de estas actrices fue Myrtle González.

Myrtle nació en Los Ángeles de padre español, y a pesar de su corta carrera de 4 años, hizo más de 80 películas para diferentes estudios, pero sobre todo para Vitagraph y Bluebid (una empresa subsidiaria de Universal). Tuvo la suerte de comenzar su carrera como actriz en el momento que los Estudios empezaban su trabajo en la costa oeste y es así como logró, antes de que Hollywood fuese lo que es, convertirse en la primera hispana en protagonizar películas provenientes de la meca del cine. Debido a sus antepasados irlandeses era de piel blanca y cabello claro, por lo que usualmente representaba el papel de la “all-american girl”. A pesar de eso, se sentía muy orgullosa de sus raíces y siempre recordaba a los periodistas que su apellido se escribía con dos zetas.

Muchas de sus películas se han perdido y las que se conservan no despiertan mayor interés fuera de los pequeños círculos de investigadores académicos, pero aún así cuando queremos hacer una historia de la presencia hispana en las pantallas norteamericanas, Myrtle González tiene un papel importante como pionera de aquellos a quienes hoy admiramos. A los 27 años, menos de un año después de casarse, falleció víctima de la llamada gripe española. A pesar de su corta vida, permanece en la memoria de Hollywood gracias a ser la primera actriz hispana en triunfar en las pantallas de cine.


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